El brillo en las tribunas de Quilmes y Peñarol

La fiesta, aunque con menos concurrencia que otras grandes noches, fue igual. Las hinchas de Quilmes y Peñarol demostraron su efusividad a cada instante. Las ganas de volver a ver a su equipo después de largos meses, explotaron ni bien cada simpatizante pisó el Polideportivo Islas Malvinas. 

Terminó festejando el público "Cervecero", con la victoria 68 a 64 que sirvió de desahogo por los malos tragos de la temporada pasada en un clásico que siempre estuvo cerca de ganar y del que solo pudo disfrutar una sola vez. La gente del "Tricolor" no se olvidó de Fabián Sahdi, de reciente pasado en el club y ahora en la vereda de enfrente. A su vez, alentó en sus vueltas a "Junior" Cequeira y Rubén Wolkowyski, muy aplaudidos ambos, mucho más después de la victoria. Los quilmeños estallaron, después de tantos lanzamientos fallidos en la noche, de los triples clave de Maxi Maciel e Ivory Clark. Temieron cuando Cequeira falló un doble y Leo Gutiérrez tuvo para empatar dos veces. Pero se descargaron con ese libre de Federico Marín que sentenció el triunfo tan esperado.

Los de Peñarol, mayoría por ser locales, cantaron por el título conseguido y refrescaron a su rival de siempre los descensos al TNA. Se preocuparon por el corte de Leo Gutiérrez, gritaron con toda la fuerza cada corajeada de la figura de Adrián Boccia, y extrañaron -como el equipo- la imponencia de Martín Leiva.

El miércoles será otro capítulo más de esta historia superclásica. Unos querrán repetir el festejo, ya engolosinados. Otros, vengarse rápido y recuperarse. Peñarol y Quilmes, Quilmes y Peñarol. Una nueva fiesta en paz, como debe ser.