Carta desde la cárcel: "Ante esta justicia todos estamos en peligro"

El médico Fernando Fernández lleva más de 100 días preso por la causa que investiga la tramitación de jubilaciones truchas en Anses. Asegura que no hay razones para que esté privado de su libertad y detalla lo vivido. 

11 de Septiembre de 2018 19:09

Por Redacción 0223

PARA 0223

El médico Fernando Fernández es uno de los imputados por la Justicia Federal en la causa que investiga la tramitación de jubilaciones de manera irregular. Lleva más de 100 días preso  y, en una carta  que envió a la redacción de 0223, asegura que ya fue juzgado por el hecho que se le imputa y que no existen razones jurídicas para que lo mantengan detenido.

En un pormenorizado relato, el médico, acusado de formar parte de la asociación ilícita que operaba en Mar del Plata, da cuenta de lo vivido desde que se enteró de los allanamientos –él estaba fuera del país- hasta hoy, que aguarda la resolución de la Cámara de Apelaciones y Garantías sobre los pedidos realizados por su abogado.

Fernández asegura que es el único procesado como partícipe de la asociación ilícita que está privado de su libertad. Las otras tres personas acusadas de ese delito están excarcelados, mientras que el resto de los detenidos están acusados de ser jefes de la banda y de defraudación contra la administración pública.

 

La carta completa

Me dirijo a usted para relatarle la tremenda situación que estoy viviendo y el daño irreparable que se está causando a mi persona y mi familia.  Estoy siendo procesado por un delito por el cual ya fui juzgado y me encuentro preso hace más de 100 días. Paso a relatarle los hechos ocurridos a partir del día 22/05/2018:

- Estando de vacaciones en Madrid nos enteramos del allanamiento de mi domicilio y que existía una citación para declarar ante el Juzgado N°3 de Mar del Plata (ciudad donde resido), a cargo del Dr. Santiago Inchausti. Nuestro ticket de regreso a Argentina era para el sábado 26 de mayo por la aerolínea Iberia, viaje programado con un año de antelación y pagado en cuotas desde junio del 2017. Esta información fue presentada por mi abogado en el juzgado y declarada por mis hijos durante el allanamiento.

- Nos comunicamos desde Madrid con el abogado Dr. Osvaldo Verdi, que ya me había defendido en una causa penal iniciada por la Superintendencia de ART (donde me desempeñé como perito, cargo ganado por concurso, a partir del 2005). En el 2010 fui despedido, sin sumario administrativo y de forma muy irregular, en el mismo momento me iniciaron dicha causa penal por el caso caratulado Sayanes. Recién en febrero del 2018 en el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata se acuerda una suspensión de juicio a prueba, resolución por la cual quedo sin antecedentes penales.

- Mi letrado se presentó al Juzgado N°3 explicando como motivo de mi imposibilidad de presentarme a declarar el día de la citación por estar en el extranjero y le presenta al juez los pasajes de la aerolínea, comprometiéndose a presentarse conmigo ante el juez el lunes 28 de mayo. En ese momento, se le informa de palabra que no tendría problema de ingresar al país. 

- Al llegar al aeropuerto de Ezeiza el 26 de mayo soy detenido en migraciones por el servicio de Policía Aeroportuaria. Debido a la ausencia de pedido de captura por Interpol y Policía Federal, deciden comunicarse con el Juzgado N°3 de Mar del Plata y luego de unas horas logran hallar al fiscal Nicolás Czizik, quien a su vez se comunica con el juez Inchausti, que ordena por teléfono mi detención e incomunicación con traslado a Mar del Plata el lunes 28 de mayo.

- En Mar del Plata declaro ante el juez por qué no me encontraba en mi hogar durante el allanamiento y la imposibilidad de presentarme ante él, el día 23 de mayo. Por consejo de mi abogado no declaro nada de la causa porque desconozco de que se me acusa.

- Luego de declarar, me levantan la incomunicación en la alcaldía del Juzgado N°3 (un sitio espantoso) y puedo ver a mi familia y amigos. En ese momento le dan a entender al abogado que en unas horas me excarcelan. Fue terrible mi sorpresa y terror cuando me comunican que me llevarán de nuevo a Caba. Por su parte mi familia se acerca al Juzgado a llevarme abrigo y se encuentra con que yo no estaba allí. Ante su requerimiento, nadie de la justicia pudo brindarles información sobre mi paradero. Solo los atienden dos empleados administrativos y al solicitarles la atención del juzgado de guardia, les contestan que solo están para atender nuevos casos. Ante esta situación se dirigen al buffet de mi abogado que no había recibido ninguna notificación sobre mi traslado. 

- Pase casi 24 horas desaparecido, porque recién al otro día con la tarjeta de teléfono que me “prestó” otro detenido me pude comunicar con mi esposa y decirle que estaba en la Unidad Penal N°28. Aproximadamente al mismo horario, mi abogado recibía la notificación de mi traslado.

- Mi familia me contó algo muy llamativo: el medio de prensa digital La Capital de Mar del Plata informaba la noche del 28 de mayo que el detenido Fernando Daniel Fernández había sido trasladado a la Unidad Penal N°28 a la espera de una celda en la Prisión de Marcos Paz o Ezeiza. ¿Cómo pudo publicar el medio lo que el juez resolvió y firmó la mañana siguiente?

- Quiero recalcar que para mi familia y letrado estuve desaparecido casi 24 horas en un Estado democrático y por orden de un juez que es parte de ese Estado democrático.

- Estuve casi 72 horas en la UP 28. Es un infierno, muy difícil de describir, condiciones lamentables, trato horrible, hacinamiento. Realmente temí no salir vivo. Tengo los recuerdos de esa estadía muy borrosos. Creo que mi inconsciente los ha sepultado por lo dolorosos que me resultan.

- El 31 de mayo a la noche me trasladan a Marcos Paz con muy malos tratos. Debido a una artrodesis de tobillo que tengo me costó bajar del transporte y me caí, los policías se mofaron de mí, me patearon y me dejaron tirado, sin abrigo (ya que la campera me la robaron en la UP 28), en una celda con las ventanas rotas y así pasé las horas de la madrugada.

- Al día siguiente me trasladan al módulo de ingreso, módulo 3, donde permanezco alrededor de 30/45 días, y luego al módulo dónde estoy actualmente, módulo 5 pabellón 10. Hice reiterados pedidos de audiencia (como se llama aquí) con un médico que tardó alrededor de 10 días en atenderme. No me revisó, yo le expliqué mis varias patologías: gota, hipertensión arterial, arteriopatía periférica, infarto de miocardio con tres stent, todo ocurrido en los 2 años anteriores. Sólo me hizo una receta para que mi familia me compré los remedios, con la medicación que debo tomar de por vida. Y para mi familia fue muy complicado poder dejarme dicha medicación, ya que vienen de visita los fines de semana, y la farmacia sólo atiende de lunes a viernes a las 17. Fue una peripecia lograr que el servicio penitenciario aceptara la medicación.

- Puesto que en 2011, tras ser despedido de la Superintendencia, padecí un cuadro depresivo severo y prolongado, pedí audiencia con la psiquiatra. Recién me atendieron 30 días después y me recetó un antidepresivo, que por mi experiencia le expliqué que no lo toleraba, a lo cual me contestó que era lo único que había en el SPF, dejándome ansiolíticos. Volví a realizar reiterado pedidos para que me atienda la psiquiatra y luego de 20 días me trajo una medicación antidepresiva adecuada. 

- Dos noches me avisaron que a las 4 de la madrugada me trasladarían al equipo forense de tribunales. Dos turnos, que después me enteré por mi familia que los pedían desde el Juzgado de Inchausti, y los perdí, un día por no tener móvil y otro sin ninguna explicación. Recién al tercer turno (ya había pasado más de un mes), fui trasladado y atendido por dicho equipo, compuesto por medico clínico, cardiólogo (que me realizó una ecocardiografía) y psiquiatra, quienes enviaron el informe correspondiente al Juzgado N°3 de Mar del Plata.

- Bastantes días después recibo la resolución del Juez Santiago Inchausti de negarme la prisión domiciliaria sin fundamentar ningún motivo, pero ordena al SPF que debo ser atendido periódicamente por medico clínico, neumólogo, cardiólogo, psiquiatra y que ante la mínima descompensación debo ser derivado a un Centro de alta complejidad. Cualquier persona que conoce el Penal de Marcos Paz sabe que esto es imposible de cumplir.

- Mi abogado presentó innumerables pedidos de atención médica, de provisión de medicación, de excarcelación, de prisión domiciliaria y nota sobre mi estado de salud casi diarios en el Juzgado del Dr. Inchausti. Ante la negativa de todo lo solicitado llevó las apelaciones correspondientes a la Cámara Federal de Apelación de Mar del Plata, a cargo actualmente de los jueces Tazza y Giménez, donde:

1. Resolvieron negativamente la apelación de la excarcelación, evidentemente sin leer los fundamentos del letrado, que ante todo marcaba que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho. Como expresó Joaquín Morales Sola en su editorial del domingo 19 de agosto del 2018 del Diario “La Nación”: “Nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito”. Tampoco tomaron en cuenta que de los cuatro procesados como partícipes solo a mí me tienen detenido, siendo que me imputan un solo hecho (el ya mencionado) y los otros procesados tienen más de 17 hechos, estando en libertad.

2. Llevamos más de 20 días esperando que resuelvan sobre la prisión domiciliaria, sin otorgarle una audiencia a mi letrado para poder explicar mi situación ante los jueces.

3. Como también, seguimos esperando que resuelvan la apelación del procesamiento.

Antes de preso soy un ser humano que se ve juzgado injustamente, desatendido médicamente, con serios riesgos de muerte, viviendo en condiciones infrahumanas (como todos los internos del penal). Yo soy un ciudadano argentino que me desempeño como médico desde 1980 y vivo en la ciudad de Mar del Plata desde el mismo año, viviendo desde hace 35 años en el mismo domicilio, que con esfuerzo mío y de mi esposa fuimos remodelando con ahorros y préstamos a lo largo de los años. Tengo cuatro hijos adultos y dos nietos que también viven en la ciudad y son todas personas de bien. Mi temor es que ante está justicia actual todos estamos en peligro y no quiero eso ni para mis hijos, ni mis nietos.