Señales

El Directorio del Consorcio todavía no se reunió y ya asoman diferencias. Los riesgos de encarar la obra con fondos propios. El calamar como oportunidad de generar trabajo. Otro cachetazo para la industria naval.

19 de Enero de 2017 08:11

El lunes 23, a las 12, por fin cobrará sentido la sala principal del nuevo edificio del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata.

Para ese día, y a esa hora, está convocada la primera reunión de Directorio. Tras más de 50 meses que el órgano de asesores brilló por su ausencia con la intervención de Machinandiarena y las presidencias en soledad, primero de Hidalgo y luego de Martin Merlini, las decisiones que se tomen (o no) tendrán un respaldo. El aval de una mayoría.

Los flamantes directores fueron designados por Marcelo Lobbosco el pasado 21 de diciembre y oficializados por el propio Presidente del Consorcio un día después cuando despejó las dudas que se habían generado con la obra de mantenimiento de dragado, el balizamiento, la recuperación del muelle de la Terminal de Cruceros, etc.

Parecen demasiados los 33 días que transcurrieron para que los Directores se notifiquen de su nombramiento. En el Consorcio argumentan que no se reunieron antes porque estaba enfermo Miguel Sánchez, el presidente de la Cámara Bonaerense de la Industria Naval (ABIN) desde una oficina en SPI, el astillero de Horacio Tettamanti.

Sánchez es de los pocos que en la mesa de reuniones responderá a los intereses de Merlini y no tendrá reparos en aprobar el expediente que entrega a la española Canlemar la tarea de mantener las señales de previsibilidad que desde hace casi dos años emite el puerto, por la suma de 3,6 millones de dólares.

Que el dragado que realizará la “Omvac diez” -la cual viene demorada para no alterar la historia de las dragas en este puerto-, cueste 57 millones de pesos -20 millones más que lo previsto inicialmente- solo será una sentencia firme mientras el tipo de cambio se mantenga estable. Con un plan de obra a dos años, el costo será superior a los 100 millones de pesos.

“Con fondos propios”, como le gusta decir a las autoridades portuarias, que se apuraron a firmar el contrato con el Directorio anunciado pero no en funciones. Aunque entre los armadores, permisionarios y prestadores de servicios se indignen por lo que califican como “un despropósito”.

Sostienen que el puerto no es, ni puede ser autosustentable con el nivel de ingresos que tiene y cuyo presupuesto se va en un porcentaje mayoritario entre sueldos y gastos corrientes. Todo lo previsto para obras este y el próximo año se lo llevará el dragado.

“Esta aventura termina en un tarifazo en el corto plazo. Veremos si la pesca se someterá a afrontarlo”, reconoció un permisionario del Paseo Comercial. “Vemos que hay obras en Comodoro Rivadavia y en Puerto Madryn con ayuda del gobierno nacional. Nosotros no podemos ser autosustentables porque no hay manera de generar esos fondos. Y hacen falta más obras que el dragado”, lamentó un armador fresquero.

Antes de la primera reunión el Directorio ya parece tener grietas inocultables. Junto con Sánchez, Merlini puede sumar a Eduardo Mayer, que llegó por la UCIP como propietario del Anamora.

En el tablero imaginario del Presidente, suma también a los dos representantes gremiales. Que no haya reunión de directorio no impide que haya encuentros informales. Merlini se reunió con varios directores, incluso Pablo Trueba (Simape) y Hernán Chale (Aduana), para convencerlos de la necesidad de aprobar el plan de dragado.

Del otro lado de la trinchera también hay cotidianeidad. Llamados y reuniones frecuentes para esbozar un borrador con las peticiones administrativas a Merlini como para saber dónde están parados. En ese grupo aparece Fernando Rivera, el presidente de Caipa, Emilio Bustamante, de la Terminal de Contenedores Dos y Carlos Sepúlveda, de la cámara de estibaje.

Carlos Mezzamico es otra pata sindical aunque sin mucho margen de acción, camina más cómodo del lado de los intereses patronales. Como podría caminar Trueba, pero no Chale por ser una repartición pública. El secretario General del Supa llegó al Directorio en representación del Intendente, quien relegó a Eva Moyano, otra a la que le había prometido el sillón.

Sebastian Agliano, de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera no ha participado de las reuniones críticas a Merlini, aunque es poco probable que apruebe un aumento desmedido de los cánones por el uso del puerto, vital para afrontar el pago del dragado desde las cuentas propias del Consorcio.

A Darío Sócrate, Merlini no lo anunció junto con el resto de los directores pero era número puesto aunque todavía no está nombrado. Nacido en Balcarce y con vínculos en el radicalismo del pago chico, en los papeles llega al Directorio como representante del Municipio, que a su vez, representa a los Partidos Vecinos.

Si Merlini quería un Directorio que ratifique todas las decisiones tomadas en sus 9 meses de presidencia en soledad, Sócrate no parece el mejor aliado. Con pasado como secretario de la Producción en tiempos de Aprile, gerente de la Cámara de Buques Fresqueros de Altura y funcionario de Miguel Bustamante en la Subsecretaría de Pesca, ahora trabaja para la pesquera Giorno (Valastro) uno de los peces gordos de Cepa.

El Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas emitió hace una semana un duro cuestionamiento al Consorcio por los sobre costos que demanda el movimiento de buques a partir del escaso espacio disponible en los muelles interiores del puerto. No dijo que muchos espacios operativos lo ocupan buques inactivos de sus propios socios.

“Teníamos esperanza en el nombramiento de un Directorio acorde a las circunstancias y que pudiera poner al puerto de pie y en marcha”, lamentó otro armador fresquero. Su representante, Diego García Luchetti, el presidente de la Cámara, otra vez se quedó afuera. “Ratificar el directorio digitado por Manino Iriart es volver a la oscuridad de los 4 años de intervención que enterraron cualquier proyecto portuario serio”, remarcó.

Es que varios nombres se repiten del intento del Diputado por legalizar lo actuado por Jorge Hidalgo. No eligió un buen momento: los días posteriores a la victoria de María Eugenia Vidal que sepultaban la continuidad del peronismo, motivaron un rechazo masivo de los elegidos.

Mientras la reunión bautismal del Directorio promete fuego cruzado, sin esperar a que sirvan el café de bienvenida, la zafra potera se puso en marcha y es la primera esperanza para los estibadores marplatenses de recobrar un movimiento que el año pasado fue escaso a partir de la disminución de las capturas, las más bajas de los últimos años.

Como ocurrió el año pasado, operadores portuarios, prestadores de servicios y el propio Consorcio mantendrán vigente medidas promocionales para la flota que no tiene a este puerto como asiento, siempre y cuando exporten las capturas por Mar del Plata.

Una forma de reactivar los brazos dormidos de los estibadores eventuales del Centro de Contrataciones. Algunos, por estas horas, deben conformarse con oficiar de trapitos en la Fiesta Nacional de los Pescadores.

Además de visitar el Inidep, reunirse con investigadores, armadores e industriales locales, el subsecretario Tomás Gerpe visitó las gradas de Contessi, donde observó la dicotomía que reina en el astillero. El alto nivel de actividad en materia de reparaciones contrasta con la falta incentivos que tienen los armadores para adquirir buques nuevos. Dos barcos ya terminados que están en stock, sin dueño, oficiaron de botones de muestra.

También la industria naval se percata de otras señales que reflejan el desinterés de las autoridades que pregonan la creación de empleos de calidad pero que insisten en la importación de barcos como los nuevos del Inidep o los remolcadores para los gaseros. La ministra Patricia Bullrich anunció otro cachetazo para el sector en los últimos días: la compra directa de 4 lanchas patrulleras a Israel.