Para pedir justicia, víctima de abusos expuso en Tribunales dibujos de niños que sufrieron violaciones

Una mujer que fue abusada por su padre, abuelo y tío desde los 3 hasta los 11 años, pidió que se investigue su denuncia, pese a que son considerados hechos prescriptos porque ocurrieron hace más de 12 años.

31 de Mayo de 2021 12:15

Por Redacción 0223

PARA 0223

 

María Tobio, una mujer de 31 años que a comienzos del año pudo denunciar que entre los 3 y los 11 había sido víctima de abuso sexual por parte de su padre, su abuelo y un tío, se concentró este lunes en la puerta de Tribunales para pedir que su causa sea desarchivada y se investigue los hechos que marcaron su infancia. Es que, según el Código Penal, este tipo de delitos quedan prescriptos una vez que pasan 12 años desde su comisión, pero Marita recién pudo romper el silencio ahora.

Frente al edificio judicial de Tucumán y Brown, Tobio pegó una serie de dibujos de niños que fueron abusados, entre los que también se encontraba uno que ella misma había realizado, en el que se observa a su agresor eyaculando. “La idea es visibilizar el dolor y a todo lo que lo padecimos las víctimas de abuso sexual durante nuestra infancia para que se siga con la causa, que hoy está completamente detenida”, dijo ante la consulta de 0223.

Tobio remarcó que el único que continúa con vida es su progenitor, un expolicía que “representa un peligro para la sociedad”. “Sufrí abusos desde que tengo recuerdos hasta los 11 años”, enfatizó y enumeró que, pese a que él era quien debía protegerla, la violaba, ultrajaba y torturaba. “Me obligó a quemarme la cara con una plancha mientras se reía y hasta  compartió con su hermano y su padre”, recalcó.

María recién pudo contar lo que había vivido el 29 de enero pasado, cuando advirtió que su abusador -con quien había cortado el diálogo hacía más de tres años- tenía intenciones de acercarse a su hija de 17 años. “Mi hija recibió un mensaje de él, una invitación para que fuera a su casa y eso me decidió a denunciarlo”, contó. Incluso, a partir de su denuncia penal y pública, la mujer tomó contacto con otras mujeres que también habrían sido víctimas de su padre. Sin embargo, lamentó que, al ver que su causa no prosperó, “no quisieron hablar”.

Además, María hizo hincapié en la importancia de que los adultos estén atentos a distintas señales que permitirían descubrir que un niño o niña está siendo violentado, tales como “signos de depresión, llantos sin motivos aparentes, falta de ganas de jugar”, entre otras. “Son cosas que uno no sabe ver a tiempo, pero es importante hacer una consulta a un psicólogo en caso de detectarlas”, aseveró.

“Me pareció que era bueno mostrarle esto a los jueces y a los fiscales que no me quieren seguir la causa, para que vean el dolor que nosotros sufrimos. La justicia no está tratando el delito sexual en infancias como debería y se ponen trabas para desmerecer pruebas. Incluso, se lo trata como si fuera un hurto cuando es uno de los delitos más graves”, definió por último.

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