Miguel Mateos: "El recital con Queen es parte importante de mi vida"

El exlíder de “Zas” se presentará el próximo martes en el Radio City, pero antes conversó con 0223 sobre los entretelones de su debut hace 40 años atrás, cuando fueron soporte de Queen. El “souvenir” que tiene de Brian May, el orgullo de poder tocar con su hijo y su relación “desde siempre” con Mar del Plata, otro de los temas que abordó.

Miguel Mateos recorrerá su extensa y exitosa trayectoria en el Radio City MDP.

4 de Diciembre de 2021 07:57

Miguel Mateos (67), el “Jefe del rock en español” -como fue llamado en México cuando hacía de embajador del rock argentino en Latinoamérica- se presenta en Mar del Plata el próximo martes 7 de diciembre a las 21.30, momento en el que traerá varios de sus hits. El show coincide con los 40 años de la creación de “Zas”, la banda que lo catapultó al estrellato. Hoy, como solista, Mateos se mantiene más vigente que nunca: en último año fue nominado para los Latin Grammy en el rubro “Mejor Álbum de Rock” por su disco “Undotrecua”.

En la previa a su recital en el Teatro Radio City, Mateos habló con 0223 acerca de cómo será su show en esta gira que ya hizo pie en tierra azteca, algunas ciudades de nuestro país y ahora recala en Mar del Plata. Con una humildad lejana al estereotipo de un rockstar, el exlíder de Zas, que con “Rockas Vivas” fue récord de discos vendidos desde 1985 a 1992 en Argentina -incluso, más que Soda Stéreo o Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota-, contó cómo fue el inicio de su carrera junto a su hermano Alejandro hace 40 años, siendo telonero de Queen, del “souvenir” que tiene de mítico guitarrista Brian May que tiene guardado en un cofre y el orgullo que siente por su hijo Juan (30), que de bebé salió en la contratapa del disco Kryptonita y que hoy es guitarrista de la banda y lo acompaña en la gira que también recorrerá México, Colombia y otros países del continente.  

Mateos y su hijo en la carátula trasera del disco "Kryptonita" de 1991. 

-¿Con qué se van a encontrar tus fans en Mar del Plata, con este racconto de tu carrera desde que junto a tu hermano Alejandro, formaste “Zas”?

-Es parte de la gira de los 40 años, que ya hicimos en dos fines de semana en el Gran Rex de Buenos Aires, en Córdoba, Rosario y ahora en Mar del Plata. Es una suerte de recopilación y armé un repertorio en base obviamente a los 18 álbumes editados, de lo que me parecían las canciones más representativas de cada disco. Hago una especie de racconto desde el 81, musical y visual, cuando empecé como telonero de Queen hasta hoy, con algunas anécdotas que me parecieron simpáticas, que tienen que ver con alguna creación de una canción, con alguna contingencia que tuvo alguna canción. Y no es de forma cronológica, sino que es salteando los periodos, de un álbum a otro, de una manera que me parece más fuerte y más interesante.

Con la vuelta de los shows en vivo, Miguel Mateos volvió a tocar en Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Foto: Alejandro Kaminetzky


-En febrero se cumplieron 40 años del inicio de Zas y del recital que diste en un marco impresionante, como telonero de Queen en Buenos Aires. ¿Es verdad que venías de tocar para unas 20 ó 30 personas y pasaste a tocar para 150.000 ?

-Si, en tres noches de 50.000 cada una y obviamente no porque las convocara yo, sino Queen, porque ganamos un concurso de bandas noveles para ser teloneros. Y de ahí el nombre de “Zas”, por la contingencia de haber sido elegido nuestro demo. Yo venía tocando como solista con mi guitarra acústica y una armónica en algún que otro pub en aquel momento. Y así fue como pasó: de tocar para 30 a 40 personas a tocar para una audiencia de 50.000.

-No te lo olvidás más...

-Desde ya que no, porque sin duda fue el comienzo de todo esto. En mí representa una suerte de nacimiento de mi carrera y obviamente lo tengo guardado en mi corazón desde ya y es parte importante de mi vida a esta altura.

 

-Te quedó una moneda de un penique (centavo británico) de regalo de Brian May.

- Sí, tal cual, aunque en realidad lo tomé del suelo. Un asistente me vio, le dijo y él me hizo la seña como diciendo "ok". Y me queda ese penique. Él lo usaba como una púa, en vez de usar una de metal, para tocar algunas partes de la guitarra. 

-¿Lo llegaste a usar alguna vez para tocar la guitarra?

-No, no, está guardado en un cofre de recuerdos, como una reliquia. 

-De ese 28 de febrero de 1981 en Vélez Sarsfield pasaste de ser un pibe que tocaba en una pequeña banda a convertirte en 4 ó 5 años en "El jefe del rock en español". La fama debe haber traído cosas buenas y otras, no tanto. ¿Qué te deja orgulloso de haber hecho y qué otra cosa cambiarías si fuera posible?

-De alguna manera ahora que tengo la oportunidad de mirar hacia atrás, de hacer un flashback. Desde ya hay cosas buenas, regulares y malas. Pero no me arrepiento de nada de lo que hice; aún tomando las decisiones que tomé, alejándome de la música, del show business, para decirlo de una manera. Y volviendo de otra manera, con otra cabeza y otra energía. Así que por suerte, porque soy muy afortunado, me han pasado más cosas buenas que malas. Como dicen los árabes, aunque yo no lo soy, "lo bueno hay que escribirlo sobre el mármol y lo malo sobre el agua". Esa es mi prédica. 

 

-En estos años con la música siempre tuviste la compañía de tu hermano Alejo en la batería y ahora tenés la posibilidad de contar con tu hijo en la guitarra. ¿Qué sensación te genera verlo al lado tuyo en un escenario? 

-Obviamente con mi hermano Alejandro, los dos cumplimos 40 años, formamos Zas y estamos juntos desde siempre. Y Juan, mi hijo, se incorpora a inicios del 2020, con un show en febrero en Jujuy, en el Festival de Los Tekis  y después vino la pandemia, así que lamentablemente no pudo hacer ni dos shows con nosotros. Pero ahora se incorporó de modo estable: venimos de México, de cumplir con un par de compromisos allí, así que ahora verlo de forma internacional, viajando y tocando en distintos lados -porque después vamos a ir a Colombia- lo veo más seguro y más contento. Obviamente, el orgullo de papá. Por suerte hemos hecho como una pyme (ríe). Es una satisfacción.

 

-¿Alguna vez pensaste en decirle "pibe estudia algo y dedicate a otra cosa" o lo animaste a seguir en esto?

-Juan es Licenciado en Administración y Comercio Exterior. Tiene tres Maestrías en Idioma. Es un animal (ríe). Me pidió a mí ante la ausencia de uno de los guitarristas de la banda, que quería tocar. Y aparte toca muy bien la guitarra, tiene un género más blusero, más jazzero. Pero quería experimentar un poco esta idea de tocar, de girar, de estar en un escenario con mucha gente. Así que le estamos dando esa oportunidad. Pero tiene su carrera formal.  

-Los argentinos tenemos a varios ídolos populares, pero hay dos que se fueron relativamente hace poco, como Gustavo Cerati y Diego Maradona, en distintos ámbitos. ¿Tuviste oportunidad de conocerlos personalmente? 

-Sí, conocí a ambos: con Gustavo, yo siempre he respetado su música y ha sido un gran intérprete y tengo un gran cariño también. Conozco a su familia. Fue lamentable todo lo que le pasó y desde ya fue una gran pérdida para la música de nuestro país. Cómo lamenté también la desaparición de Luis (Spinetta) al que consideré que de alguna manera fue mi mentor.  Y lamentablemente ha habido gente que ya no está más, como también el cariño profundo que tenía por Federico Moura, de Virus. En el caso de Maradona lo conocí muy brevemente, en un partido homenaje, que creo, lo armó Tinelli. Como futbolista, incomparable, sin duda. 

 

-Siguiendo un poco con el fútbol, hablaste en una de tus canciones del "Racing campeón" y al tiempo, tras una sequía de 35 años, logró un campeonato. ¿Sos de la "Academia" o de River?

-Soy hincha de River, lo que pasa es que Bar Imperio (1998), se lo dediqué a mi abuelo Sorrentino, que era fanático de Racing y fue un tributo a su equipo.

-Viniste varias veces a Mar del Plata a tocar. Pero previo a tu época de rock, ¿qué recuerdos tenés de la ciudad? ¿Venías a veranear?

-Mi infancia y buena parte de mi adolescencia tiene que ver con la ciudad porque mi familia aún tiene un departamento en Mar del Plata. Tengo una relación muy especial y sigo teniendo un cariño inalterable por la ciudad.