Aire fresco para una industria adormecida

Macri aumentó los reintegros a las exportaciones de merluza y variado costero que aporta, exclusivamente, la flota fresquera. La medida, vigente por un año, reactivará el trabajo en plantas de procesamiento. Si se extiende en el tiempo puede generar un incremento en el esfuerzo pesquero con un Inidep pintado al óleo.

17 de Agosto de 2017 08:05

Hasta el viernes de la semana pasada las señales que emitía el gobierno nacional en materia pesquera apuntaban a consolidar un modelo congelador que relegaba la actividad vinculada a la flota fresquera y sus posibilidades de dinamizar el trabajo en los eslabones de su larga cadena productiva.

Las señales que confluyen en ese sentido son varias y tangibles: en 2016 por primera vez la flota de buques factoría desembarcó un 10% más de merluza del efectivo sur, el principal de la pesquería, que la flota fresquera.

Que hayan permitido la transformación de varios fresqueros en tangoneros congeladores para pescar langostino, es otra. Que Oscar Fortunato, lobista de la flota congeladora, sea designado representante del Poder Ejecutivo en el Consejo Federal Pesquero, fue el último mensaje.

Pero con la firma del Decreto 639, publicado el viernes en el Boletín Oficial, el presidente Macri pegó un volantazo hacia la otra banquina y sorprendió a más de uno en el puerto marplatense que no daban crédito a lo que leían en el desayuno.

La norma establece un aumento significativo de los reintegros a las exportaciones de merluza hubbsi y los recursos que componen el variado costero, “exclusivamente para la flota fresquera”, durante un año.

Antes esos productos tenían, en promedio, un reintegro que no llegaba al 5%. Ahora casi que lo duplican. Antes no se distinguía entre tipos de flotas. Cobraba el mismo reintegro un empresario que pescaba, procesaba y congelaba un kilo de filet a bordo de los factoria, que otro empresario que exportaba el mismo kilo procesado en tierra, con un nivel de ausentismo que bordea el 25%.

¿Cómo se gestó esta medida que sin dudas promueve la mejora de la competitividad del sector pesquero del fresco, fomenta agregado de valor de sus productos y reactiva las fuentes de empleo anestesiadas en muchos casos por un salario garantizado que no perforaba la línea de pobreza?.

Fuentes del sector que tienen una colección variada de reuniones con los ministros Leonardo Sarquis y Marcelo Villegas, coinciden en resaltar la figura de la gobernadora María Eugenia Vidal en esta historia. Un grupo de referentes sectoriales vieron a la mandataria bonaerense el lunes 7 en el Consorcio, oportunidad en que le reiteraron la necesidad de tener respuestas activas para salir de la crisis.

La mejora de los reintegros figuraba entre los primeros puntos de la lista que se llevó Vidal de la reunión. Tras hablar con el Presidente, al día siguiente Macri convocó de urgencia al equipo (?) de la Subsecretaría de Pesca. “¿Cómo que el pescado fresco también exporta?”, dicen que preguntó el Presidente, extrañado por los volúmenes que representa la actividad en tierra en el negocio pesquero.

Francisco Di Leva, el representante de Buenos Aires en el Consejo Federal Pesquero, le acababa de pasar una síntesis con los números del sector: más de 200 barcos, casi 10 mil fuentes de trabajo directo en el principal puerto pesquero del país que generan cerca de 450 millones de dólares anuales.

Macri no tiene la obligación de conocer en detalle el esquema de negocios de una industria que exporta el 95% de las capturas que desembarca. Entre ellas corvina, abadejo, lenguado, pescadilla, besugo, pargo, entre otras, que figuran entre las especies promocionadas.

Pero el Presidente tiene, o se supone que tiene, un conjunto de asesores para orientarlo a fomentar el crecimiento de la actividad sin perder de vista las políticas de manejo precautorias, indispensables para garantizar la sustentabilidad de los recursos pesqueros.

Claro que la gestión que encabeza el subsecretario, Tomás Gerpe, no cumple ninguna de las dos premisas. A la pesca nacional la maneja el langostino. Por ahora la bonanza oculta los riesgos.

Al tanto de una realidad que desconocía y para atender la demanda insistente de Vidal y sus Ministros, Macri ordenó la redacción de decreto el miércoles y lo firmó al día siguiente. “Ves que cuando quieren pueden”, resumía un industrial, al tanto de los entretelones de la firma presidencial.

Si bien el beneficio directo será para los exportadores, los nuevos márgenes ayudarán a despabilar el precio del pescado entero en muelle. La merluza hace un par de semanas no despegaba de los $12 por la sobreoferta que generan los barcos que pescan el efectivo norte, más cerca del puerto.

"La producción de las mercaderías en cuestión contribuye al crecimiento social y económico, con impacto positivo en las economías regionales, por lo que resulta necesario darle condiciones competitivas a las actividades respectivas", remarca uno de los párrafos del Decreto 639.

El nuevo escenario calma el mal humor que reinaba entre el sector armatorial por un Fideicomiso que parece un cuento chino y con pocos beneficios para tanto trámite y burocracia.

La norma también obliga, por ejemplo, a que los armadores costeros guarden por un tiempo la bandera negra que un par de meses atrás colgaron en la banquina chica del puerto. Esa que rezaba “Macri-Vidal: medidas urgentes”. No llegó tan rápido como se exigía, pero es una medida que revitaliza a la flota anaranjada.

“Somos optimistas y creemos que será un aliciente para recuperar niveles de actividad. Esperemos que suba el precio del variado costero por la mayor demanda. En este tiempo hemos sufrido mucho con eso porque no alcanzaban siquiera a evolucionar de acuerdo a los costos de producción”, dijo Sebastián Agliano, de la Asociación que agrupa a la pesca costera.

Desde los fresqueros de altura también destacaron la medida pero plantearon otros objetivos. “Para hacer sustentable la actividad se necesita un acuerdo de competitividad con el sector laboral, adecuando los convenios colectivos de trabajo que regulan la actividad”, dijo Diego García Luchetti de la Cámara de Armadores. “Eso permitirá una mejora real en la productividad”, subrayó.

Ciro D´Antonio, de los frigoríficos exportadores, ubicó al Decreto “dentro del goteo de medidas necesarias para recuperar competitividad” en tanto en el debe puso la reforma impositiva y laboral.

En Caipa, también valoraron el gesto pero dijeron que la medida no le devuelve rentabilidad al sector que procesa en tierra. “Con la pequeña corrección del tipo de cambio y esta mejora en los reintegros es que los empresarios pierdan menos. Los números no pasarán a verde sino que seguirán siendo rojos”, dijo Fernando Rivera.

Más allá de las demandas insatisfechas que todavía exhiben los empresarios asoma una pata biológica que debe ser atendida sobre todo por si se llega a extender más allá del año la vigencia del Decreto. La mejora de los reintegros podría generar una mayor presión pesquera sobre los recursos incluidos en la medida.

El problema es que los tres buques de investigación del Inideo hace meses que solo flotan amarrados al muelle. Hace mucho que dejaron de juntar datos e información científica sobre los principales recursos pesqueros del caladero nacional. Solo juntan óxido.