Dulce de membrillo casero

Cada tanto las verdulerías suelen tener estas casi peras gigantes, membrillos que si llegamos a olerlos frescos no podemos evitar la tentación de clavarles un diente o una uña aunque sea, porque el perfume es increíble. Nunca lo lograremos, antes de comerlos hay que cocinarlos y esta receta es una de las tantas formas.

Para hacer un dulce de membrillo casero (nada que ver con el industrial) vamos a necesitar un kilo y medio de membrillos frescos, los cuales vamos a lavar con abundante agua y los vamos a llevar a una olla con agua.

Llevaremos a hervor durante 10 minutos, colaremos las frutas, las dejamos enfriar un poco y las pelamos. Luego, los rallaremos y vamos a pesar (o calcular en tazas) y le agregaremos la misma cantidad en azúcar. Mezclamos ambas cosas y dejamos reposar una hora o hasta que el azúcar se disuelva.

Vamos a cocinar en olla de cobre o de triple fondo, con mucho cuidado, revolviendo constantemente, hasta que el dulce cambie de color y las paredes se separen de la olla.

En ese momento está listo, sólo nos queda darle forma en una budinera, lata o molde de silicona y dejar reposar un día en la heladera. Al desmoldarlo, podemos cubrirlo de azúcar impalpable y dejarlo descansar un día más para que se forme esa costrita.

Se conserva en un lugar fresco y seco.