La historia de Marita Almirón, una enfermera con vocación: "Lo que te da el paciente vale más que cualquier otra cosa"

Desde 1989 que trabaja en el Materno Infantil. En el Día Internacional de la Enfermera, reflexiona sobre el valor de la profesión y los cambios en el hospital en las últimas décadas.

12 de Mayo de 2020 14:34

Por Redacción 0223

PARA 0223

Sus 31 años en el Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil “Don Victorio Tetamanti” de Mar del Plata son la evidencia más contundente - por si hiciera falta alguna más - de su vocación de servicio. Su trayectoria le ha dado muchas satisfacciones personales y también le ha permitido ver todo: los cambios y las mejoras en los distintos servicios que brinda el centro sanitario y la mayor profesionalización que se logró en la enseñanza de una labor tan noble como indispensable en el día a día de cualquier sistema de salud.

Marita Almirón es una de las enfermeras históricas que tiene el Materno Infantil. En 1988, se recibió como Auxiliar de Enfermería en el ex Centro de Rehabilitación para Niños Lisiados (Cerenil) y un año después comenzó su trabajo en el hospital público. ”Enfermería es servicio y poder dar a las personas una orientación, una guía, e incluso a veces poner límites en cómo se tienen que mover. La experiencia de esta profesión es hermosa y muy linda”, sostiene.

Al conmemorarse este 12 de mayo el Día Internacional de la Enfermera, la trabajadora asegura que con el paso del tiempo su profesión ha obtenido un "mayor reconocimiento" pero insiste en que "el amor que te da el paciente vale mucho más que el sueldo y cualquier otra cosa".  ‘Yo no me olvido de que vos sos la única persona que se me acercó y que estuvo conmigo. Vos me hablabas y me decías lo bonito que era un parto’, fue lo que tiempo atrás le dijo una mujer que le había cruzado en la calle y que la reconoció: Marita la había contenido hace 30 años cuando transitaba su embarazo. "Uno no tiene idea del impacto que tiene en la gente en un momento tan crucial de sus vidas", afirma.

Al compartir su experiencia, la enfermera señala que las madres merecen una gran contención en el área de obstetricia porque son "muy sensibles" y pone énfasis en la necesidad de tener "empatía" con los chicos. "Hay que dejar que ellos lloren y griten. Ellos necesitan saber que van a ser oídos, que quizás no van a recibir lo que quieren, pero sí que van a ser oídos", asegura, en un mano a mano que le concede a 0223.

Marita también resalta los cambios y mejoras que se registraron en los servicios que brinda el Materno Infantil con el paso de las décadas. "Mejoró muchísimo el servicio de lavadero, de enfermería, de neonatología, los cambios en los partos, en las terapias. Antes, por ejemplo, oncología estaba en un servicio de clínica y ahora es un servicio aparte como debe ser", puntualiza, y agrega: "En el Materno somos un conjunto, y más después de tantos años de trabajo. Si nosotros no educamos, estamos generando enemigos. La enseñanza tiene que ser siempre con amor. Y tenemos que ser un equipo para trabajar todos juntos y confluir en un mismo punto".

Después de recibirse y comenzar con su trabajo en el Materno, la enfermera no abandonó su camino para completar su formación: en el 2000, terminó el secundario y en el 2006 concluyó la carrera de Enfermera Universitaria en la Facultad. "La verdad que se ha ido perfeccionando y profesionalizando la enseñanza. Mejoró muchísimo. Pero también es cierto que cada persona se forma en base a sus experiencias", reflexiona.

Marita sintetiza como un "aprender constante" la experiencia del trabajo en enfermería en los tiempos actuales de la pandemia del coronavirus. "A mí me parece bárbaro el uso de tapaboca en la institución, en especial en invierno. En 2017, ya había tirado la idea de que el que no tosía en el hospital estaba enfermo. Porque lo normal era que todos tosiéramos. Así disminuyeron mucho las infecciones", aclara, en primer lugar.

"Tenemos que seguir concientizando. Por más que estés en tu servicio con tus compañeros tenés que usar el tapaboca porque no sabés lo que le podes dar al otro. Al otro le tenés que dar lo mismo que querés recibir. Y si no le das la protección, cómo vas a estar protegido vos. Donde hay límite, hay consciencia. Así vamos aprendiendo", concluye la enfermera.