El falso gerente de los cheques robados y compras por más de cien mil pesos

Mauricio Oscar Riva cometió varios intentos de estafa entre 2015 y 2016. Lo condenaron a treces meses de prisión de ejecución condicional y le impusieron varias reglas de conducta.

9 de Diciembre de 2017 08:27

Por Redacción 0223

PARA 0223

Un hombre que simuló ser el gerente de una red de estaciones de servicio y compró mercadería por más de cien mil pesos en una semana en el mismo comercio fue condenado a un año y un mes de prisión de ejecución condicional tras las audiencias que se realizaron en el Juzgado Correccional 3. Mauricio Oscar Riva deberá fijar domicilio y someterse al control del Patronato de Liberados durante dos años.

Una de las singularidades del juicio fue que en la primera de las audiencias el imputado de 35 años reconoció hacer cometido los hechos imputados y que fueron realizados de acuerdo a la descripción que hizo el fiscal Carlos David Bruna. Por tal motivo, la fiscalía y la defensa a cargo de Martín Bernat omitieron la recepción de la prueba y solicitaron la incorporación por lectura de la totalidad de constancias de la investigación penal preparatoria.

La estafa tuvo su primer capítulo entre febrero de 2015 y abril de 2016 cuando Riva recibió tres cheques de pago diferidos que fueron sustraídos en la localidad de Ciudadela. Para el juez Jorge Luis Rodríguez el imputado debió “haber sospechado la procedencia ilícita” de esos documentos.

Mucho gusto, le dejo mi tarjeta

El 1 de abril del año pasado Riva se presentó en un local ubicado en Juan B. Justo al 4800, dio una identidad falsa y se presentó como el responsable de la Operadora de estaciones de servicio OPESSA y compró mercadería por más de cien mil pesos. Los días previos había intercambiado correos electrónicos con los empleados del lugar en los que presentó documentación contable que acreditaba la solvencia de la firma que decía representar. Tras obtener la confianza de los empleados, entregó dos de los cheques pertenecientes a una cuenta corriente de una sucursal de Villa Devoto y se retiró del lugar.

Ocho días más tarde, Riva regresó al local y compró materiales de construcción por dieciséis mil pesos que abonó con otro cheque y que -al igual que en la primera operación- fueron retirados por vehículos de una empresa de mudanza. Tal como se corroboró en la investigación, si bien la empresa de mudanza tenía como domicilio de entrega original la ciudad de Miramar, a poco de comenzado los viajes recibieron una contraorden por parte del imputado para que descargaran en Santa Teresita.

Un mes más tarde el falso gerente se dirigió a un comercio ubicado en Colón al 4600, volvió a presentarse como titular de OPESSA y adquirió materiales por una suma superior a los setenta mil pesos que un fletero retiró un par de días más tarde. Ese comerciante fue advertido por la primera de las víctimas de la imposibilidad de cobrar los cheques recibidos por lo que se acercó al depósito de la empresa de mudanzas –la misma que utilizó en las operaciones anteriores- y recuperó la mercadería.

A partir de la investigación que realizó personal de la Dirección Departamental de Investigaciones se logró aprehender a Riva en la sede de la empresa de mudanzas ubicada en  Gascón y Champagnat. Al momento de interceptarlo tenía en su poder la documentación a su nombre y varios recibos de las empresas a las que había damnificado. El allanamiento que más tarde se realizó en su domicilio permitió secuestrar más de setenta sobres con la inscripción OPESSA y cheques en blanco con firmas ilegibles.

La defensa a cargo de Martín Bernat planteó que Riva tuvo una participación menor en el marco de una organización criminal más amplia, el magistrado no lo ponderó como atenuante al considerar que dicha circunstancia no estuvo acreditada. Sin embargo Rodríguez valoró el reconocimiento que hizo de su conducta y la falta de antecedentes penales.

Tras calificar a los hechos como encubrimiento, estafa –dos hechos- y estafa en concurso ideal con expedición de documento de crédito equiparado a moneda adulterada, todos ellos concurriendo materialmente entre sí, Riva fue condenado a trece meses de prisión de ejecución condicional. Para el mantenimiento de la misma deberá fijar domicilio y someterse al control del Patronato de Liberados durante dos años.