Entre la migración al langostino y el futuro de los silos

No se define la nómina de barcos fresqueros que irán a pescar el marisco a la Patagonia en busca de una rentabilidad que no existe desde Mar del Plata. El juicio de Elevadores Mar del Plata al Estado confronta con el optimismo de recuperar el predio en el corto plazo.

Todos con Tangones. El costero "Tabeirón Tres" y el "Gaucho Grande", preparados para migrar.

18 de Mayo de 2017 08:14

Mientras se aguardan los resultados de la prospección de langostino patagónico de la que toman parte 33 buques tangoneros en la jurisdicción de aguas nacionales, dividida en tres sub zonas para tener un mejor reflejo de la realidad de la pesquería y el nivel de abundancia de concentraciones de langostino accesible a las redes de pesca, antes de la apertura al resto de la flota, a más de mil kilómetros de distancia, en el puerto marplatense, todos sacan cuentas.

Hasta ahora el langostino se captura dentro del Golfo San Jorge y aguas provinciales de Chubut y Santa Cruz, donde cobra mayor protagonismo la flota costera de Rawson.

El año pasado perforó todos los récords. Se descargaron casi 173 mil toneladas y en la primera porción del 2017 va camino a repetirlo. El marisco muestra niveles de abundancia que rompen todas las estadísticas. Entre enero y abril se desembarcaron 39.755 toneladas cuando en el mismo período del año pasado fueron 25.118.

Cual lista de Jorge Sampaoli con los jugadores de la selección que convocaría y los que marginaría de la próxima fecha de Eliminatorias, la nómina de buques fresqueros con permiso para langostino que piensa migrar a participar de la zafra, varía según pasan los días. Confirmados están el “Mar del Chubut”, “Marbella”, “María Gloria”, Don Miguel I”, “Paola S”, “Cabo de Hornos”, “Gaucho Grande”, “Marejada”, “Aldebaran”, “Letare”, “María Rita”, entre muchos otros.

La lista se confecciona en las cámaras armadoras y también en los gremios, como para calibrar el impacto que generará el traslado masivo en las fuentes laborales locales. Hay quien dice que serán 30, otros que 45, los exagerados de 60. Algunos suben, otros se tachan, se agrega otro a último momento.

Están los que ya tienen contrato con frigoríficos procesadores como el “Coraje”, en cuya cubierta el martes se soldaban los tangones para desplegar las dos redes que se extienden en simultáneo bajo el agua.

El fresquero de 2800 cajones aportará langostino para Iberconsa, que tiene barcos propios, como también los tiene New San, Conarpesa o alguna otra empresa española, pero suman langostino fresco para dar trabajo a su personal de tierra.

Por esos puestos en tierra en su momento recibieron permisos de pesca provinciales para operar con buques tangoneros, que paradójicamente capturan, procesan, congelan y empacan, todo a bordo.

También están los barcos que migran por un factor estimulante: gastan poco combustible al estar a menos de 12 horas de la zona de pesca. Y la promesa de un precio significativamente mejor que cualquier especie que puedan descargar en Mar del Plata. Y si no los conforma el precio, sí el volumen. Poder rebotar en el muelle, algo que acá no sucede.

Que después lo consigan es otra historia. El año pasado zarparon con un valor de referencia de $26 por kilo. Y terminaron, en el pico de oferta, por debajo de los $18. En las puertas de la temporada 2017, se habla de $24 en cajones que no debería tener más de 20 kilos, para mantener la calidad del producto, pero siempre trae alguno más. El valor promedio de langostino exportado en el primer bimestre del año fue de 6206 dólares y registró un aumento del 6,5% para el mismo período del año pasado.

Otros armadores siguen de cerca la suerte del plan dispuesto por la provincia de Chubut para intentar frenar el aluvión de buques fresqueros marplatenses. La Secretaría de Pesca provincial propuso restringir en 72 horas la duración de la marea de los fresqueros y un límite de 2 mil cajones a cada barco. La excusa fue preservar la calidad del producto pero parece un blindaje a la flota tangonera patagónica.

El CFP debe decidir antes que se habilite la temporada si aprueba la petición chubutense. Desde Mar del Plata han advertido que la flota fresquera alimenta las fábricas en Rawson y Comodoro Rivadavia donde se reprocesa langostino. También insistieron en la necesidad que se estimule y fomente la elaboración de productos con más valor agregado. Lamentablemente en los últimos años mucho de ese langostino fresco se ha exportado en bloque para reprocesar en otros países, como Perú, Guatemala y hasta Bolivia.

Las miradas que no acapara el langostino y la diáspora que provocará en los muelles del puerto, las recibe el predio de los silos del puerto, y su traspaso a la órbita del Consorcio. Anunciado como “inminente” por las autoridades portuarias, ya suma más de cuatro meses sin novedades.

La novela ocupó la atención de los medios en los últimos días. No es la primera vez que se intenta una restitución del predio por incumplimiento del pliego. Pero ahora debería ser más sencillo con todas las administraciones bajo el mismo color político.

Pero el punto que nadie pone sobre la mesa es que el permisionario, Elevadores Mar del Plata, también inició acciones legales contra la Nación y la Provincia de Buenos Aires. Alejandro Sanna, la cara visible del Grupo Santa Bárbara (el mismo que manejó Frigorífico Sadowa y El Amanecer) repite cada vez que puede que el Estado es el máximo responsable de la debacle del emprendimiento.

El permisionario entiende que como consecuencia del fracaso de las políticas de dragado, el puerto no pudo mantener un calado suficiente en la boca de acceso de modo que pudieran seguir ingresando buques cerealeros a buscar la carga almacenada en los silos. Y fue a pedir un resarcimiento a la Justicia.

La última vez que un barco entró a cargar cereal fue en el 2009, según recuerda Sanna. Desde ese entonces, todo el predio quedó inutilizado. Ya en el 2011, bajo la gestión Pezzati, se encargó un estudio profesional para conocer el estado estructural de los silos, el cual advirtió fallas importantes. Nada se ha hecho para mejorar las condiciones del edificio en los últimos seis años.

El único ingreso que genera hoy el predio es por un rubro no habilitado en el pliego de la licitación que la desaparecida Junta Nacional de Granos le adjudicó a Elevadores por 30 años y que vence en el 2024: Estacionamiento y lavadero de camiones frente a la Manzana de los Circos, a la vista de todos y con la complicidad de algunos.

Desde que se canceló el puerto a los buques cerealeros, el permisionario no pagó más el canon por el uso y explotación del muelle. El Consorcio reclama una deuda millonaria y ahora en la administración Merlini lograron recuperar, en los papeles, algo que ya ocurría desde hacía años en la práctica. Un espacio de frente de atraque que compartía Elevadores con el Consorcio a partir del año 2000, cuando la gestión Del Ollio presionó para permitir el amarre de buques pesqueros.

La promesa del presidente Macri formulada a los peces gordos de la pesca –Moscuzza, Solimeno y Valastro- durante la reunión de marzo pasado cuando los recibió en Olivos, debe antes sortear la valla judicial que asoma un tanto más enredada que el entusiasmo que reina en el Consorcio. Hasta tanto no falle la Justicia, el borrador del Decreto para restituirle el predio a la Provincia, deberá seguir esperando.

Independientemente al destino previsto para el área, los silos deberán ser implosionados. En Mar del Plata hubo gente visionaria que priorizó el perfil de puerto de cruceros casi al mismo tiempo que suturaba con arena el desarrollo del puerto cerealero. Por algo Quequén movió 7,5 millones de toneladas anuales de carga el año pasado y acá no llegamos ni al 10%. Pero tenemos una Terminal de Cruceros que no sirvió para recibir ni a uno solo.

La transformación del predio de los silos en un centro integral de logística para el transporte de cargas por contenedores es un deseo de los mismos gordos de la pesca, ya no como una forma de abaratar el flete, sino porque apetecen el terreno que dejaría libre la Terminal de Contenedores sobre el espigón 2 para usufructo propio.

Hacer del futuro predio una fuente que centralice toda la carga pesquera y también la que produce la región; capaz de mejorar la logística y competitividad de la producción de la ciudad y la zona, al tiempo que genere empleo de calidad, significaría haber aprendido la lección. Por lo pronto se ha dado un paso importante: garantía de calado para el ingreso de buques de porta contenedores por los próximos dos años.