Nadal fue demasiado para Del Potro

El número "1" del mundo casi no tuvo fisuras, el tandilense sintió el desgaste del partido ante Federer, no pudo mantener la intensidad y cayó en la semifinal del US Open en cuatro sets.

El abrazo tras el punto final. Del Potro hizo un US Open brillante, pero no pudo hacer nada con Rafael Nadal, el número uno del mundo que jugó como tal. (Foto: EFE)

8 de Septiembre de 2017 23:40

Por Redacción 0223

PARA 0223

El tandilense Juan Martín Del Potro se retiró con la frente alta del último Grand Slam del año, al caer con el número uno del mundo, Rafael Nadal, por 4-6, 6-0, 6-3 y 6-2, en un colmado "Arthur Ashe" en la segunda semifinal del US Open. La potencia del español y sus diferentes variantes fueron mucho para el argentino que llegaba con la carga del choque ante Roger Federer en los cuartos y un cuadro gripal que no le impidió cerrar un torneo brillante, para meterse nuevamente entre los mejores del mundo. En la definición, el mallorquín se medirá con el sudafricano Kevin Anderson.

Difícilmente se pueda encontrar en el tenis o el deporte mundial, un jugador con el espíritu competitivo de Rafael Nadal. Una cabeza superlativa para no darse por vencido hasta la última pelota, jugar igual contra Federer que contra el número 500 del ránking mundial y el hambre de querer ganar siempre más, sin importarle todo lo que hizo, lo que logró, que no le tiene que demostrar nada a nadie. Sólo a él, y eso es ir en busca de más, de recuperarse de las lesiones y de, increíblemente, volver al primer lugar del escalafón.

Contra ese jugador, perdió Juan Martín Del Potro. Y con el atenuante que en la semana había sufrido un cuadro gripal que lo tuvo contra las cuerdas ante Thiem y que casi no se notó frente a Federer, pero que se debe haber quedado con algunas energías. Y ante Nadal, ese poquito de energías faltante, es demasiada ventaja ante un hombre que jugó al 100% de sus posibilidades y como en el mejor momento de su carrera. Un planteo perfecto que le dio sus frutos a partir del segundo set e hizo que desde ese momento haya sido una paliza.

Porque en la primera manga, debe haber dudado el español. Porque a diferencia del suizo que desafió a la derecha de Del Potro y lo pagó muy caro, Nadal aprovechó su drive cruzado para atacar al revés del tandilense. Y sorprendió porque el tandilense mostró respuestas más que interesantes con un golpe que va recuperando de a poco luego de la operación en la muñeca y no tuvo fisuras para llevarse el inicial por 6-4.

El mallorquín se enojó, sacó las garras y el partido se empezó a terminar. Increíblemente, con el argentino ganando, la historia se comenzó a encaminar para el europeo que salió furioso, cambió la estrategia, ya no buscó tanto el revés sino que lo movió por toda la cancha, tuvo un concierto de golpes que le permitieron igualar un set por lado con un categórico 6-0.

El resto estuvo de más. Había que ver cómo era el resultado final, pero Del Potro no mostraba argumentos ni tenísticos ni físicos para volver al partido, mientras que Nadal se mantuvo concentrado, metido y enfocado en liquidarlo lo antes posible. Un nuevo quiebre en el inicio del tercer capítulo lo volvió a dejar bien parado de cara a un set que ganó por 6-3. La historia se repitió en el cuarto y último parcial, con el español ratificando por qué es el uno del mundo, y el tandilense dejando el resto, tratando de estirar el juego pero mostrando un agotamiento físico y mental que lo llevó a cometer más errores de los que un partido de estas características le permite.

Fue victoria de Rafael Nadal, justa, merecida, irrefutable. Fue derrota en semifinales de Juan Martín Del Potro, pero el triunfo de volver a sentirse importante, de comprobar que está a la altura de los primeros del ránking y que sólo depende de él volver a estar entre los mejores 5 del mundo.
 

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