Juntada con ministros pero los barcos siguen sin salir

“Escuchan… anotan…preguntan…. no tienen mucha idea pero son los únicos que nos dan bola”, resumió un industrial exportador el balance del primer encuentro que había mantenido con los ministros bonaerenses de Trabajo y Agroindustria, Marcelo Villegas y Leonardo Sarquis, respectivamente.

Ayer en sede del Consorcio Portuario todos los invitados a la Mesa Técnica de Trabajo y Producción que impulsan los ministros bonaerenses se volvieron a reunir y si bien este empresario no pudo participar, la reseña del encuentro es más o menos parecida.

Los barcos no salen, pero todos, y me refiero a armadores, industriales, procesadores, sindicalistas, prestadores de servicios portuarios, funcionarios de segundo nivel, todos coinciden en destacar el espacio de dialogo, la chance de contar los problemas y que del otro lado se ocupen por resolverlos.

La situación que atraviesa la actividad es compleja como lo venimos describiendo desde este espacio en el último tiempo. El optimismo por el cambio de gobierno se evaporó cuando la inflación devoró el margen del sinceramiento del tipo de cambio.

En buena hora se tomó la decisión política de terminar con la subdeclaración –al menos en la flota fresquera- y la recaudación millonaria de los inspectores de pesca, pero el corte del grifo por donde salía todo el pescado en negro generó consecuencias en plantas procesadoras que cerraron y dejaron en la calle a cientos de trabajadores.

Hoy los costos de producción superan a la recaudación por la comercialización del producto y la pesca nacional, salvo la excepción del langostino y el calamar, está fuera de escala; imposibilitada de competir contra casi nadie.

En este contexto, donde muchos en el puerto siguen esperando el diagnóstico formulado por los asesores del exministro Kiciloff en el tercer trimestre del año pasado, la posibilidad de encontrarse en este espacio de análisis que habilitó la Provincia de Buenos Aires, les suma un poco. Pero los barcos siguen sin salir.

“Antes hablábamos con Sosa (Daniel, ex asesor en la anterior gestión del Consorcio y responsable del Plan Estratégico del Puerto) y hoy recibimos a dos Ministros”, confió un armador para ejemplificar el cambio de vientos.

“La pesca tiene un enorme potencial y estamos cansados de que sea potencial. Tenemos que trabajar todos en conjunto para que esta industria esté donde tiene que estar”. La frase pertenece a Leonardo Sarquís, y fue pronunciada el 21 de junio pasado, cuando inauguró este espacio donde hasta ayer terminaron ese diagnóstico: enumerar los problemas y las posibles soluciones para que el puerto se reactive.

Aquella vez el ministro fijó la metodología del trabajo en comunión con patrones y sindicatos: reuniones cada 10 días y un plazo de tres meses para comenzar a verse los primeros resultados. Villegas les pidió a las partes “cero hostilidad”.

Mientras ya se lleva casi la mitad del camino recorrido y ayer se reunieron después de casi un mes –la crisis parece que bien puede tomarse vacaciones invernales- la paz social se resquebraja con conflictos que no por puntuales afectan a pocas personas. La protesta de obreros precarizados de la cooperativa El Tigre frente a Frigorífico Bermejo, mantiene en vilo 110 fuentes de trabajo, entre los registrados y los informales.

El cónclave de este jueves en el Consorcio encajonó y le puso un orden de prioridades a los desafíos por resolver en tres grandes ejes temáticos. “Condiciones Laborales, empleo y productividad”, “Marco regulatorio y situación impositiva” e “Infraestructura Portuaria”.

Quienes participaron en esta comisión reafirmaron la necesidad que el puerto de Mar del Plata realice un dragado de mantenimiento de sus canales de acceso. Curioso porque ninguno de los dos ministerios son autoridad de aplicación en la temática, sino que depende de Actividades Portuarias, bajo la órbita de Producción.

Hoy la industria pesquera marplatense late en el corazón de los buques factoría por ventajas sustanciales, enumeradas en este mismo espacio (Ver “La Pesca Chorizo”, de febrero pasado). Un botón como muestra: En el ranking de buques que más merluza pescaron en el 2015, en los 10 primeros lugares aparecen nueve congeladores.

Financiar el combustible a través de una tarjeta de crédito del Banco Provincia, similar a la que utiliza el sector agropecuario, asomaba como una posibilidad concreta para oxigenar las cuentas corrientes de los armadores fresqueros. “Le tienen que quitar impuestos para pagarlo más barato; aunque sea en 12 cuotas, lo pagamos muy caro”, confió un armador al término de la reunión.

En las últimas horas el gobierno nacional promulgó la nueva ley 27.264, de fomento para las inversiones productivas de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MPyMES), que fue aprobada el mes pasado en el Congreso. En el puerto casi todas están dentro de este universo.

Algunos actores de la industria consideraron que la norma llegó un poco tarde. “No hay capital de trabajo para invertir en nuevos proyectos o comprar bienes de uso a través de líneas de leasing”, remarcó un colega. Otros tienen más respaldo. Antonio Solimeno, por ejemplo, le dice a todo aquel con quien se cruce en el muelle que la puesta en valor del congelador “Luca Mario” le demandó una inversión de 3 millones de dólares.

La nueva ley MPyMES establece que paguen el IVA a 90 días de facturado, a la vez que faculta a la AFIP para que haga un sistema simplificado de impuestos para este sector, una vieja demanda de las empresas procesadoras y exportadoras del puerto. Ambas demandas figuran en la lista de prioridades tras la reunión de ayer.

Animada estuvo la mesa donde se discutió sobre “Condiciones laborales. Empleo y productividad”. El ministro Villegas anticipo que evaluaban introducir cambios en el sistema de contratación del personal vinculado al procesamiento.

El año pasado Trabajo de Nación realizó un proceso de fiscalización del sector cooperativo para distinguir la paja del trigo y convalidar aquellas que pudieran mostrar que funcionan como tal, garantizan cobertura social y médica, y entregan anticipos de retorno que le permiten a sus socios tener un ingreso digno. Ese trabajo quedó por la mitad: nunca oficializaron cuáles eran las que cumplían las condiciones mínimas requeridas. Ahora la Provincia iniciará el mismo camino.

Fernando Rivera, el presidente de Caipa, propuso crear una bolsa de empleo monitoreada por el propio Soip desde donde convocar trabajadores que reemplacen a los que no concurren a trabajar. “Buscan absorber a los informales en un sistema registrado aunque menos rígido, de modo de incentivar la creación de nuevos puestos de trabajo”, confió un asistente a la Comisión.

El ministro Triaca ya anunció una revisión del sistema de Riesgos de Trabajo, otro talón de Aquiles en la industria. Los gremios se espantan cuando escuchan la palabra “flexibilización”. Prefieren elegir “reactivación” para resumir el deseo que la actividad se ponga en marcha y despierte los empleos dormidos por la garantía horaria y el básico de los marineros que suman semanas sin salir a pescar. “Planteamos la necesidad que los barcos salgan a pescar”, dijo Juan Novero, del Simape.

La discusión en el grupo que analizó el “Marco regulatorio y Situación impositiva” tocó justamente ese tema. Se habló de la excesiva presión tributaria que enfrentan las empresas del sector. “Con el 36,6% en relación al PBI, está en el nivel más alto de la región. Casi duplica el 18,5% que tenía Argentina en el 2002, divulgó un informe de la consultora Economía & Regiones.

En el puerto se preguntan en qué se gasta, porque las calles del barrio otra vez están destrozadas, no hay plata para el dragado y el proyecto de construcción de los muelles 8 y 9 serían financiados con un crédito del BID.

Por ahora se conforman con la idea de eliminar los silos de la ex Junta Nacional de Granos para ampliar el muelle, utilizar de manera plena la Escollera Norte para operaciones portuarias o la eliminación del Consorcio Escollera Norte. Mientras los barcos fresqueros no salen a pescar…