Un golpe más para una Mar del Plata castigada

A pesar de que el clima acompañó, Mar del Plata no atraviesa una buena temporada. Foto: 0223. 

25 de Enero de 2017 21:28

Entre las notas de color que se planifican cada verano una de ellas es realizar una recorrida por el camping municipal del Faro. La referencia para los propietarios del lugar era siempre una pareja que desde hace más de 20 años llegaba al lugar, estacionaba su motorhome los primeros días de diciembre y lo sacaba de allí en marzo. Durante ese tiempo pasaban los hijos de la pareja, sus nietos, amigos y otros parientes. Se trataba de una nota de color por el gusto de esta pareja de alojarse en el camping, pero sobre todo porque cada vez era más raro encontrar alguien que pasara todo el verano en Mar del Plata. Hoy eso no es raro, es imposible. “Hace mínimo cinco temporadas que no tenemos a nadie que se quede todo el verano. Esta temporada, como mucho, se quedan una semana", cuentan desde el camping.

Desde hace varias temporadas las autoridades del Ente Municipal de Turismo repiten que los hábitos de los turistas cambiaron. Ya no hay gente que planifique pasar ni siquiera un mes en la ciudad. Por eso, la eliminación de los feriados puente significan un golpe para la economía de Mar del Plata, que pese a los intentos, promesas y planes, tiene una fuerte dependencia de la industria turística.

Los datos siempre ayudan a clarificar determinadas opiniones. En las últimas horas, el Emtur informó que el último fin de semana (20, 21 y 22 de enero) Mar del Plata recibió 165 mil visitantes. La cifra no es para nada despreciable, pero es menor en comparación a la gente que visitó la ciudad el fin de semana puente de diciembre del año pasado (8 al 11 de diciembre), cuando llegaron a la ciudad 185 mil turistas.

Siempre es complejo entrar en el terreno de las suposiciones, pero resulta difícil imaginar que esa cifra se hubiera repetido en un fin de semana largo normal, de tres días. De hecho, sin convertirlo en puente, ese fin de semana ni siquiera hubiera sido largo, porque el 8 de diciembre es inamovible y en 2016 cayó jueves.

Desde hace tiempo, esta ciudad se convirtió en un escenario de “escapadas”. De hecho, la ciudad recibe tantos turistas en temporada alta como a lo largo de los fines de semana largo. Todos los operadores del sector lo saben y las estadísticas de permanencia de cada verano (oscilan entre los 4 y 5 días) lo marcan.

La semana anterior, empresarios hoteleros y gastronómicos elaboraron un convenio con los productores teatrales para armar “paquetes” para los visitantes. Se trata de una medida más en pos de mejorar una temporada en la que fue noticia que dos balnearios se hayan tenido ocupación plena el último fin de semana, una postal habitual de otros años, no en dos, sino en la mayoría de los balnearios.

Lo que subyace detrás de estos planteos es una realidad a la cual hay que acostumbrarse: los turistas vacacionan en Mar del Plata por períodos cortos. Por tanto, el trabajo debe apuntar a que haya más escapadas o minivacaciones en Mar del Plata: promociones, la vuelta del tren, una agenda de actividades variada a lo largo del año. Tener fines de semana de cuatro días dos veces al año era un puntal fundamental para motorizar el empleo de una ciudad que atraviesa una crisis desde hace años en esa materia.

Prácticamente todos los actores turísticos coinciden en resaltar la importancia de los feriados puente, al igual que muchos dirigentes de la oposición. Sin embargo, la presidenta del Ente Municipal de Turismo, Gabriela Magnoler, pidió “superar” ese concepto. Está claro que su posición no es sencilla: es funcionaria del Pro y contradecir una decisión de su jefe político, el presidente Mauricio Macri, la pone en un lugar incómodo. Pero bien podría haber apelado a otros argumentos en los que no quedase en evidencia que la responsable de atraer turismo a Mar del Plata está en contra de una medida que atraía turismo a Mar del Plata.

El intendente Carlos Arroyo, en cambio, lo hizo. Días atrás reconoció que “volver al sistema donde no había ningún feriado puente es hundir a Mar del Plata”, más allá de que matizó su declaración con un pedido para darle respuesta al sistema educativo. No es novedoso: el intendente ya había cuestionado la decisión del presidente y la gobernadora de comenzar las clases la última semana de febrero, en lugar de la primera de marzo. Se atrevió a tildar esa medida de “burrada”. Habrá que esperar si con el decreto de Macri consumado el intendente ratifica su planteo y se suma a la lucha para recuperar una medida que beneficia a los marplatenses.