Germán Chiaraviglio se llevó un disgusto cuando llegó a Buenos Aires

Bronca, impotencia, tristeza. Son las tres palabras que utilizó en su descargo y es lo que siente Germán Chiaraviglio, un deportista que hace todo a pulmón, que se encuentra a las puertas de la participación en los Juegos Odesur de Cochabamba, que paga diferencia en el equipaje para poder mandar sus garrochas y que, al llegar a Buenos Aires, se encontró con seis de sus ocho pértigas rotas, lo que complica su preparación para una competencia tan importante, además de la pérdida económica.

Lejos de callarse, el santafesino expuso a la línea aérea Delta, que fue la encargada de trasladar las garrochas de Atlanta a Buenos Aires. Por tamaño, por fragilidad y por la importancia para lo que se utilizan, los elementos deberían haber tenido mayor cuidado por parte de la aerolínea que, claramente, no lo hizo y terminó provocando su rotura.

Entonces, Chiaraviglio explotó y dejó un claro mensaje en su cuenta de instagram, en la que remarca que más allá de lo económico, importante, claro, lo más grave es que se queda sin sus herramientas para poder entrenar y competir.