Desempleo en Mar del Plata: tiene explicación

Ya no sorprende encontrar a nuestra ciudad a la cabeza del triste rating del desempleo y si bien se hacen grandilocuentes declaraciones, no hay ninguna declaración que llegue al fondo de las causas que generan esta situación, que nos aflige desde hace varios lustros.

La hipótesis de moda, es que las soluciones llegarán de manos de la inversión privada, suponiendo el caso de que existan grandes capitales que quieran aportar sus dólares para resolver nuestros problemas o si existiera la voluntad de desarrollar nuestro propio capital.

Difícilmente ninguno de estos caminos se puedan transitar si no se soluciona la crisis energética de la ciudad. Hay que ser claros y concretos, sin solución a la crisis energética, todo otro argumento resulta abstracto.

También es justo reconocer que han existido avances, durante la gestión kirchnerista se comenzaron las obras del tendido de una Línea de 500 Kv, que sacaría a Mar del Plata de la situación de isla e integrarla al Sistema Interconectado Nacional. La gobernadora Vidal concretó la repotenciación de la Central 9 de Julio y se anunció la licitación de la obra de conexión al gasoducto troncal de Tandil. 

Como se podrá reconocer en la simple lectura, éstas son inversiones del Estado, lo que deja la pregunta: ¿el sector privado para que está?

Si bien hay avances en la provisión de electricidad, el beneficio de esta inversión estatal no llegará al usuario porque en el medio está el sistema de distribución administrada por multinacionales, que usufructúa la inversión pública de forma parasitaria.

Edea SA ha pasado de manos, ahora, Rogelio Pagano (Grupo Desa) adquiere el paquete de Edelap Y Edea con un total de 874.000 usuarios por un total de u$s 250 millones, al grupo Disvol Energía de Alejandro Macfarlane.

Es imposible hablar de recuperación económica, sin resolver la cuestión energética y es imposible resolver la cuestión energética si la Empresa Distribuidora de Electricidad está en manos de la especulación financiera, que solo resuelve la rentabilidad empresarial.

En el centro de la escena está la política de concesiones de servicios públicos, que en estos tiempos demuestran su fracaso indisimulable, pero no conformes con estas políticas hechas a medida de las multinacionales, también violan las normativas establecidas dentro del contrato de concesión e ignoran  las resoluciones de los Entes de contralor y se maneja a manera de Estado independiente.

Las violaciones al contrato de concesión son claras por parte de Edea SA, en el afán de reducir costos, tercerizan trabajos en la línea de media tensión en distintos barrios, poniendo en riesgo tanto a trabajadores como usuarios, violando las normativas que rige el Servicio de Distribución de Electricidad.

Mantiene un solo centro de atención, con 9 empleados, para atender el reclamo de 500 mil usuarios y 8 empleados más en el call center. Es inadmisible que no existan por lo menos un centro de atención en Batán y otro en el Barrio Puerto. También se abusa en la tarifa del usuario, se le aplica la tarifa estacional, a los usuarios residentes todo el año.

Pese a obtener millonarios ingresos, sin invertir, con sólo un centro de atención para 500 mil usuarios, sin cubrir la falta de empleados, facturando a usuarios residentes todo el año la tarifa estacional y haber logrado en el ejercicio 2016 regalías por 1.600 millones de pesos y como si fuera poco, recibe del gobierno nacional una condonación de deuda, que Edea SA mantenía con el Estado Nacional de $450 millones.

Claramente, la “Inversión Privada”, funciona como verdadero parásito, que lucra con el capital construido por varias generaciones de trabajadores y contribuyentes, por lo que es necesario y fundamental, un cambio de rumbo de este bien Público y Estratégico, para el despegue económico de la ciudad.

La concesión del servicio de distribución eléctrica debe estar bajo el control de trabajadores y usuarios y no al exclusivo servicio de multinacionales que tan solo especulan y hacen caja.