Catriel tiene 3 años y es insulinodependiente: no lo dejan ir más de una hora por día al jardín

El menor asiste a un jardín municipal de Parque Camet. Su familia denuncia que desde marzo sólo pudo completar 10 horas de clases, y desde la Secretaría de Educación adjudican la decisión de las maestras a una extensión del período de adaptación. 

24 de Abril de 2019 09:34

Por Redacción 0223

PARA 0223

Catriel tiene 3 años y es insulinodependiente, debido a que padece Diabetes Mellitus Tipo 1. Como muchos chicos de su edad, asiste a un jardín de infantes para poder recibir educación. Sin embargo, según denuncia su familia el niño no es tratado como los demás.

El menor concurre al Jardín Municipal Nº18 "Edmundo D' Amicis" -ubicado en Felipe de Arana 7120, Parque Camet-. "Pero desde el 11 de Marzo al día de hoy, no pudo completar más de 10 horas dentro del establecimiento", reclamó Macarena, su mamá, en diálogo con 0223 y se preguntó: "¿Por qué?".

Según explicó la mujer, desde la Secretaría de Educación Municipal enviaron un acta al establecimiento educativo ordenando que Catriel no asistiera más de una hora al jardín. "Y si lo hacía lo hiciera acompañado con un Acompañante Terapéutico, pero eso no sirve en el caso de su enfermedad",afirmó la madre.

"Nunca recibimos más que actos de discriminación hacia él", sostuvo su familia.

Entre la directora y los tutores firmaron un acta acuerdo para que el niño pueda completar la jornada las 4 horas diaria. Pero, "eso nunca se cumplió", dice su madre y explica que antes de que se cumple la hora de clases "todos los días"  la llaman para que retire al menor.

"Cuando llego ya está con la campera, la mochila y la autorización de retiro completa", señala. Al parecer, sólo una vez la dejaron darle la medicación al menor, esperar a que haga efecto y permitirle que vuelva a entrar a clases. "Pero nos hicieron sentar en el pasillo, mientras sus compañeritos estaban adentro escuchando un cuento", subraya.

En ninguna institución escolar están autorizados para suministrar medicamentos, por ello, si un niño lo necesita, debe ser un familiar el que se acerque a dárselo. Así consta en el documento firmado por la partes.

"Hoy 23 de abril, Catriel volvió al jardín después de más de dos semanas sin asistir y esta vez 8.50 me llamaron porque tenía el azúcar baja, un nivel normal en donde se puede suministrarle alimento y esperar a que suba, lo cual no es instantáneo", señaló la mujer. Para medirlo, se usa un dispositivo llamado "freestyle" donde se escanea con un sensor.

Más allá de la discriminación a su hijo, la madre contó que los directivos del jardín, por un corte de luz durante el fin de semana, echaron a perder el glucagón y la insulina aspártica que su madre había dejado en la institución y que vale alrededor de $6000 cada uno. 

"Estamos cansado de la discriminación y la falta de compromiso a la hora de cumplir con las leyes que garanticen el acceso a la educación y los derechos del niño", concluyó la mujer y subrayó: "Catriel no tiene una enfermedad infectocontagiosa, ni puede afectar a otros, la falta de información es más peligrosa que la falta de insulina". $6.000.- cada una.

Según las explicaciones del titular de la Secretaría de Educación, Luis Distéfano, desde el jardín le notificaron que el niño nunca llegó a cumplir las 4 horas de clases por una extensión del periodo de adaptación y ratificó la existencia del acuerdo que según las autoridades sí se respeta, algo que la madre del menor negó.

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