En Mar del Plata, se dio el primer recital oficial fuera de Buenos Aires de Ivan Noble para presentar su nuevo disco solista La parte de los ángeles. El recital duró casi dos horas donde el ex cantante y letrista de los Caballeros de la Quema repasó temas de sus anteriores discos como solo (Preguntas equivocadas, Nadie sabe donde, Intemperie y Dicho y hecho) y como perla algunos viejos hits de la banda que fuera representativa del rock nacional de los noventa. El nuevo disco de Noble debe su nombre a una vieja historia que hace referencia al whisky en las barricas inglesas, que es añejado más de doce años y pierde una parte, que se evapora o es absorvida por la madera. Los ingleses cuentan que esa parte no está porque se la tomaron los ángeles. Y de modo paradójico este es el primer disco nuevo que saca Noble ya divorciado de Julieta Ortega (madre de su hijo Benito) y ha relacionado esa ausencia, del amor que ya no está, que se fue, que ya no se ve: es la parte de los ángeles, que no no solo beben whisky sino también amores. Muchas de las canciones de este disco hacen referencia a las ausencias, a los desamores, toda una marca registrada en sus letras pero se denota un sustancial cambio en las estructuras musicales de la mano de la participación de Mariano Otero, una especie de Marcelo Bielsa de la música argentina, que ha sacado lo mejor del ex caballero, más cerca de Chile en Sudáfrica 2010 que de Argentina en Japón 2002. El recital comenzó poco después de las 21:30 con un repaso por temas de discos anteriores: Malasangre, Un minuto antes de dejar de quererte, Princesa tibia, Como el cangrejo y Fé de erratas. El clima del concierto fluía entre la buena comunicación que establece Ivan con el público con introducciones y anécdotas entre tema y tema que desembocaban en risas de los varones y suspiros de las damas. Además desde el escenario el relacionamiento de Noble con Mariano Otero y Benjamín López Barrios, sus músicos invitados, incluyó furcios cómicos y copas de vino tinto como notas de color. El primer tema de La parte de los ángeles tocado fue Si supiera cual es mi vaso, donde Ivan se reprocha no saber abandonar las fiestas a tiempo y en una de sus clásicas analogías futboleras recordó a Enzo Francescoli como alguien que sí supo hacerlo. Las canciones e historias siguieron adelante con Un día más donde el ex casi sociólogo de la UBA refleja una frase que su abuela Angélica le decía en las noches de niñez antes de dormir: un día más, un día menos; el recuerdo fue para ella, cómo luego fue cuando llegó el turno de Bienbenito para su hijo, con dedicación en vivo y en directo ya que el niño estaba en gira junto a él por primera vez. Noble se adjudicó ser un fracaso por tocar la canción y que su hijo estuviese dormido pero se pudo escuchar una voz pequeña que dijo “no estoy dormido” e hizo emocionar a gran parte de los presentes y a su padre mientras la cantaba: “Siempre voy a recordar que mi hijo la primera gira que me acompaño fue a Mar del Plata” y los aplausos no tardaron en llegar. Luego empezaron a llegar intercalados parte de sus temas más reconocidos con varios estrenos que prometen alta rotación en los medios y por supuesto en las redes sociales. Llegó el turno de Olivia con un gran dueto de voces en los coros de Otero y López Barrios y Dame un motivo. Del disco nuevo primero vino Parte por parte, canción con mucha pinta de hit grabada en dueto de voces con Fito Páez, músico que Noble confesó escuchar en su adolescencia con sus walkman, a los que consideró como abuelos de los ipod. Después llegó De un solo lado del colchón donde advierte que su colchón desde su nueva soltería sólo se gasta de un lado, a lo que una fan más que atenta se despachó con un “yo te ayudo a emparejarlo”, “no es tan fácil” contestó sutil el rocker nacido en el oeste bonaerense. Ya casi sobre el filo del show llegaron A soñar un rato, Hasta estallar (una de sus más logradas letras de la época de los Caballeros), El chico de los mandados (primer corte de difusión y con alta rotación mediática), La propina y La chica que nadie saca a bailar. Y ya para el cierre a modo de bis llegó un gran recuerdo para varios de los presentes, todavía sobrevivientes de los pogos transpirados con las remeras con la Q y los shorts de jean de la época de los recitales de los Caballeros de la Quema: Sapo de otro pozo. Y así entre aplausos y amplios comentarios a favor del crecimiento de Noble se transcurrió su primera presentación con disco nuevo que esta vez convida mayores colores en su musicalidad, con las historias que Noble sabe contar, de esas que hacen reír cuando vienen acompañadas de metáforas de lo cotidiano pero que seguirán, por suerte, desangrando recuerdos y borracheras.