De la cárcel a la casa: le dan arresto domiciliario al jefe del "Pozo de Banfield"

El Juzgado Criminal y Correccional Federal 3 de La Plata le otorgó la prisión domiciliaria al represor Juan Miguel Wolk, quien ya fue trasladado a su casa de la zona de Punta Mogotes. Para eludir la Justicia, se hizo pasar por muerto durante más de 20 años.

En el duplex con el cartel de venta, Juan Miguel Wolk esperará el juicio. Foto: Marcelo Núñez. 

10 de Febrero de 2016 20:09

En las últimas horas, la presencia de dos efectivos de Prefectura en la puerta de la vivienda del exjefe del centro clandestino de detención conocido como el "Pozo de Banfield", Juan Miguel Wolk, despertó la curiosidad de los vecinos de Punta Mogotes. ¿El motivo? La justicia le concedió la prisión domiciliaria al represor, que ya se encuentra alojado en su dúplex de Benedetto Crocce 3045, entre las calles Lynch y Lorca de la zona sur de Mar del Plata.

La resolución fue emitida por el Juzgado Criminal y Correccional Federal 3 de La Plata, quien le concedió el beneficio argumentando que el detenido de 82 años padece “delicadas enfermedades” que tornan “inconveniente” su permanencia en el Complejo Penitenciario Federal 1 de Ezeiza, en donde se encontraba alojado.

El detenido debe llevar un dispositivo de vigilancia electrónica, sólo podrá salir de su domicilio con autorización de la Justicia y personal de Prefectura Naval Argentina deberá constituirse de forma permanente en el acceso al duplex, establece la resolución a la que 0223 tuvo acceso. 

La medida se fundamenta en que Wolk “padece deterioro cognitivo, Romberg positivo, inestabilidad en la marcha, hipoacusia, temblor parkinsoniano, hipermetropía leve y astigmatismo en ambos ojos, catarata nuclear grado II en ambos ojos y angioesclerosis vascular grado II”.

Además, mencionan que el represor “presenta insuficiencia renal crónica del grado III-IV, de alto riesgo cardiovascular, pudiendo presentar eventuales descompensaciones en forma súbita, tanto de origen cardiovascular, como neurológicas y renales, y que si bien esas patologías se encuentran estables, el encausado presenta riesgo elevado de muerte súbita por edad y patologías”.

Wolf actuó como jefe del centro clandestino de detención del sur del conurbano bonaerense, por el que pasaron los estudiantes de "La noche de los lápices".

También conocido como "el nazi" y "el alemán", había sido condenado a 25 años de prisión en la década del '80, pero evitó la prisión gracias a las leyes de impunidad.

En el 2000 fue requerido por el juez español Baltasar Garzón para su extradición y juicio en la Audiencia Nacional de Madrid por la desaparición de la ciudadana española Ángela López Martin, pero el entonces presidente Fernando de la Rúa no atendió la solicitud.

Poco después, cuando el Juzgado Federal 3 lo convocó para dar testimonio en los llamados "Juicios de la Verdad", Wolk hizo llegar un acta de defunción suya que fue convalidada por el tribunal. No obstante, veinticinco años después, la mentira fue descubierta por Marta úngaro, hermana de uno de los adolescentes desaparecidos en "La Noche de los Lápices", quien  denunció que el exrepresor vivía en su chalet y cobraba su jubilación de comisario retirado.

“Esto es algo muy grave porque estamos hablando de genocidas, asesinos que tienen mucha información sobre dónde están enterradas las personas que mataron y jamás dieron muestra de arrepentimiento”, advirtió este miércoles Úngaro al ser consultada por 0223.

A su vez, hizo hincapié en que Wolk “ya dio sobradas muestras de lo que es capaz de hacer para eludir la Justicia”. Por ese motivo, anticipó que solicitarán a la Justicia los controles diarios del domicilio del represor. “Es un asesino y debe estar en la cárcel, y si está enfermo, que sea atendido por los médicos del penal”, enfatizó. 

 

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