Ana Laxalt, la científica que estudia el lenguaje de las plantas

La bióloga e investigadora del Conicet analiza el comportamiento de las plantas ante la presencia de patógenos o la ausencia de agua, estudios que tienen relevancia a nivel mundial. Según la FAO, las plagas y enfermedades de las plantas provocan la pérdida anual de hasta el 40% de los cultivos alimentarios.

Desde el '98 la bióloga Ana Laxalt estudia el comportamiento de las plantas. Foto: Departamento de Comunicación Conicet Mar del Plata

16 de Septiembre de 2020 11:54

 

 

Como todos los seres vivos, las plantas sienten y responden los cambios en el ambiente y eso, en algunos casos, se puede observar a simple vista. Sin embargo, la clave está en comprender de qué manera se producen esos cambios y a eso se dedica Ana Laxalt, bióloga e investigadora del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB- Conicet, Unmdp).

¿Para qué sirve? Este tipo de estudios son de interés mundial ya que, para darle de comer a la humanidad, una de las primeras preocupaciones que aparecen es de qué manera se pueden cultivar determinadas especies de interés en lugares con sequía o, también, cómo utilizar menos fungicidas; lo que no sólo es más económico sino también mejor para el medio ambiente. “La idea es poder cultivar más, mejor y más económico”, precisó Laxalt a 0223. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las plagas y enfermedades de las plantas provocan que, por año, se pierda hasta el 40% de los cultivos alimentarios, lo cual deja a millones de personas sin suficientes alimentos y daña gravemente la agricultura, principal fuente de ingresos para las comunidades rurales más vulnerables.

El trabajo de la científica consiste en estudiar el sistema de percepción de las plantas. “Son organismos que, como no pueden correr ni huir, responden estando quietas. Entonces, tratan de comprender la señal que reciben y generan una respuesta”, indicó. Para ello, se sirven de dos tipos de estímulos: déficit hídrico y patógenos como hongos, oomicetes o bacterias, a los que se encuentran expuestas de forma permanente. A partir de la introducción de esos cambios, detectan de qué manera la planta muestra que le falta agua o cómo busca resistir a los elementos nocivos. La idea es, después, intentar mejorar las condiciones para que la planta pueda invertir más energías en su crecimiento y menos al estrés al que se encuentra sometida o que está tratando de combatir. 

Algunas de las respuestas de las plantas se pueden medir en cuestión de minutos, pero otras demoran horas e, incluso, días. “Las respuestas pueden ser macro o microscópicas. En este último caso, se puede ver cómo cierran sus estomas, que son las narices con las que las plantas intercambian gases y sale agua”, señaló. Cuando las reacciones demoran más tiempo, se detectan daños en la hoja o en la raíz, la planta puede presentar alguna manchita o se le muere una parte de la hoja y también es posible ver cómo se desarrolla el hongo.

Para sus investigaciones, Laxalt y su equipo utilizan arabidopsis, una planta modelo que no se consume y que tiene un ciclo de vida muy corto -entre las cuatro y seis semanas aparecen las flores y a partir del mes y medio se pueden obtener las semillas-, lo cual les permite, a través de las generaciones, estudiar distintos procesos. También trabajan con plantas de tomate. “Nuestra investigación tiene preguntas de ciencia básica y estudiamos esas señales para tratar de entender cómo responde la planta porque, si logramos hacerlo, después es posible idear alguna estrategia para que la planta, por ejemplo, sea más tolerante a la sequía o más resistente a un patógeno”, agregó.

Laxalt estudió en la Universidad Nacional de Mar del Plata y en 1998 realizó un postdoctorado en los Países Bajos, con el que se especializó en el estudio de las respuestas de defensa de las plantas frente a patógenos y el rol de los gasotransmisores en la respuesta al estrés hídrico al. Desde su regreso a la Argentina participa del grupo de investigación Mecanismos de señalización en Plantas del Instituto de Investigaciones Biológicas, que conforman investigadores, postdoctorandos, tesistas y pasantes de las carreras afines de la universidad. Actualmente lo integran Carlos García-Mata, Denise Scuffi, Ignacio Beramendi, Andres Arruebarrena Di Palma, Luciana Robuschi, Rosario Pantaleno, Enzo Perk y Oriana Mariani.