Contra la letra ilegible de los médicos, farmacéuticos proponen recetas escritas en computadora

El proyecto de una empresaria del sector circula por las redes y tiene muchísima aceptación entre los pacientes. Según su autora, es para “garantizar responsabilidad” a la hora de entregar medicamentos, porque “a veces la gente y nosotros andamos adivinando”.

24 de Septiembre de 2016 10:46

Por Redacción 0223

PARA 0223

Cualquier persona que alguna vez haya concurrido a un médico y se haya llevado una receta del consultorio sabe que entender qué remedio tiene que comprar es algo cuanto menos engorroso. Muchas veces, ni los propios empleados de la farmacia adivinan qué encargó ese doctor.

Por eso, y para evitar que los pacientes anden girando con la receta, la farmaceútica Danisa Guzmán redactó una petición para proponer que, “como en otros países, en Argentina también se utilicen las recetas pre-impresas”.

"Soy farmaceútica y todo el tiempo recibimos recetas mal escritas. No se pueden leer bien y generan la duda ante el paciente de si darle o no el medicamento. Hay un montón de recetas que están pre-impresas, como las de Pami, y en algunos países de Europa son obligatorias, también en Brasil. Está bueno concientizar a la gente y que no se la agarren con la persona que está detrás del mostrador porque a veces no se entiende lo escrito", contó a Infobae a Guzmán, autora de la petición que circula en las redes y en la plataforma Change.

Según indicó, las recetas se imprimirían en computadora mediante un software que comunica con el vademécum y con los datos de la obra social del paciente.

"La letra es lo más grave, porque si uno se equivoca se le da al paciente algo distinto y puede ser grave", razonó la farmacéutica, que remarcó que otro caso habitual es encontrar errores en los datos que exigen las obras sociales —no todas piden lo mismo—o cambian en el tipo de tinta. Todos los datos de la receta deben estar escritos con la misma lapicera o birome”. "Ello si bien retrasa al paciente no implicaría problemas para la salud, excepto el hecho de no poder comprar el medicamento y que ello implique la suspensión del medicamento", añadió.

"Lo que pasa -agregó- es que se confunde la dosis de los medicamentos con el nombre, las cantidades. Eso pasa porque no miran el vademecum o ponen bien el nombre de la droga pero no las cantidades o presentaciones”, completó.

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