Mar del Plata otra vez récord.... en desocupación

Una noticia que no asombra, Mar del Plata sigue encabezando el ranking nacional de desocupación, 10,6% de desocupados y 13,8% de subocupados. Somos el único distrito que alcanza los dos dígitos en la última medición del INDEC.

En otras palabras, y para que tomemos real dimensión de la situación: hay 31.000 marplatenses que no tienen trabajo, 40.000 que trabajan menos horas de las que querrían trabajar (subocupados) y 57.000 que desean cambiar de ocupación.

En definitiva, en Mar del Plata, hay casi 130.000 personas con problemas de empleo, lo que equivale 130.000 familias que sufren, que padecen la indiferencia del gobierno nacional y la incapacidad de la administración municipal. Macri, Vidal y Arroyo debería tomar nota de esto.

No alcanza con la excelente noticia de la instalación de una fábrica, que creará 200 puesto de trabajo, si no se motoriza, por ejemplo, la creación del Parque Informático, que podría generar 3500 vacantes laborales. No alcanza con anuncios rimbombantes de instalación de hipermercados, si en nuestra ciudad todos los días se cierran negocios dejando gente en la calle, no alcanza con tener un Secretario de Producción en una ciudad que no hace nada por atraer inversiones.

No alcanza. Entonces, es necesario que el estado en todos sus niveles se involucre activamente en el desarrollo de políticas activas tendientes a proteger el empleo, a evitar los despidos, a cuidar a las PYMES (donde trabajan el 70% de los argentinos) y que fomente la creación de trabajo genuino en la industria nacional, incluida la del turismo.

Lo dije hace un tiempo, el Intendente Arroyo debió ponerse a la cabeza del reclamo del sector turístico de nuestra ciudad, ante la eliminación de los feriados puente y no lo hizo. No extraña, se trata de una administración paralizada por el miedo y la incapacidad. Más pendiente de sus rencillas internas que de gobernar.

Vivimos en un país gobernado por CEOs, donde a la Vicepresidenta de la Nación no la alarma que un docente tenga un salario que lo transforma en pobre, donde a la gobernadora parece más interesada en la procedencia política de un dirigente gremial que recomponer los salarios docentes.

En política, especialmente cuando se tienen responsabilidades de gestión, las decisiones requieren de una particular sensibilidad social, la que no es necesaria en el mundo de los negocios.