El radicalismo dice una cosa y hace otra

Los concejales radicales están siendo absolutamente funcionales al caos que se vive en el demorado tratamiento del presupuesto para el corriente año en nuestra ciudad. 

En la comisión de Hacienda impidieron remitir el presupuesto al Secretario de Hacienda, para que lo reformule conjuntamente con las Ordenanzas Fiscal e Impositiva, además de adecuarlo a la recientemente aprobada ley de Pacto Fiscal.

Dicen una cosa públicamente pero en la práctica hacen otra, en definitiva es un acto más de demagogia. Ellos tienen responsabilidades de gobierno por pertenecer al gobierno de Cambiemos que encabeza Carlos Arroyo

Lamentablemente son los vecinos con sus bolsillos los que pagan los platos rotos de lo que no se hace o se hace mal.

La mayoría automática de Cambiemos hace imposible un tratamiento razonable de estas ordenanzas que son fundamentales si tenemos en cuenta que expresan en qué se va gastar el dinero que pagamos los vecinos. 

Una vez más se evidencia que carecen de un plan integral para nuestra ciudad.

Que se remitan sólo las ordenanzas fiscal e Impositiva al Ejecutivo y no quieran enviar también el presupuesto es un despropósito y una tozudez. Un presupuesto desarticulado deja de ser un Plan y deja de ser compresible y controlable no sólo por los concejales sino por los vecinos. 

Una vez más, debemos decir que  nos encontramos frente a una gestión de gobierno que carece de un proyecto de ciudad, sin metas claras ni programas, que solo se relaja a esperar que alguna mano provincial termine interviniendo.