Esther y Francisco, una vida juntos en Estación Chapadmalal: "Todavía estamos enamorados"

En el Día de los Enamorados 0223 charló con esta pareja que lleva 62 años casados y pasaron toda su vida en ese barrio de Batán.

14 de Febrero de 2018 16:39

Por Redacción 0223

PARA 0223

Esther Díaz y Francisco Carbajo cumplieron en diciembre nada menos que 62 años de matrimonio. Se casaron el 10 de diciembre de 1955 y desde entonces viven en su casa de Estación Chapadmalal en donde tuvieron a sus 4 hijos. Hoy tienen nietos y bisnietos y nos hablaron de un amor que acompañó la historia y el desarrollo de la vecina localidad.

Esther nació en Estación Chapadmalal hace 80 años y sus padres, que tuvieron 16 hijos, fundaron el almacén de ramos generales que funcionaba frente a la vieja estación de ferrocarril. Francisco, de 92 años, nació en Mar del Sud y desde allí comenzó un derrotero que lo llevó por Otamendi, Miramar y Mar del Plata, hasta que finalmente recaló en “Chapa”, en donde encontró el amor y de donde nunca más se fue.

 

“La conocí trabajando de peón en el campo, en la casa de su hermana y ahí me enamoré, era más chica pero bueno…”, recuerda Francisco, que conoció a Esther cuando él tenía 27 y ella 16. Luego de dos años de noviazgo y de pedir la mano de Esther al padre de la novia, llegaron los confites.

Esther se dedicó toda su vida al tejido y durante varios años fue encargada de un edificio. Francisco fue ferroviario, peón rural y se jubiló en la Cantera Yaraví, en donde trabajó durante 30 años. Además, es el único socio fundador del Club Social y Deportivo Chapadmalal que queda con vida.

Su vida y su amor están íntimamente relacionados con la historia de Estación Chapadmalal, de la cual recuerdan la pujante actividad ferroviaria que tuvo en otra época, como también el trabajo en las canteras.

 

En medio de la charla con 0223, Esther trajo una caja con cientos de fotos antiguas, incluso varias de su casamiento. También había algunas de los primeros años del club y de los bailes que se hacían en los galpones del ferrocarril. “Nos fuimos a casar a Mar del Plata porque el Registro Civil estaba en el Puerto y las fotos de novios se hacían en un estudio”, recuerda ella.

“El amor es algo muy lindo, aparte no es sólo amar a un hombre, yo amo a toda mi familia”, reflexiona Esther. Pese a “la vida” que llevan casados, Esther considera que el matrimonio “es un papel más”. “No me molesta que la gente decida no casarse, cada uno busca su felicidad”, dice.

Entre risas, Esther cuenta que después de 62 años se “aguantan” y Francisco acota que se pelean “casi todos los días”. Sin embargo, después de las risas y tomados de la mano, ella remata: “Todavía estamos enamorados”.

 

 

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