Sebastián Musso: un marplatense que experimentará cómo es vivir en Marte
Sebastián Musso está ligado a la astronomía desde su niñez. Dio charlas, conferencias, fundó el Centro de Estudios Astronómicos de Mar del Plata, hizo que personas ciegas pudieran disfrutar de la astronomía y ahora ingresa a un hábitat durante seis días para ver cómo sería la experiencia de vida en Marte para una persona con discapacidad.
Sebastián Musso es marplatense. Desde hace años su nombre está ligado a la astronomía y a la divulgación, incluso cuando aún no se hablaba tanto de esa actividad en nuestro país. Lo cierto es que, desde los años 90, Sebastián y un grupo de amigos fundaron el Centro de Estudios Astronómicos de Mar del Plata, desde donde acercarían a muchos y muchas al maravilloso mundo de la astronomía y del espacio.
Pero, según contaron alguna vez, su amor por la astronomía comenzó mucho antes, desde muy chico. "Papá, a Papá Noél y a los Reyes Magos, ¿se les pueden pedir libros?", contó su padre alguna vez que le preguntó Sebastián.
Él tuvo a los cinco años una distrofia muscular que le impidió hacer deportes; él mismo confesó que le hubiese gustado patear una pelota o, mejor, jugar con una de básquet, pero en su lugar agarró un libro de astronomía.
En realidad, lo primero fue una enciclopedia que había en su casa, de la que extrajo todas las entradas que pudo sobre el tema. Fue entonces cuando le hizo aquella pregunta a su padre: "Papá, a los Reyes Magos y a Papá Noel, ¿se les puede pedir libros?".
Esa Navidad recibió su primer libro de astronomía y, por supuesto, los Reyes Magos dejaron su segundo libro temático, que, por ser tres, debía ser más grande.
El tiempo y los libros lo llevaron a una primera charla sobre el cielo a los 12 años ante un auditórium expectante. El público llegaba a 180 personas y el tema fue el sistema solar. Contó: "Mi mamá me dijo: 'Vas a estar muy nervioso cuando mirés para adelante y veas un montón de gente, así que tené a la mano cuatro o cinco oraciones de memoria para arrancar en piloto automático y después ir acomodándote'".
Luego vendría el periodismo, luego la educación, pero siempre estuvo la astronomía y la divulgación.
Cerrando la década de los 90, el programa de televisión conducido por Julián Weich, Sorpresa y media, le cumplió el sueño de conocer la casa de Galileo Galilei en Pisa, Italia, y de poder ver, desde aquellas latitudes, el último eclipse total del milenio. Pero eso no fue todo; también le concretaron el sueño de editarle su primer libro de divulgación, un texto sobre astronomía, pero para chicos: La Astronomía es puro cuento.
Pero eso no quedó solo ahí. Para quien ve a la divulgación como un proceso de traducción, ya que la ciencia tiene un lenguaje y un léxico propio que deben ser adaptados para hacerlos accesibles y comprensibles al público en general, pero sin perder su significado original, Musso continuó con aquella idea y surgieron La Astronomía a tu medida, Despacio con el Espacio, Astronomy and its instruments 400 years before and after Galileo y Genios de la Noche. También hay que sumar un CD Interactivo de astronomía para niños y dos documentales, un Teatro de Títeres para la educación en astronomía y el primer museo para niños de la ciudad de Mar del Plata: Museito, una propuesta lúdico-educativa para niños de 3 a 12 años, así como el primer Planetario Acústico para Ciegos y Amblíopes del Mundo.
Sebastián Musso no es alguien que deje pasar oportunidades para seguir aprendiendo y, sobre todo, para compartir eso aprendido. Su pasión por el tema está sostenida por ese sentir. No solo transmite conocimiento, sino también su entusiasmo por el universo y la exploración espacial.
Pero, como suele decirse, siempre lo mejor está por venir. Este año, Sebastián Musso será parte de la Misión Argonavis, una misión análoga a un viaje a Marte. Una experiencia que se desarrollará en un hábitat en Brasil bajo los siguientes ejes: Tratamiento de residuos, cultura y accesibilidad.
"Con unos ingenieros de Europa, ya estamos escribiendo un paper sobre adaptaciones que habría que hacer tanto en trajes espaciales como en hábitats, para que sean accesibles a personas con discapacidad. Con otra persona de acá, de una empresa argentina, estoy trabajando todo el tema de residuos, porque me parece interesante pensar los residuos en un ámbito cerrado donde necesariamente no tenés dónde llevar la basura, por lo que la idea es pensarlo en Marte porque es más atractivo, pero claramente va a traer soluciones a la Tierra, y por supuesto, el tema divulgación, que es lo que más me interesa para después de la experiencia", cuenta Sebastián Musso sobre este proyecto que encabezará en Brasil dentro de pocos meses.
- ¿La idea del proyecto también fue tuya?
- Justamente me interesaba armar una actividad análoga que me sirviera un poco de excusa de todo el trabajo previo y el posterior que va a tener todo esto. En Sudamérica hay solo dos lugares donde se hacen estas actividades: una es en Colombia y la otra es en Brasil. Me gustó más la de Brasil porque depende de una universidad. Entonces, va a tener otro impacto e íbamos a poder hacer investigaciones que, por ahí, iban a tener un respaldo mejor. Me comunico con la gente de la Universidad de Río Grande del Norte, que es la que gestiona este hábitat de las afueras de Natal, y empezamos a trabajar el tema. Ahora la misión está confirmada y ya se abrió la convocatoria para los que quieran formar parte de ella. De a poco se fue sumando gente; hablé con un médico colombiano con el que estoy gestionando un exo-skin, es decir, un traje adherido al cuerpo que me irá midiendo todos los parámetros médicos durante los seis días de aislamiento, más algunas cosas que fui haciendo antes; por ejemplo, hace un año me subí a un avión de acrobacias para probar fuerza G en mi cuerpo y, si bien llegué a 4G (no a los 20G como sería en un lanzamiento), probar eso fue bueno y también hice un poco de buceo para trabajar en gravedad asistida para medir rangos de movimiento míos a un tercio de la gravedad terrestre, que sería la de Marte, lo que, claramente, a mí me generaría algunas ventajas y algunas complicaciones. Probablemente me incomode en la estabilidad porque no voy a estar tan anclado a tierra, pero me va a ayudar en mi falta de fuerza donde voy a estar como con más impulso para determinados movimientos teniendo que hacer un tercio de la fuerza que hago en este planeta.
El proyecto se piensa a futuro. Hoy por hoy se vive un momento de inflexión en cuanto a viajes espaciales, ya que, dentro de 15 o 20 años, será mucho más cotidiana la idea del turismo espacial, por lo que hay que pensar en que las exigencias para aquellos que quieran participar también serán más flexibles. "Si vos ya tenés un hábitat pensado para una población más amplia, esa incapacidad momentánea que puede ser una quebradura y demás, ya va a tener las facilidades alrededor solucionadas. Hasta del lado psicológico puede ser algo interesante de pensar: una persona con discapacidad que pueda poner en caja a una tripulación que no está muy adaptada a la adversidad", argumenta Musso.
- ¿Cómo serían los diseños de los trajes?
- Cuando se piense en una población mucho más amplia, probablemente los trajes tengan que ser modulares, porque yo por ahí voy a necesitar un traje que me ayude en una flexibilidad y que no me incomode en mis movimientos. Otra persona que por ahí tiene mayor flaccidez muscular, necesita algunas zonas rígidas que lo sostengan. Y otro necesitará otras particularidades y así sucesivamente. En realidad, por ahí estamos pensando en módulos que puedan intercambiarse y decir: "Bueno, a este le ponemos este tipo de brazo, este tipo de torso, este tipo de piernas, este tipo de visor, porque puede haber un visor para una persona ciega o con baja visión, que le vaya describiendo el entorno, como si fuera uno de estos lentes que hoy hay para personas ciegas, o puede ser un casco que venga ya con un aro magnético para sordos, o lo que fuere".
Las experiencias en los hábitats, en definitiva, están pensadas para solucionar antes los problemas con los que se van a enfrentar los astronautas de verdad en el espacio. En el caso de esta en particular, tendrá su comienzo el 1 de julio y finalizará el 7 del mismo mes, es decir, 6 días marcianos o 6 soles, como se define en la astronomía.
Sebastián argumenta que: "Hace más de 30 años que vengo diciendo lo que digo, haciendo divulgación; el hecho de la necesidad de hacer esto es protagonizar un poco de lo que hablas. Entonces, para mí, mis cursos de Historia de la Astronomía están mucho más buenos habiendo ido a México a estudiar calendarios mesoamericanos. Está mucho más bueno habiendo tenido la oportunidad de ir a Italia con toda la ruta de Galileo o a Misiones y Paraguay con la Astronomía Guaraní. Y esto, de última, es lo mismo en cuanto a meterse en un hábitat y experimentar lo que sería estar allá".
Inquieto, apasionado, bajo el manto de sus ídolos Galileo Galilei y Carl Sagan, Sebastián Musso no deja de creer en los proyectos autogestionados y en una ciencia al alcance de todos. El propio Carl Sagan supo decir alguna vez: "La época actual es una encrucijada histórica para nuestra civilización y quizás para nuestra especie. Sea cual fuere el camino que sigamos, nuestro destino está ligado indisolublemente a la ciencia. Es esencial para nuestra simple supervivencia que comprendamos la ciencia. Además, la ciencia es una delicia; la evolución nos ha hecho de modo tal que el hecho de comprender nos da placer, porque quien comprende tiene posibilidades mayores de sobrevivir". Entonces, por más instancias para comprender y por más personas como Sebastián que buscan que otros también lo hagan.
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