Ignacio Roldán, la historia detrás del título de Sporting

Para todos fue especial, esperado, necesario después de los cuatro títulos seguidos de Mar del Plata. Pero hubo uno que lo disfrutó más que el resto, que padeció dos años y el sábado logró el desahogo con la vuelta olímpica.

La felicidad de Ignacio Roldán, que peleó, sufrió y tuvo el premio merecido, con el try que le devolvió la esperanza a Sporting y el título. (Foto: Diego Berrutti)

21 de Septiembre de 2017 13:40

Por Redacción 0223

PARA 0223

De llorar de bronca y mirarlo de afuera a estallar de alegría y ser una pieza parte clave. Eso le pasó a Ignacio Roldán, autor del try que le dio a Sporting el empate transitorio y una inyección anímica determinante en el posterior triunfo sobre Mar del Plata Club para recuperar la corona del Regional Pampeano A de Rugby. "Nacho" se lesionó en 2015 y vivió dos años de angustia hasta llegar a este presente feliz. Después de la consagración, habló largo y tendido con el departamento de prensa "aurinegro" y contó paso a paso lo que le tocó vivir, lo duro que fue todo este tiempo, la perseverancia para nor rendirse y el premio que hoy disfruta más que nadie.

Por Bernardo Rolón

- Si hiciéramos un campeonato para ver quién es el más feliz con la obtención del Regional, lo ganarías vos, ¿no?

- Puede ser. Tuve dos años muy complicados, con muchas lesiones. Pero la verdad que sí, fue una vuelta soñada. Bah, ni soñada. Veía muy difícil poder volver a jugar. Me vieron muchos médicos, me operé varias veces, viajé a Buenos Aires y no le encontraba la vuelta. Por suerte Eduardo (Etcheto, entrenador principal) me contactó con "Lucho" Gáspari, un kinesólogo muy bueno que jugó en Comercial y trabaja con la Liga Nacional de Básquet en Peñarol. Ese era el último cartucho. Me dijo que creía que se podía, que había que trabajar la estabilidad en la zona media. Era muy denso y aburrido pero había que meterle. Yo no le tenía fe. Le di pelota y dio resultado. Hicimos un trabajo de tres meses, de enero a marzo y pude volver.

- Pero después vino otro golpe.

- Sí, cuando estaba todo bien, un martes después de haber vuelto a jugar el sábado contra Pueyrredon en Pre Intermedia, me golpeo la cabeza contra la rodilla de uno de los chicos en el entrenamiento y me rompo el pómulo en cuatro. Me puse a llorar como un bebé en la guardia y pensé que no iba a volver más. Se me vino el mundo abajo. Yo ya me había puesto a sacar cuentas y pensaba que si le metía duro y con constancia podía llegar a jugar en la Inter y "mojar" algo en Primera, unos minutos en el Regional. Con esa fractura me tenían que poner placas de titanio y tornillos, otra vez quilombo con la obra social, peleas, auditorías. Por suerte pude volver antes de lo pensado, se hizo un hueco en el plantel y además mis amigos los capitanes (Marino y Castañón) metieron mucha presión jajajaja.

- El último profesional que te trató fue jugador de rugby y sufrió lesiones. ¿Eso te ayudó a la hora de hacer un tratamiento distinto, de hablar las cosas con un "colega"?

- Sí. Sabía que seguramente me daría más bola porque los dos jugamos al rugby. Cuando tuve la primera lesión nunca dejé de hacer fierros, que era lo único que podía hacer. Me mataba en el gimnasio porque sabía que en algún momento iba a volver, pero él me dijo que tenía que largar todo y no tocar una pesa porque tenía todo el cuerpo desbalanceado. Estaba gigante de arriba y flaco de patas, necesitaba frenar y hacerle caso. Hicimos una evaluación que dio muy mal, no tenía elongación ni fuerza en la zona media. La verdad es que me entregué a él. Me habían dicho que era muy bueno, que había viajado a Estados Unidos y que laburaba con el plantel de Peñarol. También me consiguió una consulta con un médico de Racing en Buenos Aires. Le debo todo a Eduardo Etcheto que fue quien me lo recomendó.

- El principio de la película de terror es en mayo de 2015. ¿Qué fue bien lo que pasó?

- Jugamos y ganamos la permanencia en el Torneo del Interior A contra Mendoza RC en dos suplementarios. Fue un partido largo, de 100 minutos. Tuvimos mucho desgaste porque además veníamos jugando seguido y viajando. Después de ese partido empecé a sentir mucho dolor en la zona inguinal. Siempre estuvo la duda si era una hernia o una pubalgia. Yo seguí entrenando porque seguía la competencia y ya arrancaba el Regional y en Sporting no se puede dar ventajas porque es un plantel numeroso. Te relajás un día y al otro hay uno que te robó el lugar. Cada vez me dolía más, muchos me decían que parara, hacía diferenciado y seguía hasta que en un momento no pude más. Era un tremendo dolor en la zona izquierda, aunque en la ecografía que me hice después me salió hernia inguinal de los dos lados.

- Tuviste que operarte.

- Sí, y me puse a Googlear y no daba para tanto tiempo de recuperación. Era una cirugía simple. Me operé solamente del lado que sentía dolor. Volví, empecé a trotar y seguía doliéndome, aunque un poco menos. Me dejaba trotar y entrenar, me infiltraba y tomaba muchos medicamentos, hasta que otra vez se hizo inaguantable. En un partido con Sportiva del Regional 2015 tuve que salir y no pude jugar más. Hice reposo hasta la pretemporada del 2016 y cuando arranqué el dolor era el mismo.

- ¿Cuál era el problema?

- Empecé a hacerme estudios de nuevo y salía que la cirugía estaba bien hecha. Hablé con Nicolás Actis, que fue el médico que me operó y me dijo que estaba todo bien, pero que podía operarme la hernia del otro lado y de paso revisar la izquierda. Revisó y no vio nada raro. Salí bien de la operación, hice la rehabilitación y el dolor seguía. Fui a otros médicos y la hernia estaba perfecta. Javi Amado, que es el médico del club, me dijo que revisáramos los aductores porque si no era la hernia podía ser una pubalgia crónica. Fui a Buenos Aires, me vio Osvaldo Santilli que opera jugadores de fútbol todos los días y me dijo que tenía una tendinopatía pero que no se operaba, que fuera a kinesiología. Lo hice y nada. Eran cosas distintas a las que hice después con "Lucho", era mucho aparato y poco ejercicio. Después cambió eso. Así estuve un año y todo el tiempo comiéndome la cabeza, hasta que decidí operarme de pubalgia en septiembre de 2016, pero no cambió nada. Me dolía hasta estando sentado o durmiendo. Intentaba correr y no lo soportaba.

- La incertidumbre de no saber qué tenés es algo que también le pasó a Lucas Gasparri.

- Sí, con Lucas hacíamos terapia, tomábamos mate, veíamos los partidos juntos y pasábamos mucho tiempo en nuestras casas. Soy muy amigo. Entre los dos nos ayudamos psicológicamente.

- Una quebradura o un desgarro son lesiones distintas que sabés que en algún momento se van a curar, pero tu problema parecía no tener solución.

- Sí, y en un momento ya me tomaba todo a chiste. Alguno se rompía un hueso de la mano y yo le decía que no se preocupara que iba a volver antes que yo jajajaja.

- ¿Te resignaste?

- Y... sí. Mal humor en el laburo, con mi familia, con mis amigos. Tengo 29 años y suben pibes que la rompen toda. Así que iba al club solamente a hacer terapia, veía un partido de rugby y me olvidaba de todo.

- Hasta que el sol empezó a salir en diciembre del año pasado.

- Sí, cuando presentaron el nuevo staff hablé con Eduardo, le conté mi problema y me dijo que conocía mucha gente de Buenos Aires porque laburaba en la UAR, pero que primero me iba a recomendar alguien de acá y así fue como llegué a "Lucho".

- En enero empezaste el tratamiento con Gáspari. ¿Qué diagnóstico te dio?

- Pubalgia crónica ensamblada con el desbalance que tenía yo en la zona media. Debía fortalecer isquiotibiales, gluteos y dejar de hacer fierros porque mi cuerpo estaba grandote de arriba y tenía poca pierna. Lo que pasa que yo hacía solamente pesas arriba porque abajo me dolía, porque también el gimnasio me servía como terapia.  

- ¿Te dijo que ibas a volver a jugar?

- Sí, pero que tuviera paciencia y que no me volviera loco porque no iba a ser rápido. Hice tratamiento martes, jueves y sábados durante enero, febrero y marzo, me morí de calor jajajaja. Fui muy de a poquito, primero bicicleta, después elíptico, después cinta y finalmente a trotar al club. Volví a jugar a mediados de mayo en Pre Intermedia contra Pueyrredon.

- Ahora que pasó el tiempo y las consultas, ¿puede ser que la lesión se haya generado por exceso de entrenamiento?

- Todos coinciden en que fue por levantar muchos kilos en el gimnasio, por subir de peso de golpe. Fue por una manija mía. No me aguantó el cuerpo. Inconscientemente te pasás de rosca. No le echo la culpa a nadie más allá de que siempre nos exigen, porque es uno el que tiene que saber sus límites. El único que sabe lo que levanta es uno. Ningún preparador físico te dice el peso que tenés que levantar, te marcan porcentajes. Nunca le echaría la culpa a entrenadores o profes. Por tratar de superarme me cebé.

- En el presente sos entrenador de la M17. ¿Transmitís tu experiencia para que los pibes no se excedan?

- Yo aprendí y trato de pararlos. Si le duele que no entrene, si hacen mal las sentadillas y el profe no está cerca para corregirlo lo hago yo, y si quiere levantar más peso le digo que pare. A la larga el cuerpo te pasa factura. Parece una frase hecha pero yo que la viví sé que es así.

- ¿Lo del pómulo fue grave?

- Me rompí el pómulo, la base de la órbita y el arco cigomático del lado derecho. Se me vino el mundo abajo. Igualmente recibí mensajes de apoyo de mucha gente y al otro día de la operación agarré un calendario y me puse a sacar cuentas. El médico que me operó, Alfredo Ríos, me dijo que en tres meses podía volver a jugar. Volví en agosto contra Uni en Uni un día de mucha lluvia y barro.

- ¿Tenías miedo?

- Sí, de tacklear, de que me peguen un codazo, en los entrenamientos. En la gamba no, pero sí en la cabeza, encima que yo soy malísimo con la técnica de tackle jajaja. Después con el correr de los días se me fue por suerte.

- ¿Cómo se fue dando la chance de terminar jugando en el Regional?

- La veía muy difícil porque había mucha gente antes que yo. De hecho, había tantos centros que Jano (Cherr) terminó jugando de wing. Sentía que no estaba ni para el banco, pero en Intermedia me estaba divirtiendo mucho porque juegan muy lindo y además lo hacía con amigos como "Zeque" Ortiz, el "Cubano" Sivo, o Juan Varela. Y "Nacho" Castañón me decía "dale que ya estás para meter un banquito eh". Creo que el hueco se hizo cuando se lesionó Gastón (García Argibay) el hombro y lo pasan a Emi Brun de apertura. También se fue Jano a España y "Zeque" venía golpeado. Yo pensaba que estaba muy verde y no creía que los entrenadores se iban a arriesgar. Pero me tocó volver en la gira por Bahía Blanca contra Universitario y Sportiva, que metí el último try aunque se lo dieron a Pedro (Area) jajaja. Esos partidos fueron claves porque creo que "Mardel" estaba seguro de que íbamos a perder puntos y salimos muy fortalecidos, creyendo que no se nos podía escapar.

- Venir de dos años de poca o nula actividad y entrar en la recta final del Regional era una apuesta de todos.

- Claro, yo tenía miedo de hacer un papelón. Me faltaba timming, se notaba en los entrenamientos. No me sentía igual que en el 2015, pero trataba de concentrarme en ganar ritmo en las prácticas, era la única forma de agarrar confianza. No tenía miedo de jugar en Primera, pero sí incertidumbre. Y después, una vez que entrás a la cancha te olvidás de todo y hacés lo que más te gusta.

- La película de terror fue cambiando el argumento hasta llegar al partido con Mar del Plata y terminar en un final feliz.

- Arrancamos mal y regalamos el primer tiempo. Era un trámite repetido, siempre nos plantean el juego así con patadas y nos jode bastante. No estamos preparados y lo tenemos que corregir. Estaba "peludo", era difícil. Se nos iban salidas afuera, la recuperábamos y pateábamos lejos y picaba derecho afuera. No nos salía ninguna. Por suerte en el segundo tiempo hicimos cambios y los que vinieron de afuera traían indicaciones y nos decían que nos animáramos a jugar.

- Cambiaron justo a tiempo.

- Sí. Nos empezamos a pasar la pelota y dejamos de hacer el sistema que ellos tenían estudiado. A la larga tratamos de jugar al rugby y salió bien.

- ¿Hubo un momento o acción en el que hicieron el click?

- Antes del try de Pedro (Area). Porque hay una que no nos sale pero igualmente pudimos penetrar y generar peligro. Se escapó Pedro y avanzó 40 metros, después Luquitas (Gatti) y cuando "Fefo" Spinelli me la iba a pasar se la cachetearon, hubo un scrum, lo dominamos y llegamos al try que nos dejó cinco puntos abajo (18-13). Fue una inyección anímica tremenda.

- Tu try es el del empate en 18.

- Lo vi 3 veces al partido ya, y el try como 20. La idea era cerrar la ofensiva después del line y si no avanzábamos, jugar plano y largo conmigo derecho, sin el apertura. El line no fue bueno, teníamos ventaja de knock on, la agarra Gasparri, se hace un ruck y el "Pulga" Marino vuelve al ciego, queda espacio, me la da y me voy solito, ya festejando jajajaja. Creo que el "Chino" (Collins) se llevó un par de marcas.

- ¿Qué sentiste?

- Una emoción terrible. Vino el "Chino" a darme un abrazo con los ojos llenos de lágrimas. Fue espectacular. No sabía ni cómo íbamos ni cuánto quedaba. Se me colgó "Bato" (Desrets) que estaba afuera de la cancha. Cada vez que veo el video en el celular me pongo a llorar. Una anécdota medio loca, "Baio" (García Riboldi, uno de los entrenadores) me había dicho el jueves que iba a meter un try y no lo fui a saludar jajajaja.

- Convirtió Noceti y quedaron dos puntos arriba.

- Y faltaban 12 minutos, los 12 minutos más largos de mi vida. Teníamos que empezar a jugar lejos de nuestro ingoal y saber aprovechar su nerviosismo. Ellos debían cambiar el plan, pero no hubo tiempo para nada porque llegó el try del "Pulga". Jugaron 70 minutos usando la patada y ahora tenían 10 para pasarse la pelota. Creo que si seguían usando el pie por ahí nos complicaban más.

- Se habla mucho del miedo a ganar. ¿Cómo se sintieron ustedes al estar cerca de algo tan ansiado?

- Yo lo único que quería era jugar lejos de nuestro territorio. Estábamos tranquilos porque teníamos más de un try convertido de ventaja (27-18) pero no podíamos regalarle nada porque por algo Mar del Plata fue el campeón de los últimos cuatro años y en 10 minutos te puede liquidar. Pero creo que nosotros lo mejor que tuvimos en el año fue nuestra defensa y eso nos daba calma.

- ¿Y cuando terminó qué hiciste?

- Me quedé tirado en el piso llorando solo durante un ratito porque no caía. Después me vino a abrazar un montón de gente con la que no tengo relación pero son del club y estaban todos muy emocionados. Me encantaría poder volver a vivir ese partido. Fue muy loco todo lo que pasó. Pensé que no iba a jugar más y por eso me puse a entrenar a la M17, para ayudar al club, para ocupar el tiempo.

- ¿Cómo sigue la película?

- Y ahora queremos salir campeones en la Pre y la Inter, tenemos que hacerlo porque es el objetivo que nos propusimos a principio de año. Además ya me ofrecí para seguir jugando porque lo hice solamente dos o tres meses. También quiero salir campeón con la M17. 
 

Temas