Trabajadores de la Boston aseguran que el desalojo fue “ilegal” y que los “sacaron como delincuentes”

Catorce trabajadores llevaban 228 días de toma del local de Playa Varese para reclamar el pago de salarios adeudados e indemnizaciones por despido.  

Un cordón policial rodea las instalaciones de Urquiza y la costa, que fue desalojado durante la madrugada. Foto: 0223

16 de Enero de 2019 09:32

Por Redacción 0223

PARA 0223

Despidos sin causa, 228 días de toma en reclamo del pago de salarios adeudados e indemnizaciones y un desalojo realizado durante la madrugada. Eso es, en pocas líneas, lo que padecieron los trabajadores de la tradicional confitería Boston a lo largo de los últimos ocho meses.  

Este miércoles a la madrugada, a 22 días de un fallido intento de desalojo de la sucursal de Urquiza y la costa, en Playa Varese, en el marco de un importante operativo de seguridad se concretó la medida judicial y dejó a 14 empleados echados sin lo poco con lo que tenían para continuar con sus reclamos. Ahora, el sindicato de Gastronómicos, que representa a gran parte de los

“Nos sacaron como delincuentes”, lamentó esta mañana Norma Argarañaz, en diálogo con 0223. La mujer de 41 años se desempeñó como camarera de la Boston durante la última década  y su situación –con la de la mayoría- es angustiante: tiene a cargo dos hijos pequeños y no logra conseguir trabajo.

A su entender, el procedimiento fue “ilegal” porque se llevó adelante en horas de la madrugada y sin ningún tipo de notificación. “Entraron por la fuerza, sacaron a  nuestros compañeros como delincuentes y se quedaron con nuestras cosas, mercadería e, incluso, dinero de uno de los trabajadores”, aseguró y lamentó: “Lo más triste es que al final nos terminamos yendo con una mano adelante y otra atrás”.

“Siempre perdemos los trabajadores, los empresarios siguen caminando por la calle tranquilos, a pesar del desastre que hicieron”, dijo.

Si bien reconoció que la medida los tomó por sorpresa, afirmó que tampoco tenían la esperanza de poder continuar mucho tiempo más en el local, que había sido alquilado por los empresarios Lotero, propietarios de la Boston. “Habíamos ofrecido pagar al menos las expensas pero se negaron se negaron rotundamente”, comentó.

Por último, Norma dijo tener una “gran desesperanza”. “En una semana sacan todo, montan otro comercio gastronómico y todo el mundo se olvidará de nosotros”, aventuró.