ArteBA cumplió 25 años y los celebra con una edición imperdible

21 de Mayo de 2016 21:02

Por Redacción 0223

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Por Aluminé Rosso, especial para 0223 

Desde el pasado miércoles y hasta este domingo, el predio de La Rural de Buenos Aires se convierte en pequeños museos, galerías y salas de exposiciones que presentan propuestas artísticas imperdibles, con obras de artistas argentinos consagrados como Antonio Berni, Xul Solar, Julio Le Parc y Luis Felipe Noé, hasta instalaciones de jóvenes artistas que paralizan y conducen a la toma de postura ante hechos sociales como la violencia, la mediatización y la vida en los barrios.

En esta vigésimo quinta edición, arteBA recibió a 400 artistas destacados y más de 250 invitados extranjeros, en una feria donde cada sala permite al público vivir una experiencia única. En cada espacio, las obras transportan al visitante hacia otras épocas, como la sala destinada al arte pop de Edgardo Giménez que rememora a los años 60. Grandes y chicos se agolpan para tomarse una fotografía con uno de sus famosos monos, que los marplatenses ya pudieron ver en el MAR.

También las instalaciones invitan a los presentes a interactuar con las obras. Tal es el caso de “Ascensores”, del artista Leandro Erlich, que propone la instalación lúdica en la que tres ascensores, que carecen de espejos en el centro, se conectan entre sí. Cuando el espectador entra en ellos buscando naturalmente el propio reflejo, su imagen se convierte en el reflejo del otro.

Se trata sin dudas de una feria de arte de gran magnitud que permite agrupar, desde hace 25 años, experiencias variadas y encontrarse con la “actualidad artística” a nivel mundial. En toda su historia, han pasado por sus ediciones más de 8.800 artistas de más de 20 países distintos y se ha posicionado como la tercera más visitada del mundo.

 

Paradas obligatorias

Cada espacio plantea una experiencia estética interesante, como es el caso de obras de Berni, Le Parc, Xul Solar, Eduardo Stupía, Kasuya Sakai, Carlos Arnaiz, Pablo Suárez. Pero también artistas emergentes agrupados en el espacio Dixit. Sin embargo, el público ha destacado algunas obras e instalaciones en las que las filas se extienden para formar parte de estas propuestas.

 

Desde la entrada

Sin dudas, todas las miradas se las llevó un inmenso e impactante mural de Kenneth Kemble de 1960, que fue reconstruido y será donado a la Ciudad de Buenos Aires. Con este gran proyecto, el Museo de Arte Moderno y el Distrito de las Artes homenajean al artista, protagonista en el pasaje del arte moderno al arte contemporáneo en el país.

El mural puede verse desde la explanada de la puerta de arteBa y funciona como antesala de una feria que invita a detenerse en cada obra.

 

Un rancho de adobe en la ciudad

Caminando por los pasillos los visitantes se topan mágicamente frente a un “rancho de barro”. Al ingresar, se encuentran con un catre y algunas pertenencias de quién podría ser un gaucho criollo y los recibe un mural de imágenes típicas de la argentina del siglo XIX.

Se trata de una obra de Alberto Passolini, reconocido artista, quien supo reinterpretar “La vuelta del malón”, la obra clásica del arte nacional de Ángel Della Vall. En la versión de Passolini los roles de los personajes están invertidos: “La cautiva” es un hombre blanco capturado por amazonas enardecidas.

 

Un auto renacentista

Otro “stop” obligatorio es “un auto gris” con sus puerta abiertas que se encuentra estacionado en otro de los pasillos. Los espectadores se preguntan si se trata de una rifa, una publicidad o un premio, pero quienes se animan a ingresar a su interior y acostarse en los asientos totalmente reclinados, se encuentran con una grata sorpresa: el auto se convierte en una capilla renacentista italiana.

En el techo del vehículo la joven artista rosarina Mariana Telleria, pintó con témpera una especie de fresco a partir de recopilar varias obras clásicas de grandes maestros. La obra causa sensación en el público que pregunta desde el valor de la pieza con y sin auto, hasta sus formas de adquisición y las posibilidades de montaje por fuera del automóvil.

"Esto es una feria, si quieren les vendemos el auto, si quieren la obra sola la sacamos, si quieren hacemos otra en su auto", bromeó la galerista.

El auto es del novio de la artista, quien trajo la obra manejando desde la ciudad santafecina hasta Capital Federal para presentar “el gran plan” (título de esta instalación) que Telleria preparó para esta edición de arteBA. Quienes deseen adquirirla simplemente debe hacerlo a pedido, ya que el “fresco” se pinta en una pieza que puede ser colocada en cualquier tipo de automóvil.

Mariana Telleria también formó parte de una de las exposiciones del MAR de Mar del Plata, donde expuso una enorme instalación que presentaba un barco a gran escala, incrustado en las paredes del museo, titulada: “Somos el límite del deseo”.

 

Un mensaje

En los pasillos de la feria estuvo presente la infaltable artista, Marta Minujín, quien recorrió cada espacio, brindó notas a la prensa y se tomó “selfies” con los visitantes que se acercaban a saludarla.

A su vez, aprovechó la ocasión para brindar un mensaje a los jóvenes que inician su carrera artística: “Hay que ver arte, vivir arte y respirar arte”. Al mismo tiempo aseguró: “Yo estoy en contra del mercado, yo más que vivir del arte sobrevivo, si hago obras millonarias es porque otros ponen el dinero”. Por último aconsejó a los artistas emergentes que “pidan materiales para poder realizar obras, sólo eso”.

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