Alvarado festejó con el debut soñado de Erviti

Un gol del refuerzo de lujo del “torito” encaminó un triunfo muy necesario para el conjunto de Giganti que venció 1 a 0 a Villa Mitre y se acomodó en la Zona Ascenso 1.

El debut soñado de Walter Erviti, que fue clave en el rendimiento y convirtió el gol que le dio tres puntos de oro a Alvardo. (Foto: Diego Berrutti)

11 de Febrero de 2018 22:56

Por Redacción 0223

PARA 0223

Sorprendió Domizzi con un planteo ambicioso y tratando de jugar lejos del arco de Tavoliere, peleando el partido bien arriba. Sin embargo, después de un comienzo en el que mostró algunas dudas, Alvarado se acomodó, empezó a pasar la pelota por Walter Erviti y, a partir de él, surgía lo mejor. Con buenos laderos como Saucedo en la corta y Litre y Lucero por las bandas, además del trabajo de espaldas de Wilson Albarracín. Y de una buena jugada colectiva, rompió el cero el equipo de Giganti. Un lateral de Mantia largo para Albarracín que el “9” aguantó y descargó para la subida de Lucero que llegó al fondo y sacó el centro bajo, hacia atrás, como indican los libros y Erviti le puso el broche a un debut soñado, con un zurdazo bajo, suave, que infló la red y desató el festejo de cara a su gente.

Ahí se acomodó todo para el local, porque se tranquilizó, el “10” se agrandó, jugó e hizo jugar, administraba bien la pelota y Lucero desequilibraba por su sector. Además, lastimaba en las pelotas paradas, ganando en más de una oportunidad y quedando cerca del segundo. La más clara, de todas formas, no fue con pelota detenida, sino en movimiento, Albarracín recibió y dibujó una gran maniobra personal, se sacó dos defensores de encima y cuando enfrentó a Tavoliere decidió sortearlo, se quedó sin ángulo y se dejó caer, Nasier lo amonestó y Alvarado desaprovechó una muy buena opción de estirar la cuenta. Y tuvo otra más de peligro tras una buena jugada de Saucedo que tardó descargar, pero el rebote le quedó a Tomás Mantia que le pegó como venía, de zurda, y le sacó pintura al ángulo derecho. En el final, antes del cambio de Emanuel Urquiza por el lesionado Caro, sufrió el dueño de casa tras un centro que bajó Formigo por el segundo palo y Carlos Herrera improvisó un remate de primera, de mediavuelta, que exigió una notable respuesta de Juan Francisco Rago para llegar con el 1 a 0 al descanso.

El complemento arrancó más sucio, Alvarado no la podía tener tanto y Villa Mitre se animó más, presionó más arriba e inquietó con disparos sin demasiada fuerza que controló bien Rago. En ese contexto, igual parecía que cuando el local lograra armar una jugada podía llegar al segundo, le faltaba precisión en los de arriba y acelerar a partir de tres cuartos de cancha. El trámite era equilibrado, sin demasiadas llegadas, pero la distancia seguía siendo exigua y cualquier infortunio podía costar caro. Entonces, Giganti buscó aire fresco con Molina por Lucero para ver si lo podía definir.

Por su parte, Domizzi apostó a otro delantero con el ingreso de Damián De Hoyos, que jugaba entre los centrales, pero siguió sin encontrar la forma de llevar riesgo al arco de un sólido “Panchito” Rago. Casi lo define Mantia con un tiro desde tres cuartos de cancha, que empezó a caer y obligó a Tavoliere a meter un manotazo para mandarla al córner. El susto más grande lo acercó un marplatense: Damián De Hoyos peleó y ganó una pelota en la medialuna, se acomodó y sacó un derechazo que se elevó y se fue apenas encima del ángulo izquierdo.

Los minutos finales fueron de dramatismo más por lo corto del resultado que por lo que hizo la visita, que no tuvo argumentos para ir por la igualdad, trató con pelotazos a sus delanteros pero chocó con la solidez defensiva hasta que el pitazo final de Nasier llevó tranquilidad y el desahogo de un triunfo que se necesitaba para meterse en carrera en búsqueda del objetivo de la clasificación.