Sangre, una zapatilla y la foto del perro en Facebook, elementos clave para resolver un doble crimen

Brian “Chuqui” Cano está acusado de matar a puñaladas a un matrimonio en el barrio Las Dos Marías. Se entregó dos semanas después del ataque.

23 de Septiembre de 2017 09:04

Por Redacción 0223

PARA 0223

Francisco García y Alicia Corbo estaban a punto de cenar el 14 de abril pasado cuando fueron asesinados por una persona que robó varias pertenencias que cargó en la camioneta de la pareja y escapó. Doce horas después, el hijo de la mujer llegó al lugar, vio muy calmo al perro mastín napolitano que estaba en el patio. Ingresó a la casa y halló los cuerpos sin vida de sus padres. En medio de mucha incertidumbre por la identificación del autor del doble crimen, la investigación pudo avanzar y en las últimas horas se solicitó que la causa sea elevada a juicio.

Para el fiscal Alejandro Pelegrinelli, Brian Jonathan Manuel Cano fue el autor de las múltiples heridas con arma blanca que sufrió la pareja y que derivó en su deceso. “Chuqui”, como lo conocen, está imputado del delito de doble homicidio doblemente agravado por ensañamiento y criminis causa, y robo. En la misma elevación imputó a Luis Alberto Landoni - de 57 años- por el delito de encubrimiento agravado al considerar que guardó la camioneta de la pareja antes de que apareciera incendiada en un descampado.

En el pedido de elevación se estableció que el imputado ingresó a la casa de Fitte 1839 con la inequívoca finalidad de provocar la muerte y con marcado ensañamiento al utilizar un cuchillo –que no fue secuestrado- para atacar a la pareja. Corbo murió por una hemorragia masiva  provocada por múltiples heridas, mientras que García sufrió una hemorragia masiva por herida de degüello.

Dichos de barrio y una foto en Facebook

Las primeras testimoniales que se incorporaron al expediente describieron una serie de discusiones que García mantuvo con el dueño anterior de la vivienda. Acusaciones cruzadas por la imposibilidad de escriturar y la falta de algunos pagos plantearon esa situación como posible móvil del crimen, pero no se colectaron elementos suficientes para avanzar en esa línea.

Varios de los testimonios recabados por efectivos de la Dirección Departamental de Investigaciones marcaron la presencia de dos personas como habitués en el lugar: “Beto” Peralta –que había vivido un tiempo en el lugar- y su amigo “Chuqui”. Esos datos coincidían con las sospechas de parte de la familia que consideraba que Cano había tenido participación en el hecho porque no habían vuelto a verlo tras el hallazgo de los cuerpos.

Luego de que Peralta dejara el departamento que alquilaba frente a la casa del matrimonio, “Chuqui” lo ocupó junto a su esposa e hijo, aunque a principios de abril se separó y siguió viviendo él solo en el lugar.  Un par de días después del homicidio y ante la repentina ausencia del inquilino, el dueño de la propiedad observó un gran desorden en todos los ambientes y manchas en el inodoro que, supuso, eran de sangre.

Aunque había abandonado la casa y no había vuelto a trabajar en el frigorífico donde hacía tareas de desposte y faena de ganado, “Chuqui” dejó visible su perfil de la red social Facebook en la que se lo observaba fotografías en el interior de la casa de las víctimas junto al perro de grandes dimensiones que custodiaba el patio de ingreso.

Los conocimientos adquiridos en su trabajo no pasaron inadvertidos para el fiscal que consideró sugestivo “el grado de ensañamiento con el que se perpetró el hecho, que sin duda hubo de ser llevado a cabo por una persona con un elevado conocimiento de la utilización del tipo de elemento con el que se  ejecutó a las víctimas”.

“Basta haber presenciado el escenario del crimen para apreciar el grado de agresión y conocimiento en la concreción del hecho, por caso, el señor García estaba ‘prácticamente decapitado’ y la señora Corbo, presentaba gran cantidad de puñaladas, todas ellas en zonas neurálgicas”, sostuvo en su pedido de elevación a juicio.

 

“Estaba repipeado y me mandé una recagada”

A los indicios que los investigadores recolectaron horas después del hallazgo de los cuerpos, se sumaron otras declaraciones que permitieron recrear los primeros pasos de “Chuqui” después del crimen. El joven mantuvo comunicaciones con su expareja a la que le confesó: “Se me salió la cinta, no me acuerdo de nada”.

El domingo de Pascuas –apenas un día después de descubierto el crimen- Cano llegó en taxi a la casa de la madre de su hija y le dejó un huevo de chocolate. La declaración que refirió que el imputado “...andaría con plata porque el huevo de Pascuas era enorme”, fue otro indicio que estaba manejando efectivo de manera poco usual, ya que adeudaba más de siete mil pesos en concepto de alquiler.

Días después el joven de 25 años envió varios mensajes de WhatsApp en los que reconoció que se sentía mal porque había hecho algo malo. “Estaba repipeado y me mandé una recagada”, señaló aunque después dejó de comunicarse con la mamá de su hija.

 

La pisada

Dentro de los elementos secuestrados en el allanamiento que se practicó días después en el departamento de Cano en la calle Fitte, los investigadores prestaron particular atención a un par de zapatillas. El análisis de la suela estableció que era el mismo tipo y número de una pisada que quedó marcada con sangre de las víctimas en la vivienda.

Más allá de las tareas periciales pendientes, con los elementos obtenidos la fiscalía solicitó la detención del joven. Tras intentar dar con su paradero, sin éxito, el juez de Garantías Saúl Errandonea autorizó el 25 de abril su comparendo compulsivo para que preste declaración indagatoria ante el fiscal. Dos días más tarde, "Chuqui" se entregó en la sede de la DDI y luego se negó a declarar en Tribunales. 

El estudio de ADN que se hizo en el Departamento de Genética Forense de San Martín respecto  de las evidencias colectadas en la pesquisa confirmó que el perfil genético obtenido en las muestras era coincidente en su totalidad con el obtenido en la muestra sanguínea que se le extrajo a Cano.

 

El ocultamiento de la camioneta

Tras el crimen de la pareja, “Chuqui” cargó en la camioneta Peugeot Partner de las víctimas un televisor LED, un equipo de música con parlantes y ecualizador, una computadora de escritorio, aparatos de telefonía, documentación del inmueble, llaves y documentación del rodado. Tres días después, la camioneta apareció quemada por completo.

Para el fiscal, entre las ultimas horas del 14 de abril y la madrugada del día 18 de abril de 2017, Luis Alberto Landoni “ocultó o ayudó a ocultar dentro de su propiedad” el rodado que fue hallado  incendiado a escasas cuadras de su domicilio.

Más allá de la destrucción total de la camioneta, la labor de Policía Científica permitió hallar en el parante exterior izquierdo del rodado un rastro con valor identificatorio. El análisis posterior confirmó que se trataba de una huella de Landoni, por lo que el fiscal lo imputó como autor de encubrimiento agravado.

A partir del pedido de elevación a juicio, la Justicia de Garantías correrá traslado a la defensa y posteriormente definirá la continuidad de la causa. En consideración del máximo de pena previsto para los delitos imputados, Cano personalmente o por intermedio de su defensor, podrá renunciar a la integración del Tribunal con jurados.