Su único heredero es el pueblo

Pese a todos los cambios históricos el peronismo es algo más que un recuerdo nostálgico de tiempos mejores o una mera tradición ideológica. La vigencia del peronismo a más de 40 años de la muerte de su fundador y a más de 70 de sus jornadas fundacionales constituye un enigma que atrae la atención de académicos y políticos. La respuesta al enigma es sencilla, simplemente las tareas históricas que motivaron su aparición no se han completado y por lo tanto el peronismo se sigue proyectando hacia el futuro. Esta vigencia, actualidad y proyección hacia el futuro del peronismo es crucial en los tiempos que corren.

El 1 de mayo de 1974 Perón planteaba: "Es un verdadero milagro el que podamos ahora dialogar y discrepar entre nosotros, pensar de diferente manera y estimar como válidas distintas soluciones, habiendo llegado a la conclusión de que por encima de los desencuentros, nos pertenece por igual la suerte de la Patria, en la que está contenida la suerte de cada uno de nosotros, en su presente porvenir". Y luego afirmaba: "Ha comenzado de este modo el tiempo en que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino".

Para los peronistas el aniversario del fallecimiento de Juan Domingo Perón nos lleva a reflexionar sobre la obra del fundador de nuestro Movimiento y su legado. Aún cuando la realidad nacional e internacional es muy diferente a la que él vivió su pensamiento y su acción nos siguen inspirando.

Todas las expresiones políticas del peronismo a nivel nacional se encuentran en el llano, son la principal oposición al gobierno de Macri. Esa situación le otorga al peronismo una responsabilidad política e institucional muy grande. Los peronistas debemos encontrar el camino que nos permita ejercer nuestro rol de oposición democrática y responsable, y ser  alternativa de gobierno que represente a una nueva mayoría. La búsqueda de ese camino tiene que generar un nuevo consenso de las bases peronistas y una regeneración de nuestras prácticas políticas.  

Tenemos que recordar que Perón planteaba en 1974: "Sólo la idea vence al tiempo. Hagamos de ella nuestro medio esencial para la lucha interna; institucionalicemos la lucha por la idea". Necesitamos recuperar el debate de ideas, plantear qué proyecto de país le proponemos a los argentinos. No podemos seguir morando al presente y al futuro con la nuca. No podemos quedar prisioneros de la danza de egos que vemos a diario en la política. El camino de reencontrarse con las mayorías pasa por superar los graves defectos que desembocaron en el gobierno de Cambiemos.

Un peronismo competitivo y capaz de ser alternativa de gobierno tiene que recuperar la vocación de resolver los principales problemas de la gente común en el marco de un proyecto viable de nación. La nueva conducción del peronismo, cuando surja, tiene que basarse en el criterio decisivo que planteaba Perón: "Los sectarismos no nos conducirán jamás a la liberación. Las diferencias de ideas son positivas en tanto estén abiertas a la confrontación sincera y honesta en busca de la verdad. Encerrarnos en nuestras ideas y procurar imponerlas por el peso de una fuerza circunstancial significaría caer en el mismo error por el que han transitado aquéllos a quienes hoy enfrentamos".