Secuestros virtuales: elevan a juicio la causa de “los simuladores”

Hay un detenido, un prófugo y otras cinco personas sin identificar. Entre enero y marzo de 2014 cobraron más de 375 mil pesos y 100 mil dólares de rescates.

19 de Febrero de 2015 10:24

Por Redacción 0223

PARA 0223

Llamaban desde celulares que descartaban después de un día, lo hacían casi siempre de noche e imitaban las voces de algún allegado de la víctima. La operatoria de “los simuladores” quedó desbaratada en abril pasado, luego de que la banda cobrara rescate por múltiples secuestros virtuales. El avance de la investigación le permitió, en las últimas horas, a la fiscal Andrea Gómez solicitar a la Justicia de Garantías la elevación de la causa a juicio.

En abril de 2014 personal de la Dirección Departamental de Investigaciones allanó una vivienda en Punta Mogotes en la que detuvo a dos personas, secuestró dos autos de alta gama, dinero, joyas y una gran cantidad de chips telefónicos usados y otros por estrenar. La banda –investigada por una gran cantidad de hechos- quedó desbaratada, aunque solamente uno de sus integrantes está detenido.

En la requisitoria presentada por el Ministerio Público Fiscal se pidió juzgar a Ian Iglesias Hachmann como uno de los dos cabecillas de una “organización criminal” que operó durante cuatro meses en la ciudad. El imputado compartía con Carlos Horacio Christon –prófugo- la dirección de la asociación ilícita. En el mismo pedido, la fiscal Gómez pidió el sobreseimiento parcial de Luis Díaz Álvarez.

 

Los simuladores y amor gitano

A lo largo de la investigación, las fuentes consultadas por 0223 coincidieron en señalar que Christon e Iglesias Hachmann con al menos cuatro hombres y una mujer realizaron diferentes hechos tipificados penalmente como extorsión. Algunas de esas personas –aún no identificadas- responderían a los nombres de Ianco, Jonathan, Francisco y "el chapu".

Durante el primer tramo de la investigación, desde la DDI se confirmó que la banda estaba compuesta por varias personas, algunas de ellas de la comunidad zíngara. Los investigadores estiman que las personas prófugas realizaban las llamadas telefónicas extorsivas e intimidatorias y simulando la voz de supuestos familiares del llamado requerían de forma amenazante la entrega de dinero en efectivo o joyas.

En todos los casos los sujetos ordenaban que juntaran rápidamente el dinero y los objetos de valor y que los arrojaran o depositaran a pocos metros de los domicilios. Durante el allanamiento realizado el año pasado, encontraron uno de los bolsos en los que una de las víctimas había colocado el pago del “rescate”.

En algunas de las computadoras secuestradas durante los allanamientos se estableció que la banda recolectaba datos personales de los teléfonos fijos a los que llamaban –casi 40 intentos por día-  de varios sitios que promocionan ese servicio en internet .

 

Dinero cobrado, dinero gastado

En el pedido de requisitoria de elevación a juicio al que tuvo acceso 0223 se detallan un total de veinticuatro hechos que se le atribuyen a la banda. En todos los casos los llamados eran a los teléfonos fijos de las víctimas y se simulaba que tenían a un familiar secuestrado.

De acuerdo a los datos aportados en las denuncias, en concepto de rescate se pagaron en esos hechos más de 375 mil pesos, 102 mil dólares y 11 mil euros, además de una cantidad no precisada de joyas, relojes y otros objetos de valor.

La multiplicidad de elementos probatorios permitió detallar con exactitud los llamados realizados, los domicilios visitados y los botines recolectados durante la operatoria de la banda. Las dudas acerca de las zonas elegidas para cometer los delitos estuvieron relacionadas con el lugar donde residía la banda. Antes de ser sorprendidos en el inmueble de Punta Mogotes, ocuparon otras tres viviendas.

Más allá de no tener un trabajo estable, Hachman realizó a partir de los primeros hechos gastos considerados como excesivos. La compra de un auto importado, una motocicleta, computadoras, prendas de vestir de reconocidas marcas con dinero en efectivo, dieron otras señal de que uno de los cabecillas intentaba blanquear los rescates con esas operaciones.