El "loco de los rollers", Victoria Ocampo y el Torreón del Monje, los protagonistas de un tarot marplatense
Un artista de Mar del Plata hizo su propia versión de un mazo de tarot. Personalidades del mundo del arte, espectáculo y el deporte, y lugares emblemáticos de la ciudad quedaron inmortalizados en setenta y ocho naipes.
A pesar de que sus orígenes se remontan a cientos de años atrás, el tarot como método para adivinar el futuro nunca dejó de estar en vigencia. Se cree que todo comenzó como un juego (el "tarocci"), pero lo cierto es que este ritual aún atrae no sólo a videntes o interesados por las artes ocultas, sino también a curiosos que no pueden rechazar una oferta tan tentadora como lo puede ser saber cuál será el destino de sus vidas. De hecho, ya hace tiempo que el tarot dejó de ser una práctica que se mueve entre las sombras y hoy es posible acceder a una tirada de cartas hasta de manera virtual. La oferta es enorme y está al alcance de cualquier red social.
El tarot es una baraja de setenta y ocho cartas en las que -se cree- se reúne el espectro completo de la experiencia humana, de modo que sus significados pasan de lo oscuro y lo misterioso de los sueños y el subconsciente, a cuestiones más terrenales, de la vida cotidiana. Los primeros naipes llegaron a Europa en el siglo catorce, procedentes del Egipto y tenían el diseño de las cartas tradicionales italianas, portuguesas y españolas (espada, copa, basto y oro). Sin embargo, de todos los tipos de tarot que fueron apareciendo, uno de los mazos más populares y utilizados en todo el mundo es el denominado Rider-Waite, que en 1910 publicaron el ocultista Arthur Edward Waite y la ilustradora Pamela Colman Smith. Más tarde, artistas de la talla de Dalí o Xul Solar, entre otros, hicieron sus propias interpretaciones e, incluso, hoy ese mazo se sigue reversionando: hay de animales, zombies, de Harry Potter y hasta uno peronista, por mencionar algunos ejemplos. Y ahora se suma una adaptación marplatense, dibujada por el artista Aruki (Franco Damiano), que dejó inmortalizados paisajes y personajes de Mar del Plata en las barajas, que más que naipes, son verdaderas obras de arte.
“La idea de adaptar un tarot a la ciudad no es tan original, pero creo que lo valioso fue el difícil ejercicio de intentar construir un mazo de tarot propio, adaptado a mi mundo; el mundo de un marplatense cualquiera”, explicó Aruki, un arquitecto e ilustrador que durante los últimos seis meses trabajó en su proyecto "Mardel Tarot", recién salido de la imprenta y que puede adquirirse a través de su propio sitio.
Del total de los naipes, veintidós son arcanos mayores o “triunfos” y los restantes cincuenta y seis, arcanos menores, que a su vez se dividen en los cuatro palos de la baraja española. Los arcanos mayores, en su mayoría, son representaciones de personalidades o referentes locales, es decir, nacidos en la ciudad o que forman parte de la cultura marplatense, como es el caso de Ástor Piazzola, Alfonsina Storni, Victoria Ocampo y Alberto Bruzzone. También aparecen personalidades del deporte, como Guillermo Vilas, Nora Vega, Gabriel Curuchet, Milton Martínez, Daniel Gil, Germán “Mono” Burgos; y artistas de la talla de Nacha Guevara, Fabio Posca, Rosario Bléfari, Paz Lenchantin y Person Properzi de los Súper Ratones.
Para los arcanos menores -al igual que lo hizo Pamela Smith-, Aruki seleccionó personas de su entorno, siempre en locaciones marplatenses, como el arquitecto y profesor de la Unmdp José Solla y la dibujante y docente Marta Porreta. El resto de los naipes muestra lugares emblemáticos de la ciudad: la Torre de Agua, la Casa del Puente, el Torreón del Monje, el Faro de Punta Mogotes y el Casino Central, entre otros.
“Lo único imprescindible para realizar una lectura es el número de cartas, los palos y que contenga de alguna forma los simbolismos básicos de cada carta. Después, cada mazo encierra la visión subjetiva de su autor o lo que quiera representar. Este tarot en particular se adapta bastante a las cartas originales, sólo cambia el entorno medieval por un contexto marplatense”, precisa el artista de 33 años, que ya tiene en su haber ilustraciones para afiches de álbumes de música y libros, y, además, es uno de los autores de la revista “Bananas y algo más”, una publicación de humor y cultura, que ya lleva siete números editados de manera autogestiva.
El proyecto “Mardel Tarot” comenzó a gestarse en la cabeza de Aruki en junio del año pasado, cuando dibujó los primeros naipes -el “loco de los rollers” y los lobos de piedra de la rambla fueron algunos de los diseños con los que comenzó- y, al compartirlos a través de su cuenta de Instagram, no sólo tuvo buenas repercusiones, sino que también descubrió que había muchas más personas interesadas en la cartomancia de lo que se hubiera imaginado. “No pensé que entusiasmara tanto la idea, pero recibí muy buenos comentarios y fue fundamental para que pudiera terminar las setenta y ocho cartas”, asegura.
“Cuando arranqué a pensarlas la verdad es que no tenía en mente hacer el mazo completo y, mucho menos, editarlo. Se fue dando de manera natural. A fin de año comencé a editarlo y entraron en la imprenta. El resto es bastante artesanal: yo mismo armo las cajas y mi novia me ayuda a compaginar los mazos y a confeccionar las fundas de tela que vienen con el tarot”, cuenta.
Aruki es parte de los una generación de artistas que traen “el software de la autogestión instalado”, según él mismo se define. Sin embargo, advierte sobre la necesidad de la figura de un editor, productor o curador que ayude a organizar las ideas, “una voz que intente llevar por el mejor camino su trabajo”. “Pero ya nadie se cree la imagen solemne e irreprochable de las editoriales y los sellos. Hoy las redes facilitan al artista el trabajo de promoción que realizaba en parte la editorial y, aunque eso también tiene sus contras, está bueno poder elegir lo que uno quiere”, dice por último.
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