Una pelea por un alquiler, una detención ciudadana y dos balaceras entre hermanos: así fue el homicidio del barrio Las Dalias

Todo arrancó con una discusión entre una inquilina y la dueña de la casa. Y escaló, impulsada por la locura y la intervención de varios familiares, a una escena inimaginable, con peleas, armas, una detención ciudadana y una persona internada con un balazo. Casi un mes después, ese disparo resultó ser mortal. Hoy hay dos detenidos, un fallecido y una defensa que entiende que se trató de un homicidio en legítima defensa. 

El crimen del barrio Las Dalias se desató el domingo 19 de enero. Y quedó filmado por las cámaras de seguridad. Eran cerca de las 8 de la noche cuando una propietaria de una vivienda, en Los Naranjos entre Ringuelet y Cabrera, discutió con una mujer a la que le alquilaba la vivienda. Parecía una pelea más por un tema menor. Pero pocos minutos después todo cambió.

La inquilina llamó a su madre para decirle lo que le estaba pasando con la dueña de la vivienda y la mujer le contó a su pareja, Pablo Oporto, y fueron hasta la vivienda de manera violenta. La fiscalía busca determinar qué pasó entonces, pero se sabe que la escena cambió y la violencia se volvería incontenible.

De acuerdo a los testimonios, el hermano de Oporto también llegó al lugar, y efectuó varios disparos al aire. Tenía dos armas. En la cuadra vive Federico Saralegui, hoy detenido por el homicicio de Oporto, y muy cerca lo hace su hermano Mauricio, que trabaja como herrero y tiene portación de armas. Los Saralegui lograron atrapar a uno de los Oporto y lo mantuvieron retenido esperando a que llegara la policía.

Pero los efectivos nunca llegaron, y el que volvió a la escena, con una cuchilla de filetero, fue Pablo Oporto. Se enfrentó con los Saralegui para tratar de liberar a su hermano y en esa pelea Federico Saralegui tomó una de las armas que se le había caído a Oporto y le disparó. Una de las balas le dio en el abdomen.

Allí se terminó la pelea. El herido fue llevado hasta el hospital por su hermano, que luego quedaría detenido porque le encontraron las dos armas dentro del vehículo con el que lo llevó de urgencia hasta el Higa.

Pablo Oporto estuvo internado, en grave estado, y en las últimas horas murió. Es por eso que hoy la justicia tiene dos causas abiertas, una por portación de armas contra Oporto y la otra por homicicio contra Saralegui. Mientras el fiscal Carlos Russo avanza en la investigación, el abogado del acusado, que trabaja como albañil y de empleado de vigilancia privada, sostiene que se trató de una legítima defensa, por lo que su defendido debería quedar en libertad.

Todo quedó registrado en las cámaras de seguridad. Por lo que buena parte de los hechos van a poder ser demostrados.