Crimen del cardiólogo: pidieron la prisión preventiva de las dos mujeres detenidas

La fiscalía les imputó los delitos de robo y homicidio criminis causa. A una de ellas también le atribuyen nueve hechos de estafa por el uso de la tarjeta bancaria de la víctima.

24 de Abril de 2017 22:34

Por Redacción 0223

PARA 0223

Más de un mes después del hallazgo del cuerpo semienterrado del cardiólogo Roberto Tortorella en un camino vecinal, la fiscalía le solicitó a la Justicia de Garantías la prisión preventiva de las dos mujeres que están detenidas e imputadas del hecho. Si bien para el fiscal Leandro Arévalo ambas son coautoras del delito de robo y homicidio criminis causa, a una de ellas también le imputó al menos nueve hechos de estafa y otras tentativas.

La presentación que presentó el viernes pasado será resuelta esta semana por el juez de Garantías Juan Tapia. Aunque según el pedido fiscal Débora Faijós y la policía Rosa Saino fueron las dos personas que participaron del crimen, aún no está descartada completamente la participación de una tercera mujer que está siendo investigada y que podría ser llamada a declarar en los próximos días.

Según la hipótesis de los investigadores, fue Faijós quien facilitó el ingreso de la mujer policía a la vivienda del cardiólogo en el barrio Colinalegre. Una vez en el interior, golpearon al hombre de 72 años hasta aturdirlo, le colocaron dos medias en la boca y lo asfixiaron hasta matarlo. Posteriormente subieron el cuerpo a la camioneta Chery Tiggo de la víctima y abandonaron el cuerpo en el camino Los Ortiz.

Al faltante de computadores y otros bienes que fue confirmado tras inspeccionar la vivienda, se le sumó la extracción de dinero que se hizo con la tarjeta bancaria de la víctima –ya asesinada- en distintos cajeros de la ciudad. Por ese accionar registrado en las cámaras de seguridad de cajeros automáticos, se le imputó a la joven de 28 años el delito de estafas consumadas y de tentativas.

Tal como informó oportunamente 0223, Faijos había conocido al cardiólogo durante los festejos de Carnaval y poco después se instaló junto a una amiga en la vivienda donde se cometió el crimen. De acuerdo a su versión, esa convivencia llegó a los oídos de la policía Rosa Saino que comenzó a exigirle que le “entregara al viejo” ante la sospecha de que el hombre tenía un buen pasar económico y que guardaba dinero en el inmueble.