Detienen a otras dos personas por el abuso y el crimen de un niño durante un rito umbanda

Uno de ellos ya estaba alojado en la Unidad Penal 15. El restante fue atrapado a bordo de un colectivo. Ya son cinco las personas imputadas de homicidio cuádruplemente agravado.

6 de Mayo de 2017 20:14

Por Redacción 0223

PARA 0223

El avance de la investigación por el brutal asesinato de un nene de cuatro años durante un rito en el que sufrió todo tipo de heridas y vejaciones permitió imputar y detener a otras dos personas que tuvieron participación en el hecho. Cristian Acha y Lucas Toledo podrían declarar en las próximas horas ante el fiscal Juan Pablo Lódola.

Acha –de 32 años- fue notificado de la imputación en la Unidad Penal 15 de Batán, mientras que Toledo fue atrapado por personal de la Dirección Departamental de Investigaciones cuando viajaba en un micro de larga distancia. El joven de 24 años ya había declarado en la causa en junio del año pasado, pero ahora también fue imputado del delito de homicidio cuádruplemente agravado por su comisión con alevosía, ensañamiento, concurso premeditado de dos o más personas, y criminis causa.

En la investigación que estuvo originariamente a cargo del fiscal Eduardo Amavet se pudo establecer que al menos cinco personas fueron las que en septiembre de 2015 en el marco de un rito religioso sometieron a Uriel Cisneros a tormentos, lesiones, empalamientos, cortes en su anatomía y quemaduras con el fin de provocar su  muerte, la que ocurrió pocas horas más tarde.

El mismo día del hecho fueron detenidos Fernando Diego Grollino e Ivana Toledo, quienes tenían al niño a su cuidado. Más de un año tuvo que pasar para que temerosos fieles rompieran el silencio y aportaran los datos que permitieron detener a la “mae” Ramona Rosa Toledo en Solís casi José Marti, muy cerca del domicilio donde se cometió el crimen.

Tal como se informó oportunamente, esa jornada la pareja llamó a una ambulancia y dijo que el niño se había descompensado. El panorama que observó la profesional que llegó al lugar la obligó a denunciar lo sucedido y tras las primeras averiguaciones, la Justicia dispuso la  aprehensión de ambos.

Los resultados de la autopsia graficaron los tormentos sufridos por la criatura antes de morir. El niño fue abusado y su cuerpo presentaba “politraumatismos en la totalidad de su cuerpo, hematomas internos; a nivel anal presenta desgarros de gran tamaño y profundidad, con dilatación compatible con empalamiento o penetración”. Según la investigación, la mayoría de esas heridas se produjeron durante la realización de algunos ritos religiosos o por el placer que les generaba un maltrato permanente al chico.