Cowboys, indios, Fito, Soda, Guarany y un incendio: cuando las canteras se convirtieron en Fuerte Apache

A mediados de la década del '80 las canteras del puerto de Mar del Plata se convirtieron en un Fuerte del Lejano Oeste con un paseo de compras, un patio gastronómico y un escenario por el que pasaron artistas de la talla de Soda Stereo, Zaz, Horacio Guarany y Fito Páez, entre otros. La particularidad es que quienes trabajaban en los comercios estaban caracterizados con vestuario de época y durante toda la jornada había intervenciones artísticas con actores especialmente contratados por la empresa “Puntamar”.

El proyecto y la dirección del  Complejo Recreativo y Comercial estuvo a cargo del Estudio Arquitectura Ferrari/Ramírez/Lodi, y su construcción corrió por cuenta de la empresa Magilesky.

El predio que contaba con 206 comercios de madera, un bar y un restaurante fue inaugurado el 25 de diciembre de 1985 y prometía ser un Lejano Oeste. “Desde mañana, el Viejo Oeste en Mar del Plata”, anunciaba el Diario La Capital en su edición del 24 de diciembre de 1985. La promoción indicaba que dentro del predio había un fuerte en el que se vivían experiencias tales como enfrentamientos entre cowboys e indios moykanos.

La propuesta artística tenía la dirección del "Gordo Cortesse" -hasta el momento, reconocido por ser el libretista de Alberto Olmedo-, la dirección coreográfica de Marta Quintana, y la asistencia del exTitanes en el ring, Carlos Baschiera.
 
Fue un éxito inmediato: ni bien se abrían las puertas del predio, el lugar era colmado por marplatenses y turistas que buscaban disfrutar de una experiencia diferente. Pero la ambientación del lugar no fue el único atractivo. Durante 1986 se presentaron en el predio Soda Stereo, Fito Páez, Horacio Guarany, Virus y Víctor Heredia. “Fuerte Apache” era el centro de la actividad artística y comercial hasta fines de 1986 cuando empezaron los problemas.  

Los artistas, que estaban representados por la Asociación Argentina de Actores, exigían que se les abonaran los sueldos de acuerdo al papel que desempeñaban. La empresa optó por registrarlos como extras en una primera etapa y, pese al éxito de público que registraba -aseguran que durante el verano llegaron a visitarlo 100 mil personas por día-, el último tiempo directamente dejó de abonar los sueldos; hecho que derivó en retención de tareas de cowboys y mohicanos.

Fue en esa misma época que comenzaron las denuncias por falta de habilitación y los integrantes de la sociedad anónima decidieron cerrar temporalmente el complejo. 

Para febrero de 1987 en el fuerte no quedaba nadie. Las empresas que tenían sus comercios en el lugar se habían llevado toda la mercadería, los actores nunca retomaron su labor y solo faltaba que a lo largo de la cantera gire una bola de estambre para terminar de graficar la desolación del lugar. 

La mañana del 17 de febrero de 1987 los vecinos de la zona comenzaron a sentir olor a quemado. Para las 10 de la mañana, Fuerte Apache ofrecía un espectáculo dantesco: los ranchos, totems y carpas eran consumidos por las llamas y la combustión de madera, pintura y plástico generaba una gran humareda. 

El diario La Capital en su edición del 18 de febrero da cuenta que en dos horas las llamas consumieron el 70% del predio y del “incansable trabajo de los bomberos” al tiempo que destaca la importancia que el lugar se encontrara cerrado al público, hecho fundamental para no registrar víctimas fatales.

Tras el siniestro, el lugar quedó abandonado hasta marzo de 1997 cuando "La cantera" se transformó en la "casa" del Club Aldosivi hasta 1999, que clausurado por no contar con un sistema eficiente de evacuación de público. Desde entonces, el predio que albergó grandes recitales y espectáculos deportivos está abandonado.