El desempleo en Mar del Plata castiga principalmente a los jefes de hogar

La tasa de desocupación en este sector creció 61% en el segundo trimestre de 2017, en comparación al mismo período de 2016. Esto motiva un incremento de las mujeres en el mercado laboral. 

Ante la pérdida de empleo de los jefes de hogar, muchas mujeres se incorporan al mercado laboral. Foto: 0223.

3 de Octubre de 2017 19:54

Por Redacción 0223

PARA 0223

El último informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec) ubicó con 11,9% de desocupación Mar del Plata como la ciudad con mayor desempleo de la Argentina. Alrededor de 34 mil marplatenses buscaron trabajo y no lo consiguieron a lo largo del segundo trimestre del año. Sin embargo, el panorama es más alarmante aún.

El informe sociolaboral de General Pueyrredon elaborado por el Grupo de Estudios del Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales confirmó que el sector más perjudicado, según el último índice, es el de los jefes de hogar, cuya tasa de desocupados se disparó en un 61% con respecto al mismo período de 2016.

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“En los últimos doce meses se produjeron algunos cambios en la participación de mujeres y varones que estarían explicados por la necesidad de cubrir o mantener los ingresos familiares. En este sentido, un primer indicio para sostener esta afirmación es la situación y comportamiento en el mercado de los jefes de hogar. En la comparación interanual, la tasa de empleo de este grupo disminuye (pasa del 58,5% al 56,5%) y la tasa de desocupación aumenta en un 61% (pasa del 5,7% al 9,2%). Y como la tasa de actividad aumenta en tan sólo 0,3 puntos porcentuales (de 62,0% a 62,3%), se puede afirmar que los jefes buscadores de empleo son justamente aquellos que se quedaron sin trabajo”, señala el estudio al que tuvo acceso 0223.

Según los investigadores, la pérdida del puesto de trabajo por parte del jefe de hogar representa un golpe a los ingresos familiares y tiene un efecto directo: otros miembros del hogar que no trabajaban ni buscaban trabajo se incorporan a la población económicamente activa, ya sea como ocupados o desocupados.

“Por lo general, cuando un integrante del hogar (varón) queda desocupado, otro integrante (mujer) sale a buscar trabajo para cubrir los ingresos del hogar”, señalan. Esto se evidencia al comparar la evolución de las tasas de actividad, empleo y desocupación por sexo y grupos de edad, que confirman este fenómeno.

“En el caso de los hombres, disminuye tanto la tasa de actividad (de 67% a 65,9%) como la tasa de empleo (de 61% a 59,1%) y aumenta la tasa de desocupación (de 9% a 10,3%). Mientras que en las mujeres ocurre lo contrario, aumenta la tasa de actividad (del 45,5% al 47,3%) y la tasa de empleo (del 38,7% a 40,7%) y disminuye la tasa de desocupación (del 15,1% al 13,9%)”, detalla.

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Este fenómeno se ve –en distintos países- en épocas de crisis, donde la mujer tiene una participación contracíclica en el mercado de trabajo. “Y esta participación es por lo general en actividades por cuenta propia, de baja remuneración, inestable y no registrada, es decir, empleos precarios y del sector informal”, añade.

En el caso de Mar del Plata esto genera dos efectos simultáneos: “Por un lado, el denominado efecto trabajador adicional, dado que un miembro del hogar que no realizaba actividades remuneradas (mujer) se incorpora al mercado de trabajo. Y por otro lado, el efecto trabajador desalentado, que se genera en aquel integrante (varón) que se quedó sin trabajo, busca un nuevo empleo y al no encontrarlo, abandona la búsqueda, ocultando en la inactividad su condición de desocupado”.

Esta tendencia se ve claramente marcada entre los menores de 29 años: los varones sufrieron una fuerte caída en la tasa de empleo (del 55,3% al 52,4%) y un significativo aumento de la tasa de desocupación (17,3% a 21,6%); las mujeres, en cambio, aumentan el empleo (del 31,0% al 36,7%) y disminuyen la desocupación (del 27,9% al 25,1%).

Si bien las mujeres tienen una menor participación que los varones en el mercado de trabajo, la contrapartida es una mayor participación de ellas en el trabajo doméstico y de cuidados dentro del hogar, actividad que no tiene una remuneración pero que es fundamental para el bienestar de las personas. Sin embargo, la tasa de desocupación de las mujeres es siempre mayor a la de los varones, con excepción de las crisis económicas.

En Mar del Plata la primera vez que se registró este fenómeno en que la tasa de desocupación de los varones supere a la de las mujeres fue durante la crisis socioeconómica de 2001-2002.  La segunda vez fue hace muy poco: en el cuarto trimestre del 2016. “Es decir, que la dinámica antes descripta sobre los efectos de trabajador adicional y desalentado son parte de un proceso que se viene generando desde el año pasado”, concluyen los investigadores.