Montenegro, Alberto y Axel: una luna de miel que, por ahora, les sirve a todos

La relación entre el intendente, el presidente y el gobernador atraviesa uno de sus mejores momentos. Por lo bajo, hubo algunos nubarrones. 

Bianco, Montenegro y Kreplak charlan antes del acto oficial en la inauguración del hospital modular. Foto: 0223.

29 de Julio de 2020 22:37

Día por medio, Guillermo Montenegro intercambia algún mensaje con el jefe de Gabinete Carlos Bianco. Por eso, no sorprendió que, debido a la demora del acto oficial de inauguración del hospital modular, el intendente y el funcionario de mayor confianza del gobernador Axel Kicillof, charlaran como viejos conocidos. Tampoco hubo asombro cuando el jefe comunal bromeó en pleno acto con el presidente Alberto Fernández.

Referente del Pro en uno de los distritos más importantes de la provincia de Buenos Aires, Montenegro atraviesa, tal vez, el mejor momento en su relación con los mandatarios de Nación y Provincia. Hay buena sintonía, pero también el convencimiento de que ambas partes sacan provecho del buen vínculo.

 

“Quedó más que evidenciado que políticamente estamos en esa franja del medio. Somos parte del larretismo, del sector con más diálogo”, definieron desde el entorno del intendente. En estos meses de pandemia, Montenegro fue de los pocos intendentes del Pro que nunca tuvo una postura anticuarentena y siempre destacó el apoyo de Nación y provincia. “También fue de los pocos que no salió públicamente a cuestionar a Kicillof después de algún discurso contra la anterior gestión”, recuerdan desde ambos sectores.

Para lograr esa armonía en el entorno del intendente entienden que es clave la comisión de reactivación económica. Allí, además de funcionarios del Ejecutivo, están sentados los concejales de todas las fuerzas. Para el municipio, esa participación significa “tener sentados a ellos (Frente de Todos) en la mesa”. “Todas las aperturas y permisos que se otorgaron salieron por consenso. Y jamás tuvimos que votar”, deslizaron fuentes del oficialismo.

Y contaron, como ejemplo, que el lunes la idea de Cambiemos era ampliar el horario del running y permitir la actividad todo el día. “Es mejor mantener el turno de la mañana y agregar un turno a la noche. Si no se van a mezclar los que corren con los que caminan o hacen otras actividades”, sugirió un concejal opositor, habituado a correr. “Nos pareció lógico y le hicimos caso”, cerraron desde el oficialismo.

Lógicamente, no todo es tan armonioso. De lo contrario todos estarían en el mismo espacio político. Un punto de conflicto se dio cuando el Ejecutivo decidió ampliar el horario de los comercios para -según argumentaron- espaciar la concentración de gente que se daba cerca de las 19. Los efectores de provincia y nación en Mar del Plata firmaron un comunicado en el que consideraban “poco oportuna” la decisión.

Montenegro leyó el comunicado a través de 0223. Miró a un colaborador y no pudo ocultar el enojo. Primero, porque ninguno de todos esos actores lo llamó para consultarle. Segundo, porque entre las firmas figuraba la de Fernando Mogni, titular de Pami, el organismo que administra el sanatorio Houssay donde se generaron la mayor cantidad de contagios  de coronavirus en Mar del Plata. En su equipo analizaron salir a responder. Finalmente, optaron por dejar pasar el dardo.

Desde la vereda de enfrente también cuentan algún golpe bajo. El último fue el anuncio de un “nuevo brote” en el Hospital Interzonal General de Agudos (Higa). Cuando salió la noticia en algunos medios las autoridades del hospital juraban que no tenían ningún caso confirmado. “Tenemos seis sospechosos, pero aún no hay resultados”, aseguraban. Dos días después, el parte oficial confirmó seis casos vinculados al hospital: un paciente, un trabajador y cuatro contactos estrechos.

“Del hospital son cuatro. Los otros dos nos los sumaron”, aclararon las fuentes consultadas por este medio. Más allá de advertir cierta “intencionalidad” tampoco hubo una declaración oficial. Desde el municipio argumentaron que el Sisa (el sistema que se utiliza en todo el país para cargar los casos) arrastra varios días de demora. “Casos que salen en los medios, en el Sisa aparecen cuatro o cinco días después”, señalaron.

Hubo, además, algunas suspicacias por los reclamos de los gastronómicos de Mar del Plata. Hay un sector que cuestionó a Montenegro porque su bloque en el Concejo Deliberante frenó un proyecto de la concejal Virginia Sívori para implementar reducciones de tasas para el sector. Desde la cúpula de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica, en tanto, impulsaron una manifestación el martes para exigir a los gobiernos nacional y provincial que sanciones una ley de emergencia turística.

 

Esa mini guerra fría pareció quedar en el olvido en las últimas horas. El domingo la tensión estuvo centrada en la posibilidad de que Mar del Plata retroceda de fase. Representantes de sectores productivos y económicos temían que los brotes provocaran que la provincia dispusiera que Mar del Plata vuelva a fase 3, lo que supone cerrar la mayoría de las actividades que hoy están permitidas.    

La semana anterior, el principal argumento para no analizar el retroceso fue que recién había pasado una semana desde la nueva etapa de fases y el gobierno provincial había establecido 14 días para hacer un análisis más certero. Así, entre el domingo 12 y el sábado 25, Mar del Plata acumuló 455 nuevos casos de coronavirus (un promedio de 32 por día). El número suponía un riesgo de que el gobierno provincial considerara razonable retroceder de fase hasta que los brotes estén controlados.

 

 

Las charlas entre Montenegro y Bianco fueron constantes el sábado. También entre los epidemiólogos de ambas jurisdicciones. Desde el municipio plantearon que, más allá del número de casos, menos del 2% no tenían detectado el nexo epidemiológico. “Y de esos casos que no sabemos cómo se contagiaron lo que sí sabemos es que tenemos controlados a los contactos estrechos”, le plantearon.

También puntualizaron que el crecimiento de casos activos que se dio la primera semana fue muy superior al de la segunda semana. En los últimos días la cantidad de altas que se dan día a día también comienza a crecer y logra frenar el crecimiento vertical de los casos.

 

 

Con el mismo argumento que los sectores productivos, el equipo de gestión local detalló que ninguno de los brotes está vinculado con las actividades habilitadas. “Todos están relacionados a actividades esenciales”, remarcan.

En este punto se da, tal vez, la principal diferencia con la oposición. Si bien nadie desconoce que los brotes surgen en lugares “esenciales” que están abiertos desde el primer día, también plantean que las ramificaciones son cada vez más grandes. “Ya hubo casos en supermercados, casas de ropa, carnicerías. El virus ya no está solo en los geriátricos y los hospitales”, precisaron.

De todos los brotes, el más preocupante es el de la pesquera clandestina. Es el que más golpeó en los barrios. La mayoría de los trabajadores de la pesca, especialmente los que trabajan es pesqueras clandestinas, se trasladan de una planta a otra. Muchos, además, viven en barrios vulnerables. Ya se produjeron casos en varias plantas, incluso en comedores barriales. Los casos más impactantes vinculados a este brote fueron en la mamá a punto de dar a luz y en un bebé de 14 días.

De hecho, el viceministro de Salud Nicolás Kreplak mantuvo una reunión este miércoles por Zoom con los referentes de los Centros Barriales de Emergencia (CBE) a quienes les anunció el desembarco del Plan Detectar a Mar del Plata.

 

El otro argumento que plantearon desde el municipio es que la cifra de casos aún está lejos de poner en riesgo el sistema sanitario. Hasta el sábado pasado, 9 de cada 10 infectados estaban aislados en hoteles o en sus casas, es decir que eran asintomáticos o con síntomas muy leves. 35 estaban internados y apenas 3 en terapia intensiva.

El domingo, cerca de las 18, llegó el mensaje tranquilizador desde la provincia. “Siguen en fase 4”, le informaron al intendente, que está convencido de que todavía no es momento de dar marcha atrás. No obstante, en el gobierno provincial le reconocen al intendente que jamás asumió una postura anticuarentena. “Siempre repite que cuando haya que dar marcha atrás no dudará en hacerlo. Y confiamos en que así será”, señalaron fuentes del gobierno provinicial.

Ese “respaldo” del gobierno provincial quedó evidenciado este martes, con las palabras de Bianco y Kreplak. Ambos aseguraron que más allá del número de infectados, la mayoría forman parte de brotes bien identificados desde lo epidemiológico.

Luego del acto, Kreplak mantuvo reuniones con los funcionarios de salud de Nación y Provincia en Zona Sanitaria. Estaban los directores de los hospitales, el titular de la región sanitaria, los responsables de Ioma, Pami, del INE y el jefe de la bancada de concejales Marcos Gutiérrez. El viceministro escuchó algunas quejas por parte de los funcionarios acerca de la situación que atraviesa Mar del Plata y buscó calmarlos. Les dijo que si bien la decisión del gobierno provincial es que los intendentes tengan “algo de juego” para tomar decisiones (“deberán hacerse responsables de las consecuencias”, les aclaró) también están claros los límites de cada fase. “Si la situación empeora daremos marcha atrás”, les dijo y sumó un dato que todos sabían y que en la provincia lo tienen fresco: “En los últimos 15 días en Mar del Plata se murió una persona por día por coronavirus”.