Perechodnik: “Necesitamos un Estado moderno y eficiente, con sistema de premios y castigos”

22 de Abril de 2017 20:17

Por Redacción 0223

PARA 0223

Modernizar el Estado. Hacerlo más eficiente. Premiar al que trabaja y castigar al que no. Esas fueron algunas de las consignas que se debatieron en los últimos días en Mar del Plata en un encuentro entre funcionarios provinciales y representantes de gremios estatales. El debate se da en medio de la (dura) discusión salarial con los docentes. Sin embargo, el secretario general de la Gobernación, Fabián Perechodnik, destacó que es posible debatir otras cuestiones que permitan ver “cómo brindamos más y mejores servicios a los contribuyentes de la provincia de Buenos Aires”.

El funcionario de María Eugenia Vidal se encargó de derribar algunos mitos en una entrevista con 0223. Dijo que las pruebas de los 16 meses de gestión muestran que Cambiemos no llegó para “achicar” el Estado y remarcó que la gobernadora, por el contrario, “está pasando a planta permanente miles de trabajadores que desde hace 10 o 15 años estaban como trabajadores temporarios”.

Perechodnik, además, se mostró a favor de implementar un sistema de premios y castigos para los trabajadores públicos. “El que hace bien las cosas tiene que tener un reconocimiento, tener una mejor remuneración, incentivos, capacitaciones. Y el que las hace mal tiene que tener la sanción que le corresponda”, dijo, y remarcó que los sindicatos aceptan esta idea.

-Mantuvo un encuentro con gremios estatales. Da la sensación de que la discusión siempre pasa por el tema salarial. ¿Se pueden abordar otros temas?

-Lo que se puso de manifiesto ayer en la reunión en el Museo MAR y en la reunión de las mesas sectoriales por ministerios es que se aborda de otra manera, que la decisión de la gobernadora María Eugenia Vidal de cerrar el acuerdo paritario con el eco adecuado de los representantes de los gremios en noviembre del año pasado del 18% de piso y con cláusula gatillo en función de la inflación permitió avanzar en la conversación de otros temas.  No conversamos sobre la cuestión salarial porque ya está cerrada. Solamente hubo una explicación de cómo va a operar el acuerdo con cláusula gatillo porque eran cuatro tramos de 4.5% o lo que diera la inflación y en este tramo va a ser de 6.3%. Quedó claro el Estado asumió el compromiso y que los trabajadores y los líderes sindicales hicieron bien en confiar en esto porque estamos cumpliendo con lo que nos comprometimos. Atrás de esa discusión hay una discusión que tiene que ver con cómo brindamos más y mejores servicios a los contribuyentes de la provincia de Buenos Aires.

-¿Cómo ve el nivel de servicios que prestan los empleados públicos de la provincia de Buenos Aires?

-Hay muchísimo para crecer. Uno siempre puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. Yo, por la cuestión de mi forma de ser, siempre trato de ver el vaso medio lleno y que los sindicatos tengan voluntad política de sentarse, de discutir estas cuestiones y de construir una agenda en conjunto a partir del diálogo, habla bien de la sociedad. Tenemos que modernizar el Estado para brindar mejores servicios. Hoy tenemos un Estado que lamentablemente no puede estar a la altura de las demandas de los ciudadanos, que no tiene los sistemas tecnológicos e informáticos que tiene que tener y en una provincia como la nuestra, que tiene una extensión y una problemática muy distinta a otras. Además, depende de cada área: una cosa es Salud, otra Minoridad y otra distinta la Administración Central. Me parece que a partir de la conversación y el diálogo se construye una agenda en común.

-La discusión salarial de los maestros aún no está resuelta y se da una situación de enfrentamiento entre el gobierno provincial y algunos gremios docentes. ¿Esa puja no interfiere en esta idea?  

-No, el tema docente tiene foco en la cuestión salarial para los gremios lo cual es entendible que así sea y desde el gobierno provincial entendemos la legitimidad del reclamo, pero el gobierno también tiene una responsabilidad: como ha dicho la gobernadora, no se puede comprometer a pagar aquello que no puede cumplir. En definitiva estamos en una provincia que tiene problemas estructurales de muchos años y que todavía no hemos resuelto; estamos avanzando en ver cómo los vamos a resolver.

En ese contexto, el sistema educativo es casi el 50% de la masa salarial de la provincia de Buenos Aires y el impacto que tiene es muy fuerte. Pero hay otra agenda que no tiene que ver específicamente con lo salarial que es la agenda de la educación: qué calidad de educación brindamos desde la provincia, cómo hacemos para que los docentes puedan brindar una mejor educación. Los resultados del operativo Aprender en la provincia muestran que estamos en un sistema educativo que dista mucho de lo que necesitamos y lo que deseamos para darle herramientas a los alumnos y cómo impacta en las familias. Hay varios niveles en la discusión y obviamente hay que poder resolver la cuestión salarial pero hay que avanzar fundamentalmente en qué tipo escuela y sistema educativo queremos para la provincia de Buenos Aires.

 

 

-En medio de esa discusión también se coló el tema del presentismo y el gobierno dio a conocer datos sobre la cantidad de docentes que faltan...

-Acá se juntan los dos temas que hablamos: la modernización del Estado y optimizar la calidad del servicio educativo. Hoy tenemos un Estado que trabaja en soporte papel, no tiene sistema informático de presentismo. Eso, en el 2017, con la capacidad de los sistemas de información que hay, no es lógico y tenemos que avanzar a un sistema distinto. Parte de las propuestas que se les hicieron a los gremios docentes en las siete reuniones para llegar a un acuerdo salarial era que los ahorros que se lograran en tema de presentismo fueran a formar parte de la masa salarial, con lo cual le estamos diciendo que nos tienen que ayudar porque se están ayudando ellos y a los contribuyentes de la Provincia.

-Muchas veces se relaciona la idea de modernización con el recorte del Estado. ¿Lograron superar esa idea instalada de que el PRO y Cambiemos llegaba para achicar el Estado?

-Cuando uno mira para atrás después de casi 16 meses está claro que muchos de los mitos sobre las cosas malas que iban a suceder no se cumplieron y que tanto el presidente como la gobernadora construyen la agenda política y de gestión a partir del diálogo con los actores involucrados. Que hayamos estado sentados un día entero con el 70% de los representantes de los empleados públicos de la provincia, conversando sobre las cuestiones y hablando de cada punto, habla de un estilo. María Eugenia habla siempre de dos ejes centrales en la gestión, que son 'hacer' y 'estar'. El 'hacer', en términos de ver cuáles son las cosas concretas en cada una de las áreas y el 'estar' significa cercanía y diálogo. Entonces, todos los mitos con los que quisieron embarrarnos al inicio de la gestión están descartados.

No es una cuestión de un Estado más chico o más grande, sino de un Estado que funcione bien. Para eso hay que darles las herramientas y la capacitación a los trabajadores y, a su vez, hay que exigirles que hagan las cosas de manera correcta. No es lo mismo un empleado que va a trabajar que uno que no va; no es lo mismo uno que hace bien las cosas que uno que las hace mal.

En algún momento habrá que discutir cómo son los procesos electorales porque nos termina pasando que estamos a un año del inicio de la gestión y en año de elecciones,

-Retomo lo de los mitos. Está instalado que en una empresa una persona que falta tiene una sanción o le corren las reglas generales de cualquier trabajador que se desempeña en el sector privado. Y que en el sector público nunca pasa nada. ¿Es tan así?

-Es más complicado porque no están las herramientas necesarias para que los sistemas de control funcionen pero también tiene que funcionar el sistema de premios y castigos. El que hace bien las cosas tiene que tener un reconocimiento, tener una mejor remuneración, incentivos, capacitaciones. Y el que las hace mal tiene que tener la sanción que le corresponda. Pero para eso necesitamos tener un Estado más moderno y eficiente, lo cual no quiere decir achicar ni echar. No sólo no estamos echando a la gente, sino que estamos pasando a planta permanente a miles de trabajadores que hacen más de 10 ó 15 años que están como empleados temporarios. Esto es parte del compromiso que María Eugenia asumió: en función de la posibilidad del presupuesto que hoy tiene la Provincia tiene, regularizar a esos empleados que están en situación de precarización laboral y que no tienen que ver con nuestra gestión, sino con la que terminó el 10 de diciembre de 2015. 

-¿A los sindicatos les cae bien la idea de premios y castigos?

-Sí, porque esto tiene que ver con parte de las batallas culturales. Esta semana me tocó recibir a los representantes de los fabricantes de autos -de las 11 terminales, 6 producen en la provincia de Buenos Aires- y ellos me contaban que los sindicatos que trabajan con ellos entienden el proceso productivo de la región, el proceso de exportación; van hacia el 2023 con la fabricación de un millón de unidades y cómo tienen que capacitarse. Esto tiene que ver con el cambio, que no es sólo un cambio semántico en una pelea que da el presidente, la gobernadora o cada uno de los equipos que los acompaña, tiene que ver con un cambio en entender que hay cosas que antes se hacían y que parecían que estaban bien o que la sociedad aceptaba y que ya no van más. Hoy no podés tener cualquier cosa y no ser responsable y parte de esto es brindar servicios a la gente. El Estado tiene que entender que somos empleados públicos y tenemos que dar buenos servicios; los representantes sindicales lo entienden y comprenden que parte de este proceso tienen que liderarlo.

-Pero el presidente ha planteado la necesidad de una nueva lógica sindical, nuevos líderes y muchos dirigentes gremiales salieron a plantarse porque entienden que se pretende ir en contra de derechos adquiridos.

-El cambio siempre genera este tipo de situaciones y es importante tener en claro hacia dónde queremos ir en términos aspiracionales, cuál es el norte. También es importante entender que son procesos que se dan de menor a mayor y que está en conflicto porque cuando se van cambiando los sistemas y se van ganando las batallas culturales como estas, por supuesto que el sistema cruje. Pero hay que tener la convicción y la fuerza necesaria para seguir adelante e ir de menor a mayor. En un sistema con 650 mil empleados, obviamente no vamos a poder abordar a todos juntos y al mismo tiempo porque no tenemos capacidad de hacerlo, pero sí de a poco, en el marco de diálogo y construcción de agenda conjunta, lo iremos haciendo. Seguramente habrá gente o sectores que no estén de acuerdo porque también se tocan intereses. Pero en definitiva el interés que nos tiene que mover es el interés del vecino de la provincia. 

-Imagino que será un proceso largo pero, ¿cuánto interfiere el hecho de que se dé en medio de un año electoral?

-Eso es parte de una lógica que en algún momento va a haber que discutir y que tiene que ver con cómo son los procesos electorales porque nos termina pasando que estamos a un año del inicio de la gestión y en año de elecciones, pero en algún momento nos tenemos que sentar a discutir las cosas de mediano y largo plazo. Los sistemas deben discutirse porque las sociedades, las necesidades, los contextos y las dinámicas cambian; y esto también tiene que ser parte de la agenda.

María Eugenia siempre dice que hacemos las cosas que tenemos que hacer y no importa si eso nos da votos ahora o no. En esta provincia hay muchas cosas que durante muchos años no se hicieron, que ahora se empiezan a hacer y que probablemente esta gobernadora no llegue a cortar la cinta, como por ejemplo, mejorar la seguridad en la Provincia. Hay otras obras que son muy caras y que llevan un montón de tiempo pero estamos trabajando en ese camino, sabiendo que hemos avanzado mucho y nos queda muchísimo por delante.