El abuso sexual y el "no te metas”

Una nena de 14 años abusada por un compañero de 18 en un colegio tomado. El violador no fue denunciado ante la Justicia. El único castigo para el autor,  hasta ahora, que siga cursando, pero en otro colegio.

Opiniones encontradas, polémica entre el rector del Colegio  y el Ministro de Educación, la actitud  incomprensible de los padres de la chica abusada y el rol del Estado son analizados sin tener en cuenta la legislación vigente, que en general tiene respuestas para todo, pero pocos entendidos para aplicarlas.

Veamos. A los 18 años una persona es adulta y responde ante la ley penal como cualquier otra. Un acusado de abuso sexual con acceso carnal puede sufrir una pena de hasta 20 años de prisión.

Si un adulto mantiene relaciones con una menor de 16 años, siempre será abuso, aunque haya consentimiento de la víctima (art. 120 del Código Penal).

Ante un caso de violación cualquier fiscal puede actuar de oficio (es decir no esperar que  la victima o familiar haga la denuncia),  cuando existe ese intereses contrapuestos y  resulte más conveniente para el interés superior del niño (art. 72 del Código Penal y Ley 23.678 de Adhesión Argentina a la Convención de los Derechos del Niño y Adolescente).

Siempre se debe preservar la identidad de los menores de edad, tanto de las víctimas como de los presuntos autores de delitos, ello no implica que no se dé a conocer el hecho delictivo con los resguardos adecuados a la privacidad.

Cualquier funcionario público que toma conocimiento de una presunta violación a una menor de edad tiene la obligación de informar ese evento a la Asesoría de Menores e Incapaces o similar de cada provincia, (representante natural de los intereses de la víctima, al igual que sus padres) que puede denunciar el hecho, luego de su intervención.

Si los padres omiten formular la denuncia, pese a ser evidente el daño psicofísico causado a la menor podrían ser imputados del delito de Encubrimiento,  por favorecer al violador y perder su patria potestad.

La experiencia indica que hay tantos violadores impunes como adultos que eligen mirar para otro lado y no intervenir ante la ejecución del delito más aberrante del Código Penal.