Evitable: la primera final se suspendió demasiado tarde

No se podía jugar. Se suponía desde ayer, se confirmó hoy, pero la Liga puso la decisión en manos de Pampin y el árbitro puso en riesgo la integridad de todos. Se jugaron 44', lo menos importante, e iban 1 a 1.

16 de Diciembre de 2017 18:24

Por Redacción 0223

PARA 0223

Durante la temporada se han suspendido fechas por lluviecitas, por tormentas menores o canchas anegadas de días antes. En la final, el partido que tenés que mostrar, no toman decisiones, le pasan la responsabilidad a un juez que no se animó a hacer lo que correspondía y Kimberley y Circulo Deportivo salieron a jugar, con lluvia, con alerta meteorológica, con amenaza de tormenta eléctrica. ¿Para qué? Para nada. Iban 1 a 1, Juan Cruz Pampín lo suspendió a los 44' de la primera parte y se completaría el martes. Una lástima, se rompe la cancha, se pone en riesgo la integridad de los jugadores, fue mucha menos gente que la que iría un día normal y hasta familiares de los futbolistas eligieron no ir para resguardarse. Una lástima.

Innecesario por donde se lo mire. Ir contra el alerta metereológico que se había lanzado el viernes, desafiar a los truenos y relámpagos que caían sobre la ciudad desde un rato antes del comienzo del partido, no tiene sentido. Y el árbitro Juan Cruz Pampín (habrá que ver la responsabilidad de la Liga Marplatense de Fútbol) no utilizó el sentido común. Se jugaron 44', hubo un gol por lado, ninguno de los dos pudo proponer lo que habitualmente hace porque la pelota salía rápido o se frenaba y, entonces, como era lógico, pasó más tiempo en el aire que al ras del piso/agua.

Se veía poco, estaba nublado, anocheció más temprano que de costumbre en Mar del Plata por una cuestión climática que se había anticipado y ni eso tuvieron en cuenta a la hora de comenzar el partido. Por lo tanto, el argumento de que "cuando estaba por empezar había parado", no tiene sustento porque por más que no hubiera caído una gota más, el juego no hubiera terminado porque la luz natural no lo habría permitido.

El gol de Mañas y el empate de penal de Matías Atlante lo único que hicieron fue darle más justicia a lo que viene. Porque si se sigue el martes, será en un contexto normal y ahí podrán enfrentarse con las armas de cada uno, sin depender de la fortuna o un infortunio a causa de una cancha que no estaba en condiciones y por la que Kimberley hace un esfuerzo muy grande por mantener como una de las mejores de la ciudad. 

No hay argumento que valga. A la Liga Marplatense y, sobre todo, al árbitro Juan Cruz Pampín, les faltó sentido común para ofrecer la final en un ámbito como se merece, con la gente que hubiera ido en un día normal y con el espectáculo que todos esperábamos y no pudimos ver en 44' innecesarios y evitables.