Hasta que digamos basta

Nunca pensé ver a mi ciudad así, así dolida, así de solidarizada, cansada y gritando tan fuerte. Hoy más de tres mil personas marchamos por Lucia, porque Lucia está en cada marplatense que todavía no despierta de la pesadilla.

Ella como mi hija Julieta, tenía sueños, tenía amigos, tenía un futuro que la esperaba. Se los robaron, le sacaron todo. Alguien se adueñó de su vida, dejando una familia incompleta, sueños pendientes y una ciudad que grita.

Tampoco nunca pensé tener tanto miedo. Miedo porque soy padre, miedo porque tengo hermanas y sobrinas, amigas, compañeras. ¿Hasta cuándo vamos a permitirlo? Porque los mismos que estuvimos hoy ahí, pidiendo justicia por Lucia, somos los que lo permitimos. Somos los que como padres criamos hijos violentos, somos los que como Estado bajamos la mirada ante una realidad que se lleva a nuestras mujeres. Somos los que nos movilizamos por cualquier reclamo, pero recién salimos a la calle por Lucia. ¿Y cuántas tuvo que haber antes?

Hoy nuestra ciudad sangra una herida que no cerrará hasta condenar a los culpables, y aun así nos marcará para siempre. Como legislador, como marplatense, como papá y como varón que aprendió a pelear junto a mis compañeras, me comprometo a no dar respiro hasta encontrar Justicia. Acompañando a la familia de Lucia, siguiendo de cerca cada paso de esta causa que lleva su nombre, pero es el de muchas otras y nos involucra a todos.