Por la muerte de un paracaidista, condenan al aeroclub de Mar del Plata

Un fallo de la Justicia condenó a la empresa “Drop Zone” y al aeroclub de Mar del Plata por la muerte de Héctor Zubillaga (26), ocurrida en marzo del 2008, durante un salto de bautismo que cobró la vida también de su instructor, Alejandro Lapuente (44), con quien había saltado en tándem.

La sala 3 de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Mar del Plata avaló el fallo de primera instancia, que responsabilizaba a Mario Rubén Tapia, titular de la empresa “Drop Zone” y al aeroclub marplatense, basándose en la Ley de Defensa del Consumidor. “La atribución objetiva de responsabilidad por servicios defectuosamente prestados regulada por la ley de Defensa del Consumidor alcanza a todos aquellos que hay intervenido en la organización del servicio, incluido quien se presenta en apariencia como tal, como ha acontecido en el presente caso”, coincidieron los camaristas Nélida Zampini y Rubén Gerez.
“Es un caso de responsabilidad objetiva por el servicio defectuosamente prestado que incluye al organizador y también a la entidad que se presentó en apariencia como tal", argumentaron.

Según informó el diario Clarín, Zubillaga “se regaló” para su cumpleaños un salto en paracaídas pero la experiencia terminó de la peor manera: saltó de una avioneta desde unos tres mil metros de altitud pero el paracaídas abrió después de lo previsto y él junto a su instructor fallecieron.

El aeroclub había apelado, argumentando que no participaba en modo alguno en la organización ni promoción de los saltos de bautismo, y que no percibía ninguna remuneración proveniente de dicha actividad, pero los camaristas rechazaron los fundamentos.

Luego de las pericias, surgió que el accidente se debió a errores de procedimiento por parte del piloto y del tándem, y la falta de abridor automático en el equipo, un dispositivo que acciona automáticamente el paracaídas de emergencia.