Advierten que el 10% de los argentinos tiene diabetes

El 14 de noviembre se celebra en todo el planeta el Día Mundial de la Diabetes. En mayores de 65 años la enfermedad alcanza a casi el 20%. La mitad de las personas que la sufren no lo saben y ya afecta a chicos de 12 años.

Imagen ilustrativa.

13 de Noviembre de 2018 17:28

Por Redacción 0223

PARA 0223

En homenaje al nacimiento de uno de los descubridores de la insulina, Frederick Grant Banting, el 14 de noviembre se celebra en todo el planeta el Día Mundial de la Diabetes. La fecha tiene como propósito concientizar sobre esta enfermedad que se está convirtiendo en una epidemia a nivel mundial, y que en nuestro país también alcanza números preocupantes: el 10% de la población argentina la padece, la mitad no lo sabe, y en mayores de 65 años el porcentaje aumentó a casi el 20%.

Pero no sólo afecta a las personas mayores. Esta enfermedad que hasta hace un tiempo solía detectarse pasados los 40 años, en la actualidad es identificada en chicos y chicas de 12 y 13 años. Y aunque no exista una única causa por la cual una persona puede desarrollarla en el transcurso de su vida, está estrechamente vinculada con hábitos poco saludables.

El servicio de Clínica Médica de la Clínica Pueyrredon Mar del Plata responde 4 preguntas básicas que nos ayudan a entender de qué se trata esta enfermedad, a quiénes afecta, cómo podemos prevenirla y cómo atenderla.

¿Qué es la Diabetes?

La Diabetes Mellitus es una enfermedad metabólica caracterizada por niveles de azúcar (glucosa) en sangre elevados (hiperglucemia).

El aumento de la glucemia, es el resultado de defectos en la secreción de insulina, en su acción o en ambas. La insulina es una hormona que fabrica el páncreas y que permite que las células utilicen la glucosa de la sangre como fuente de energía.

Los dos principales tipos de diabetes son la diabetes tipo 1, antes llamada infanto-juvenil, y la tipo 2, antes conocida como la del adulto.

¿Por qué razón una persona puede “volverse” Diabética?

No existe una causa única, por la cual una persona puede desarrollar en el transcurso de su vida la enfermedad.

En primer lugar, existe un componente genético o hereditario en el desarrollo de la misma (padres y/o abuelos con antecedentes de diabetes 2).

En segundo lugar, y quizás lo más importante, tiene que ver con el sedentarismo, la alimentación no saludable y la obesidad. Con el avance de la ciencia y la tecnología, cada vez estamos más tiempo “sentados” frente a una computadora o TV y no realizamos actividad física; o el automóvil que reemplazó a la bicicleta o la caminata. La alimentación saludable, dio paso a la comida rápida. En general rica en Hidratos de carbono (harinas), grasas (hamburguesas – papas fritas) y con alto contenido calórico.

Es tan fuerte la relación de la Diabetes con la Obesidad, que algunos ya hablan de la enfermedad como la “Diabesidad”. Aproximadamente el 85% de los diabéticos tipo 2, son obesos.

¿Qué síntomas me da la Diabetes?

La Diabetes, como otras enfermedades crónicas (hipertensión arterial, hipercolesterolemia) son nuestros enemigos “silenciosos”.

En la mayoría de las personas, el diagnóstico se realiza a partir de un examen de laboratorio de rutina, ya que no presentan “un” síntoma.

Salvo en casos de Diabéticos con niveles de glucosa “muy elevados”, que pueden tener pérdida de peso, sed intensa y un aumento del volumen de la orina (poliuria), el resto no desarrolla síntomas.

Es por este motivo, que se torna sumamente importante consultar regularmente a su médico, para que el mismo realice los análisis correspondientes, para la detección precoz de la enfermedad.

No es infrecuente diagnosticar la enfermedad en personas que concurren a las guardias de emergencia, presentando algún cuadro cardiovascular (infartos de miocardio) o Cerebrovascular (ACV) y que no tuvieron controles médicos en años.

¿Qué nos muestra ésta situación?: años de daño silencioso de la enfermedad. Los órganos que más afecta, y que se ven aumentados en intensidad y gravedad si van asociado a otros factores de riesgo como Tabaquismo, Hipertensión Arterial y colesterol elevado, son el aparato cardiovascular, cerebrovascular, renal y ocular (siendo la diabetes, la 1° causa de ceguera adquirida).

¿Cuándo puedo decir que tengo Diabetes? Y lo que es más importante…. ¿Cómo la trato?

Se diagnostica Diabetes 2, cuando tenemos dos valores de azúcar en sangre (Glucemia) tomados en ayunas, mayores a 126 mg/dl. También cuando en un análisis realizado al azar detectamos un valor mayor de 200 mg/dl (ahí no necesitamos un segundo valor elevado para confirmarla).

Con respecto al tratamiento, el mismo consiste en la sumatoria de:

1) Cambios en los estilos de vida.

2) Terapia farmacólogica.

Las dos estrategias deben abordarse en simultáneo, dado que separada una de la otra dificulta el control metabólico de la enfermedad.

Cuando hablamos de cambios en los estilos de vida, nos referimos a la incorporación en nuestra rutina diaria de hábitos saludables. Actividad física, programada y regular. ¿Tengo que ir a un gimnasio para hacerla? No necesariamente. Incorporando una caminata a paso firme, 40 minutos, 5 veces por semana se considera suficiente.

Se dice que la mejor actividad física, es la que a uno le gusta. La que le genera placer. Porque de esa manera, podremos lograr la continuidad necesaria.

Con respecto a la alimentación: cómo es un punto muy amplio de abarcar, algunas consideraciones básicas:

1. Restringir el consumo de los llamados “azúcares simples” (azúcar de mesa, mermeladas, miel, helados, etc.), reemplazándolos por edulcorantes, y consumir los llamados “Hidratos de Carbono complejos”, presentes en cereales, los frutos secos, las legumbres, etc.

2. Evitar ayunos prolongados. Realizar mínimo las 4 comidas principales del día (desayuno, almuerzo, merienda y cena).

3. Restringir el consumo de sal, aumentando el consumo de verduras y frutas. Disminuyendo también el consumo de grasas saturadas.

Por último, resulta fundamental no depositar toda la obligación en el que profesional que nos brinde el tratamiento. El paciente debe involucrarse con su padecimiento, opinar, expresar sus dudas y sus sugerencias. La mejor manera de llevar una buena alianza médico-paciente, es que ambos se consideren actores centrales de la enfermedad.

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