Amante de los perros y enamorado de una chica: quién era Tiago, el adolescente de 17 años que murió al chocar con su moto

La absurda muerte que sufrió Tiago Iruretagoyena dejó un profundo vacío en su familia y amigos. El adolescente de 17 años chocó el miércoles al mediodía en la avenida Jacinto Peralta Ramos con su moto, que le había comprado su mamá después de una tragedia familiar que lo marcó. Impactó contra varios autos y cayó sobre el asfalto: murió en el acto. Viajaba con un amigo que se salvó de milagro.

Tiago era el menor de cinco hermanos. Vivía con su mamá, Mariana, quien hacía un año le había regalado una moto Yamaha XTZ azul para que se refugie del dolor por la pérdida de su padre: "Le gustaba hacer piruetas con la moto pero en el campo", le cuenta a 0223 la mujer, sumergida en la tristeza.

"Nos costó muchísimo comprársela. Se la compré para que sea feliz. Estaba triste por la falta de su papi. Yo renegaba porque le gustaba hacer saltos y a mí me ponía mal", recuerda.

Mariana cuenta que su hijo el domingo pasado le había dicho de vender la moto para que no renegara más. Tenía pensado comprarse una camioneta para poder disfrutar de sus dos perros dogo. Pero el destino le arrebató todo en una sola maniobra.

El accidente

Según la versión oficial que reconstruyó la Policía, Tiago manejaba la moto cuando chocó entre Tripulantes del Fournier y Rosales contra un Citroën C4 negro. Seguidamente, embistió un Renualt Sandero y la moto fue arrastrada cincuenta metros. Su cuerpo y el de su amigo, un joven de 23 años, quedaron tendidos entre la calle y la vereda hasta la llegada de personal del Sistema de Atención Médica de Emergencias (Same).

La mujer confió que su hijo no escapaba de la Policía al momento del brutal accidente sino que estaba yendo a ver a su novia, una chica con la que había iniciado una relación afectiva hacía apenas dos meses. "Mi hijo estaba enamorado", confiesa.

"No me pidió permiso esta vez. Cruzó en amarillo o en rojo y chocó. Yo sé que cometió un error, pero no era un delincuente. No estaba escapando de nadie ni le había robado a nadie. Era chico e imprudente", aclara sobre algunas versiones que daban cuenta de un supuesto escape.

Un chico laburante, aplicado y muy querido

Según cuenta Mariana, Tiago era un chico de 17 años que asistía a la escuela N°36 Fray Luis Beltrán, ubicada a tan solo nueve cuadras del lugar del fatal accidente. "Terminó el año con todas las notas, no tenía nada que rendir. Jamás tuvo una queja en el colegio. Era un excelente compañero", asegura sobre su actividad escolar.

Además, desde los 6 años su hijo lo ayudaba en la leñera que tiene en el campo, donde también hacía tareas para recolectar tomates o papas y otros alimentos. "Me ayudaba a descargar, a llevar el reparto y hasta a cortar el pasto. En todo lo que podía me ayudaba", afirma.

Tiago también era amante de los animales y en el último tiempo había empezado a adiestrar a sus mascotas. Su mamá recién ayer por la noche pudo recuperar el teléfono celular de su hijo, donde conserva todas las fotos y videos de él con sus perros.

"Tiago jamás le faltó el respeto a nadie. Mi hijo no consumía drogas, no tomaba ni fumaba. Me pedía permiso para salir. Era mi vida", manifestó la mujer visiblemente conmocionada y exclamó: "No quiero que la gente piense que era un delincuente. Respeten mi dolor, por favor. No hablen de cosas que no saben".

Mientras tanto, confió que el joven de 23 años que iba de acompañante sufrió algunos raspones pero está fuera de peligro y ya se recupera para poder despedir a su amigo.