Adiós a un proyecto lúdico y cultural en Mar del Plata: La Casualidad cierra al público

La Casualidad comenzó como un espacio lúdico, donde la gente podía ir a escalar y pasar un rato en el corazón de Sierra de los Padres. Poco a poco, comenzó a crecer: sumó más juegos, actividades, creó lugares para acampar, incorporaron propuestas culturales, realizaron festivales. Siempre con una premisa: precios accesibles que todo el mundo pueda ir y disfrutar del lugar.

Ese “sueño” hoy quedó trunco.  “Hace un par de años que el tema viene complicado y ahora ya no lo pudimos sostener más”, dijo Melisa, una de las responsables del lugar, en diálogo con 0223.

La Casualidad nació como una propuesta para que la gente venga a jugar, con un sector para escalar. Luego sumó, un laberinto, arquería, metegol humano. “Empezaron a venir grupos, se armaron refugios para campamentos, se corrieron carreras, festivales, un espacio cultural”, recordó Melisa, quien destacó que disfrutaban con la posibilidad de que la gente fuese al lugar.

“Siempre cobramos una entrada muy barata para que la gente pueda venir. Incluso los espectáculos que se hacían eran a la gorra y lo recaudado era para los artistas”, dijo. Hace un año y medio, con la situación económica más delicada, decidieron dejar de cobrar entrada para que la gente pueda ir y solo se generaban ingresos con las entradas a los juegos.

“Había mucha gente que venía y no ingresaba a ningún juego, por lo que no teníamos ingresos, pero a nosotros era un gusto”, destacó. Pero esa decisión comenzó a chocar con la realidad: cada vez eran más los gastos fijos. “Hace un año pagábamos 700 pesos de luz. 900 en la época de mayor consumo. Y la última boleta fue de $9.900”, relató la propietaria de La Casualidad.

“Ese sueño que tuvimos hace 12 años, de abrir un espacio de juegos y un centro cultural lo tuvimos que dejar”, planteó.

Ahora, La Casualidad funcionará solo para determinados eventos, pero ya no estará abierto al público. “Es una tristeza inmensa. Una impotencia por no poder seguir haciéndolo. Hace años que lo venimos sosteniendo, pero se nos va de las manos”, concluyó.