Muy bien 10, felicitado
Por Redacción 0223
PARA 0223
Con otra gran actuación colectiva, basada en la defensa, en la explosión de Campazzo y en el goleo repartido, Peñarol no tuvo problemas para superar a Obras por 89 a 75 y acumular un presente inmejorable en la Liga Nacional de Básquet, con 10 victorias al hilo luego de la eliminación de la Liga Sudamericana. Adrián Boccia fue el goleador “milrayitas” con 15 puntos, pero sobresalió el equipo con seis hombres con dos dígitos en el casillero de los puntos. El domingo se despide de su gente frente a Boca y luego va a Mendoza por el sueño del Súper 8.
El arranque del partido no fue bueno, con dos equipos que anotaron en su primer ataque y después empezaron a fallar en la circulación de la pelota y con mala puntería desde el perímetro. Ahí fue cuando hizo su aparición estelar Facundo Campazzo, con dos penetraciones y cinco puntos consecutivos que pusieron al frente a Peñarol por 7-3. Reaccionó Obras que nuevamente tomó la delantera con un sorpresivo triple de Field. El partido de a poco se fue armando, con la visita con ofensivas más estáticas y el local mucho más cómodo cuando podía correr, como hizo con dos mandadas de Boccia y un recupero que terminó definiendo Johnson para ponerse 15-10 y obligar al tiempo muerto de Santander. El “tachero” intentó arrimarse en el cierre del parcial, pero Campazzo volvió a tomar el control, Gutiérrez anotó sus primeros dos puntos con un tiro incómodo y con falta, y Leiva capturó la falta del libre errado por Leo y marcó para irse al descanso arriba por 6: 21-15.
El comienzo del segundo chico, sin Campazzo y Gutiérrez en cancha, Obras aprovechó para equilibrar las acciones con un triple de Zanzottera ante la marca del recién ingresado Sosa. Por suerte para él, en el ataque siguiente el puertorriqueño devolvió gentilezas y le dio nuevamente el frente en el marcador a Peñarol (24-21). El partido era desprolijo, no muy bien jugado, y el equipo de Fernando Rivero extrañaba mucho a sus titulares, con Leo como único de los cinco inicales adentro, otra vez se encontró abajo por la mínima (26-27) con un gran triple de Konsztadt. Pero los relevos querían mostrar que podían estar adentro y con una “bomba” de Fernández y otra de Sosa sacaron ventaja de cinco (34-29) y pusieron las cosas en su lugar. Santander pidió minuto para reacomodar las piezas, pero al regreso Gutiérrez e Ibarra le pegaron dos cachetazos para alejarse a 11: 40-29. Obras no reaccionó y Peña le dio el golpe de nock out con otro triple de Sosa (3 de 5), para irse al vestuario con un categórico 47 a 29, con parcial de 16-0 en los últimos tres minutos.
El complemento Obras lo salió a jugar como si fuera el inicio del partido, sin desesperarse a achicar una diferencia que parecía indescontable, y a mostrar su funcionamiento, con ofensivas lentas. Peñarol estaba tranquilo y apostaba a las corridas de Boccia y la categoría de Campazzo, que promediando la etapa hizo una jugada de NBA, con un quiebre de cintura y amague de faja, salió para el otro lado, descolocó a la defensa y asistió a Weigand que fue cortado cuando la iba a volcar. El estadio se puso de pie para ovacionar al base sin techo. Sin despeinarse, poniendo la bola en la pintura para Leiva y repartiendo minutos entre sus jugadores, Peñarol no tuvo problemas en mantener una buena ventaja de 17: 68-51.
El partido ya no era tal. Porque la diferencia era amplia y cada uno jugaba para sí, para pulir su propio funcionamiento. Para Fernando Rivero fue una buena oportunidad de hacer descansar muchos minutos a Gutiérrez y Leiva, lo que le daba minutos de acción a Weigand y, sobre todo, a Gabriel Fernández, que no había podido mostrar un buen rendimiento luego de su año fuera de la Liga Nacional. Van Lacke se puso el equipo al hombre y recortó a 12 (81-69), cuando quedaban 3’15” en el reloj, pero Peñarol estaba jugando tranquilo y ajustó un poco la marca, ya no lo dejó llegar cómodo al aro a la visita y lo cerró con un 89 a 75 categórico.
Temas
Lo más
leído