Leo Gutiérrez: "Voy a ser parte de Peñarol toda mi vida"

Emocionado, entre lágrimas, el jugador más preponderante de la historia de la Liga Nacional anunció su retiro en un microestadio "Domingo Robles" colmado. El 29 de julio será el partido despedida.

24 de Abril de 2017 21:07

"Estoy temblando", fueron las primeras palabras de Leonardo Gutiérrez apenas se sentó, solo, en la mesa armada bajo uno de los aros que tantas veces acertó en los entrenamientos en el micro estadio "Domingo Robles" de la sede del Club Peñarol. En su segunda casa, donde el público quizá fue más hostil que nunca con él, y a fuerza de talento, entrega y títulos, se los ganó, el jugador con más partidos en la Liga Nacional, el que se llenó las dos manos de anillos, el que tiene el récord de triples y el que marcó un antes y un después en la competencia, anunció oficialmente su retiro para el final de la temporada. Quedan cuatro partidos para verlo con la "10" milrayitas en la espalda y un último encuentro con sus amigos, el 29 de julio, para decir el adiós definitivo.

Se hizo cargo de tiros decisivos, siempre fue protagonista en todos los equipos que jugó, no le pesó ninguna camiseta y cuando lo llamaron a participar en una Selección Argentina llena de estrellas, también aportó y mucho para ser parte importante de la Generación Dorada. Sin embargo, nunca tuvo los nervios, las "cosquillas en la panza" de ponerse frente al micrófono, delante de alrededor de 300 hinchas, periodistas, amigos y familia que lo acompañaron en un anuncio crucial para su carrera. Esa carrera, impresionante, exitosa, llegó a su fin y Gutiérrez lo confirmó entre lágrimas y agradecimientos. No porque no estuviera seguro de la decisión, por el contrario, la pensó, la meditó y la cocinó durante todo un año duro en lo deportivo y lo personal, por una serie de lesiones que le fueron jugando una mala pasada.

Las emociones fueron muchas desde un principio. En primera fila, estaba Domingo Robles, su padre adoptivo, Sergio Hernández, uno de los técnicos que lo disfrutó y que más jugó le sacó, su mujer y sus dos hijos. Esos a quienes primero agradeció, por el apoyo incondicional y una vida juntos. En el medio, pasó el agradecimiento a todos los clubes que jugó, dirigentes, cuerpos técnicos, a los compañeros que lo potenciaron y engrandecieron, hasta que llegó el turno de Peñarol y el saludo fue personalizado. Uno por uno, le dijo unas palabras a cada dirigente, a Marcelo Richotti, su último entrenador, al plantel que dijo presente y, por último, de pie, a Robles, para terminar con los ojos enrojecidos y envueltos en un abrazo ante el aplauso de todos los presentes.

Ahí, el presidente de Peñarol se sentó en la mesa y dijo maravillas del jugador que se va, pero mejores cosas de la persona que deja de jugar al básquet. Le tiene reservado un buen lugar en el club pero para que todo eso se hable tiene que terminar la temporada. Porque Leo es, ante todo, ganador nato, y querrá terminar la Liga Nacional de la mejor manera, asegurando la permanencia y sumando algunas victorias más en un año que ha sido esquivo desde los resultados.