Cuando crecer te condena: los lobos marinos, grandes víctimas del enmallamiento

Aunque los lobos marinos llevan más de seis décadas asentados en la región de Mar del Plata, siguen sufriendo la interacción negativa de la actividad pesquera. Uno de los problemas más frecuentes es la aparición de numerosos zunchos de plástico en sus cuellos, los que les producen profundas y lacerantes heridas sobre sus cuerpos y, con el tiempo, una horrorosa muerte. 

A través de los años y las investigaciones se comprobó que este triste fenómeno se genera por los desechos de los obreros del puerto al momento de embalar cajas de cartón con pescado congelado, empleadas en los sectores de banquinas. Los zunchos terminan cayendo al agua para que, una vez allí, los propios lobos los encuentren y, en algún juego, introduzcan en ellos sus cabezas, quedando los aros atorados en su cuerpo.

La Fundación Fauna Argentina suele liberar a los lobos marinos de dicho flagelo, cortando esos zunchos gracias a una herramienta específica, de diseño propio, que permite concretar la difícil tarea mientras los lobos descansan.

Semanas atrás, justamente la entidad ambientalista emitió un duro comunicado contra las autoridades del Consorcio Portuario, por no aportar ninguna ayuda en el objetivo de solucionar o minimizar esta problemática. 

Según los especialistas, se logran liberar de zunchos a un promedio de 100 ejemplares de lobos marinos por año.