Alvarado aplastó a Unión y sigue arriba

Uribe ya le ganó la posición a Espinoza y mete el zurdazo para el 2 a 0 que definió el encuentro y comenzó con la debacle de Unión. (Fotos: Diego Berrutti)

12 de Septiembre de 2013 00:36

Por Redacción 0223

PARA 0223

Por Sebastián Lisiecki

Clara, sólida y contundente. Así fue la actuación de Alvarado que lo pasó por arriba a un Unión lleno de errores, que no tuvo reacción y que se fue del José María Minella sin entender el 4 a 0 que recibió de un equipo que hasta ahora se había destacado por la lucha y la presión, pero que le agregó momentos de buen fútbol y se terminó floreando. La noche soñada de Braian Uribe, autor de tres goles (el otro lo hizo Ramiro González), el impecable trabajo de Luengo y Tántera en la mitad de la cancha, la solidez en el fondo y el ingreso que ilusiona de Matías Sarraute, le pusieron el broche a una noche inolvidable para el conjunto del exbarrio de Mataderos.

Demasiado estudiosos salieron los dos equipos a jugar el partido, mirando que hacía el rival para ver que riesgos correr. Entonces, fue aburrido el comienzo, sin situaciones en ninguno de los arcos y la pelota yendo más por el aire que por el piso. Como en los encuentros anteriores, Alvarado apostó a la presión, sin dejar jugar a Unión y buscando complicar en la salida del fondo, donde los de Pírez intentaban salir jugando.

Lo tuvo Alvarado a los 15’, buen desborde de Molina por el sector izquierdo, el centro al segundo palo lo encontró a Uribe que no llegó a rematar bien y Seltzer alcanzó a despejar cuando era el primer tanto del encuentro. Ese disparo le dio el envión al “torito” que empezó a complicar y volvió a exigir a Pedroso, con un disparo de Pablo Tántera que el arquero desvió al córner.  De ese tiro de esquina, la defensa “celeste” no la pudo sacar y apareció el olfato goleador de Braian Uribe para abrir el marcador.

El gol le cayó como un baldazo de agua fría a Unión que sabía que lo primero que tenía que lograr era mantener su arco en cero, porque sabido es de la capacidad de los de Miori de jugar con el resultado a su favor, cerrando las líneas y buscando salir de contra ataque. Así lo hizo el conjunto albiazul y pudo haber estirado la cuenta en dos o tres salidas rápidas que no terminó de concretar. Los de Pírez no le encontraban la vuelta al partido y apenas molestaron un zurdazo mordido de Amoroso que se fue lejos del palo izquierdo de Suárez.

Llegando a la media hora, empezó a levantar Unión, el “torito” ya no presionaba como en los minutos anteriores y, con espacio, el “celeste” es un equipo que complica y que tiene muchos jugadores con buen pie. A los 29’, un centro desde la izquierda de Domínguez encontró libre por el segundo palo a González, el “bibi” hizo la lógica, metió el cabezazo a contrapié de Suárez, de pique al piso, pero el arquero respondió bien, usó como recurso el pie derecho y evitó el empate.

La recta final de esa primera etapa favoreció a Unión, pero que ya no tuvo profundidad y Alvarado supo cerrarse, no dejar espacios y jugar lejos del arco de Suárez.

El complemento comenzó como terminó la inicial. La visita con el control de la pelota y tratando de ser protagonista, con Alvarado parado para salir de contra ataque. El trabajo de Luengo y Tántera en la mitad de la cancha comenzaba a tener mayor injerencia, y el exBen Hur robó una pelota bárbara en la mitad de la cancha, pero se confió y se la dejó a Seltzer que metió un centro que obligó al cachetazo de Suárez cuando arremetía Albarracín.

Unión tenía la pelota y Alvarado las situaciones. A los 6’ Molina le ganó en el aire a Pedroso que salió muy flojo, pero el árbitro Córdoba lo “salvó” y cobró una infracción que no pareció cuando la pelota terminaba en el fondo del arco. Un minuto después, movió bien la pelota de izquierda a derecha, Tello metió el centro pasado, se durmió Espinoza, Uribe lo desacomodó con el cuerpo , la bajó de pecho y metió el zurdazo bajo, que se “coló” por debajo del cuerpo de Pedroso que no tuvo una buena reacción, para poner el 2 a 0.

Juan Carlos Pírez se jugó el todo por el todo. Adentro un volante ofensivo (García) y un delantero (Zbrun), afuera dos defensores (Espinoza y Seltzer). Manzoco se paró de líbero y formó línea de tres con González y Xamo como stoppers. Respondió rápido Miori, sacó a Sosa y puso a Sarraute, livianito, fresco, para jugar de media punta y acompañar al goleador de la noche. Y en la que se juntaron, el enganche la tiró larga, el delantero se llevó a la rastra al capitán “celeste” y sacó un derechazo bajo, que volvió a mostrar una floja respuesta de Pedroso y terminó en el fondo del arco para el 3 a 0, tan sorpresivo como merecido.

Cuando Unión llegó al descuento por intermedio de Albarracín, el línea Acosta anuló por posición adelantada y todo seguía igual. Pírez probó con Hechalar por un cansado “Bibi” González y dos minutos después, Amoroso tuvo una dura entrada sobre Giménez que Córdoba observó y lo mandó a las duchas. Panorama cada vez más complicado para el “celeste”, que esperaba más el final del partido que otra cosa. El “torito” era todo tranquilidad, paciencia, descansaba en los pies de Molina y Sarraute, ponía nervioso a su rival y dejaba correr los minutos.

La defensa de Unión no hacía pie por ningún lado. A los 30’, un centro intrascendente a la salida de un córner, la pelota picó en el área, nadie la sacó, Pedroso no salió y Ramiro González puso la punta del pie derecho para sellar el categórico 4 a 0. El partido estaba completamente liquidado, el conjunto de Pírez no tenía fuerza para ir por el descuento, entró en el nerviosismo y puso la pierna fuerte en más de una oportunidad, mientras que del otro lado era todo lo contrario, manejando el juego a su antojo. Molina pudo marcar el quinto con un tiro libre que se estrelló en el travesaño y Pedroso pudo controlar un remate bajo de Uribe que, otra vez, había anticipado a una estática defensa. 

Ni siquiera el del honor llegó para Unión que tuvo su chance con Zbrun y con alguna pelota parada que supo contrarrestar la defensa albiazul o no pudo empujar increíblemente ningún jugador celeste. Como si fuera poco lo que había hecho, Uribe casi le pone la frutilla a la torta tras una  gran jugada colectiva, la tocaron casi todos, lo habilitó Mathier y la quiso picar por encima de Pedroso, pero la pelota quedó en el techo del arco. Un tiro libre de Sarraute q el arquero cacheteó al córner, fue lo último de un Alvarado que se fue ovacionado.

Fiesta en el pueblo de Mataderos, jugó el partido soñado ante el rival esperado, contagia a la gente, se hace más equipo en cada encuentro y a esa solidez que tanto se le destaca, le agregó el fútbol que tanto se le pedía.

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